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La primavera... ¿la sangre altera?

Con la llegada del calor aparecen también cambios hormonales que afectan en el día a día

Festival de los colores Monsoon Holi Madrid, uno de los primeros de la primavera EFE

ABC.ES

Que el origen de la palabra primavera, del latín «primium» y «ver», signifique «principio», no es casualidad. La primavera es el principio de muchas cosas. También del amor: de ahí el dicho «la primavera la sangre altera». ¿Quién no ha sentido el pequeño «pinchazo» en los días que cada vez son más largos? ¿Cuando desaparecen los abrigos y florecen las chanclas? ¿Cuando el «sofá y peli» se cambia por una cerveza en las terrazas soleadas? La primavera llegó el pasado 20 de marzo a las 4:30 horas. Desde entonces, las calles se han llenado de parejas, por las aceras se ha vuelto más difícil caminar sorteando manos unidas y los emparejados llenan cualquier espacio; están por todas partes .

Y todo esto no es casualidad. Todos los cambios que se producen a nuestro alrededor (días más largos, aumento de las temperaturas...) afectan a nuestro organismo, a nuestras relaciones personales, laborales y a nuestro estado anímico, después del frío y la oscuridad del invierno . Tal y como publicó ABC hace ahora dos años, según un estudio de la Universidad de Edimburgo y Manchester publicado en la revista Current Biology, el aumento de radiación solar en los genes EYA3 y TAC1 eleva la concentración de una serie de hormonas que producen cambios importantes en las personas.

Con el aumento de las horas de luz disminuye la producción de melatonina : la que regula el sueño, los estados de ánimo, el apetito y la sexualidad. Es esta alteración del sueño la que puede provocar que aparezcan más trastornos de ansiedad en esta estación. La luz solar incide directamente en el humor, el nivel de estrés y hasta la fertilidad del ser humano.

Pero además, la estación «de las flores» favorece la secreción de feromonas, oxitocina, dopamina y noradrenalina . Estas se encargan de atraer a otros seres vivos de la misma especie y que influyen directamente en el estado de ánimo. Por eso estamos más enérgicos, con ganas de hacer cosas y de salir y relacionarnos.

Pero no todo podía ser positivo. Con la primavera emerge también la «astenia primaveral». Esto es, un « estado de agotamiento sin causa aparente y que puede deberse a la adaptación del organismo al aumento de número de horas de luz que sucede en esta época». Junto con el cansancio y la falta de concentración hay otros síntomas que acompañan a este estado, como son la reducción del apetito, trastornos del sueño, disminución del deseo sexual, fatiga muscular, dolores de cabeza y tristeza injustificada. ¿Cómo librarnos de ella? Algunos hábitos lograrán hacerte la vida más fácil. Por ejemplo, propicia la entrada de luz natural en tu dormitorio por la mañana o activa un foco de luz potente a la hora de levantarte para que tu cerebro se espabile antes. También te ayudará darte una ducha refrescante (sobre todo en la cabeza) e iniciar el día con música alegre y con mucho ritmo.

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