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El Papa pide al mundo aprender del genocidio armenio «para no volver a caer en tales horrores»

Propone en el Cáucaso la alianza de las religiones contra los fundamentalismos violentos

El presidente de Armenia, Serzh Sargsyan, saluda al Papa Francisco EFE

JUAN VICENTE BÓO

Recordando que «el genocidio armenio inauguró la triste lista de las catástrofes del siglo pasado», el Papa Francisco ha pedido ante las máximas autoridades de Armenia «que la humanidad aprenda de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales errores».

Como era de esperar apenas un año después del centenario del asesinato de millón y medio de civiles armenios a manos del gobierno turco, la primera jornada del Papa en el país caucásico estuvo dominada por el recuerdo del «Metz Yeghern», el «Gran Mal», como también le llamó Francisco utilizando una expresión armenia todavía más fuerte que el término «genocidio».

El presidente Serzh Sargsyan , que le había recibido pocas horas antes en el aeropuerto, le dio la bienvenida en el palacio presidencial recordando que la solemne conmemoración del centenario del genocidio armenio el 12 de abril del 2015 en la basílica de San Pedro, a la que asistieron tanto él como los tres» «abrió una nueva oleada de reconocimientos oficiales» del genocidio, el último de los cuales ha sido el del Bundestag alemán el pasado dos de junio.

En un caluroso discurso, Sargsyan afirmó que en Armenia el cristianismo «es un estilo de vida, que nos hace más tolerantes y amantes de la paz» . El presidente no mostró ningún deseo de mejorar la relación con Turquía, pero sí con Azerbaiyán, «pues preferimos la negociación pacífica a disparar», como volvió a suceder a principios de abril en la debatida frontera del Nagorno-Karabakh con un balance de 121 soldados y diez civiles muertos, según las cifras reconocidas por ambas partes, aunque Estados Unidos sospecha que han sido casi el triple.

Víctimas de violencia

En un mensaje dirigido al mundo entero, el Papa no solo pidió responsabilidad a los gobiernos para evitar desastres como el genocidio, sino que también pidió a los líderes religiosos mayor colaboración para desenmascarar y neutralizar a los fundamentalistas en las propias filas.

Francisco considera «vital» que «todos los que confiesan su fe en Dios unan sus fuerzas para aislar a quien se sirva de la religión para llevar a cabo proyectos de guerra, opresión o persecución violenta, instrumentalizando y manipulando el santo nombre de Dios».

Aunque no mencionó ningún caso concreto, muchos armenios de Siria han sido víctimas de la violencia del Estado Islámico , que incluso ha destruido el memorial del genocidio armenio en Deir Azor, en el desierto de Siria , donde el ejército turco llevó a morir a cientos de miles de civiles en las «caravanas de la muerte».

Francisco recordó que «en la actualidad, igual o incluso más que en la época de los primeros mártires, los cristianos son discriminados y perseguidos en algunos lugares del mundo por el mero hecho de profesar su fe».

Por ese motivo, pidió a los gobiernos que «pongan en marcha, con valor y sin demora, iniciativas dirigidas a poner fin a este sufrimiento , y que tengan como objetivo primario la búsqueda de la paz y la acogida a quienes sufren ataques y persecuciones».

Buenas relaciones

Como demostración visible de las buenas relaciones con la Iglesia Apostólica de Armenia, el Papa no se aloja en la nunciatura sino que es huésped del Katholikós de todos los Armenios, Karekin II, quien también acudió a recibirle al aeropuerto y cuyo automóvil forma parte de la caravana papal pues asiste a todos los actos.

Por ese motivo, en lugar de dirigirse inmediatamente desde el aeropuerto hacia el palacio presidencial, el Papa se desplazó en primer lugar a Etchmiadzin , la sede del patriarcado, para rezar en la primera catedral, construida en el año 303 ya que Armenia se convirtió al cristianismo el año 301, «cuando todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano», como recordó el Papa en su plegaria.

La Iglesia Apostólica de Armenia, mucho más antigua que las Ortodoxas, y de las que no forma parte, mantiene buenas relaciones fraternas tanto con la Iglesia católica como con las evangélicas.

El Katholikós Karekin II, quien recibió en el 2001 la visita de san Juan Pablo II, sonreía esta vez al saludar a Francisco recordando la llegada del arca de Noé al Monte Ararat: «Bienvenido a la bíblica tierra de Armenia».

El Papa inicia la jornada del sábado visitando el Memorial del genocidio armenio en una colina que se asoma sobre la capital y viajando después a Gyumri , la segunda ciudad del país, donde la presencia de católicos es ligeramente mayor. Armenia suma unos tres millones de habitantes, de los que casi un diez por ciento son católicos.

Por la tarde, Francisco y el Katholikós Karekin II presidirán un encuentro ecuménico de oración por la paz en la Plaza de la República , situada en el centro de Ereván.

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