Hazte premium Hazte premium

Papa Francisco: «La gran revolución religiosa del cristianismo es ver a Dios como Padre»

Se pasa del miedo ancestral a las divinidades a sentirse amados por un Dios «abba», «papá»

AFP
Juan Vicente Boo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Mirando hacia atrás respecto a milenios de historia, el Papa Francisco ha manifestado este miércoles que «nvocar a Dios como ‘padre’ en una relación de confianza como la de un niño con su ‘papá’ es la gran revolució n que el cristianismo trae a la psicología religiosa del ser humano».

Ante decenas de miles de participantes en la audiencia general de los miércoles, el Santo Padre ha comentado que la nueva relación con Dios, que Jesús revela con la plegaria del «Padre nuestro», permite superar los temores antiguos a las divinidades pues Dios «deja de darnos miedo, no nos aplasta, no nos angustia». La religiosidad pasa de cultos del temor, como los sacrificios humanos, a una relación filial de amor.

El Papa ha comentado que el cambio no fue fácil pues incluso los Apóstoles en varias ocasiones y también las mujeres que encuentran el sepulcro vacío después de la Resurrección sienten miedo ante lo sobrenatural. En cada caso, según Francisco, «Jesús nos revela que Dios es Padre bueno y nos dice ‘No tengáis miedo’».

Dentro de la catequesis temática sobre la esperanza, que viene desarrollando cada miércoles desde hace varios meses, el Santo Padre ha presentado esta vez el tema de «La paternidad de Dios, fuente de nuestra esperanza», a partir de la curiosidad de los discípulos por el modo en que Jesús rezaba.

Citando pasajes del Evangelio de Lucas, «el que más ha documentado el misterio de Cristo orante», el Papa ha comentado que «los discípulos estaban sorprendidos de que Él se retirase, por la mañana y al atardecer, a algún lugar solitario y se ‘sumergiese’ en oración».

Ante las preguntas de sus discípulos, «Jesús les transmite la plegaria cristiana por excelencia, el ‘ Padre nuestro ’. Todo el misterio de la oración cristiana se resume en esta palabra: tener el valor de llamar a Dios con el nombre de Padre ».

El amor de Dios por sus hijos, incluso cuando se comportan mal, se manifiesta, según Francisco, en «la parábola del padre misericordioso», que «no castiga al hijo por su arrogancia sino que le entrega la parte de su herencia». Y que, incluso después de que la ha derrochado, le vuelve a recibir en casa «pues siente ante todo el deseo de perdonar y, con su abrazo, hace comprender a su hijo» la maravilla del amor de un padre.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación