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La música, una «medicina» sin efectos secundarios

Cada vez son más los estudios que revelan los beneficios terapéuticos que melodías y ritmo tienen en pacientes de diferentes áreas. Ahora llega el último reto: lograr su aplicación sistemática en los hospitales

Artistas de Música en Vena, en el Hospital 12 de Octubre de Madrid ABC
Isabel Miranda

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Cada vez hay más evidencias científicas de que la música tiene efectos terapéuticos . Lo que era una intuición ya para Pitágoras, comienza a reflejarse ahora en diversos estudios médicos. Unos muestran cómo se estabilizan las constantes vitales de los pacientes, otros cómo rebaja la necesidad de sedación en cirugías, o cómo ayuda a los prematuros a ganar peso. Las disciplinas en las que se utiliza la música ya pasan por oncología, cuidados intensivos, pediatría, cardiología, rehabilitación o psiquiatría. Como si fuera una «medicina» mágica para el paciente, que tan solo tiene que escuchar.

La música por sí misma es capaz de influir en varias funciones. Activa las áreas cerebrales relacionadas con el placer , lo que se traduce química y eléctricamente en una respuesta de neurotransmisores como la dopamina. Puede modificar la tasa cardiaca, la respiración y la temperatura corporal. Más allá de la musicoterapia, que requiere de la participación activa del paciente y que está cada vez más extendida, la escucha pasiva tiene el reto de reunir las evidencias científicas que permitan crear un protocolo homogéneo para todos los hospitales.

El Hospital Universitario 12 de Octubre y la ONG Música en Vena se encuentran ahora en la búsqueda de esas evidencias médicas, en una investigación aprobada por el Comité Ético de Investigación Científica (CEIC) del hospital. El primer acercamiento del equipo de «Músicos Internos Residentes», como se ha llamado el programa, apunta a que la música ayuda a la reducción de la ansiedad en los pacientes, mejora de la frecuencia cardiaca en hospitalizados en la UCI, ayuda a una recuperación más rápida y a una menor percepción del dolor en pacientes con dolor crónico de suelo pélvico, así como la relajación y facilidad para amamantar en neonatos.

Artistas de Música en Vena, en el Hospital 12 de Octubre de Madrid ABC

Desde noviembre han impartido 720 horas de música en directo a pacientes de Medicina Intensiva, Neonatología y Rehabilitación. Han participado 120 ingresados en la UCI, 28 en rehabilitación y 30 neonatos, mientras los médicos llevaban a cabo un monitoreo en escalas fisiológicas y neuropsicológicas. Aunque los datos aún se están estudiando, han visto cómo se estabilizaban las pulsaciones de una persona en cuidados intensivos al escuchar una partita de Bach o cómo un bebé neonato se agarraba al pecho de su madre y empezaba a alimentarse por primera vez al escuchar una nana flamenca susurrada al oído. El estudio pronto se extenderá a Neurología, Hematología y Cardiología.

Corazón y pulmones

Hace más de una década, en el Hospital Infantil de La Paz el doctor Francisco Javier Ruza propuso probar los efectos de la música en recién nacidos . En uno de los primeros estudios en este campo que se hicieron en España, el doctor y su equipo comprobaron cómo al escuchar música en directo, los menores de seis meses ingresados en cuidados intensivos mejoraban su frecuencia cardiaca y respiratoria, la saturación de oxígeno en la sangre arterial porque mejoraba la función del pulmón e incluso los resultados del test comfort, que valora la satisfacción del niño. «Mejoraban en todos los aspectos a nivel médico y biológico», cuenta Ruza.

Pese al tiempo transcurrido, el médico sigue recordando con asombro cómo, en el inicio del estudio, observaban el efecto de la música. «Ocurrió un hecho increíble», explica. A pie de la incubadora, los músicos adaptaron el ritmo de su pieza a la frecuencia cardiaca de un menor con taquicardia, a 120 latidos por minuto. «Los músicos adaptaron el ritmo a esa frecuencia y luego lo fueron bajando poco a poco, y al bajar el ritmo de la música la frecuencia cardiaca se igualaba en ese descenso. Es algo que hemos vivido, está grabado, y con lo que nos quedamos muy sorprendidos».

Les estudios en La Paz continúan con los recién nacidos, para confirmar a nivel biológico su respuesta, pero también con mujeres embarazadas

Una vez confirmados los beneficios del estudio piloto, el uso terapéutico de la música se ha ido extendiendo a otras áreas de La Paz. Ya se aplica a los niños trasplantados en los preoperatorios, para paliar su ansiedad, o a los oncológicos. Y siguen haciendo estudios. Continúan con los recién nacidos, para confirmar a nivel biológico su respuesta, pero también en maternidad, con mujeres embarazadas. Además, se ha extendido al Hospital General para los adultos: se usa en paliativos, neurología o cuidados intensivos. «Y con mucho éxito», remacha Ruza.

Percepción del dolor

Cada vez más médicos se lanzan a explorar la aplicación de la música en diferentes especialidades. En 2011, Stefan Koelsch, doctor en neurociencia, músico y psicólogo, lideró un estudio con 50 pacientes que se sometieron a una cirugía de cadera con anestesia local y observó que los que escucharon música clásica durante todo el proceso tuvieron un menor consumo de propofol, es decir, sus necesidades de sedación bajaron entre un 10 y un 15 por ciento, mientras sus niveles de cortisol, la hormona del estrés, fueron también en torno a un 20 por ciento más bajos que el grupo control.

«La percepción del dolor es una de las áreas donde más evidencias se han recopilado del efecto de la música», cuenta el neurólogo Yerko Ivanóvic, presente en el proyecto musical del Hospital 12 de Octubre. Si el dolor tiene tres dimensiones, una sensorial, otra emocional y otra cognitiva, la música es capaz de modificar las dos últimas. «La música activa las mismas áreas cerebrales que cuando uno experimenta placer físico. Esto se traduce química y eléctricamente en una respuesta de los neurotransmisores que se liberan en situaciones placenteras», dice Ivanóvic.

Músicos por la Salud, otra asociación que lleva música a los hospitales valencianos ROBER SOLSONA

Pero, ¿todos los tipos de música tienen este efecto? «Hay música que tiene un efecto evidente porque es la que más se ha estudiado», comenta Ivanóvic. Pone como ejemplo la música clásica del periodo del clasicismo y el barroco . «Quizá sea por la percepción de la arquitectura musical, es tan perfecta que parece tener un efecto positivo», explica. Sin embargo, hay otro factor claro que influye en los resultados: los gustos del paciente. «El efecto de la música está modulado por sus gustos», asegura.

En este sentido, un estudio presentado en 2013 en la Sociedad Europea de Cardiología demostró que escuchar 30 minutos de música al día, en concreto la favorita de cada persona , mejora la función endotelial del corazón, vital para regular la función vascular por su producción de óxido nítrico y otros vasodilatadores. Además, potencia los beneficios del ejercicio sobre el corazón.

En el Hospital La Paz con el tiempo fueron adaptando los contenidos a los pacientes. «La música varía el estado de ánimo del niño, si estaba deprimido, le poníamos una música estimulante. Si estaba muy excitado, una sedante. A los pequeñitos sedados, música clásica. Iba muy bien Mozart, pero también la música moderna», dice el doctor Ruza.

En el programa Músicos Internos Residentes, por ejemplo, el repertorio incluye música clásica, flamenca o jazz, con guitarras, oboes y hasta pianos frente a la cama del paciente, pero los mismos artistas se van adaptando a sus peticiones. Es fundamental establecer un vínculo . Lo sabe el guitarrista Juan Sánchez, que hace unos días estuvo con una chica en cuidados intensivos, muy débil, que acababa de recibir un trasplante de corazón. «Empecé tocando música flamenca, pero luego decidí tocar algo más animado». Y así acabó tocando una samba. «Yo creo que les ayuda», cuenta.

Humanizar los hospitales

En parte, la introducción de la música en los hospitales españoles ha estado vinculada a la necesidad de humanizar el entorno sanitario. «Hay que transformar estos lugares en sitios confortables , amigables y optimistas», explica Carmen Martínez de Pancorbo, Directora Gerente del Hospital 12 de octubre a raíz de su proyecto musical. Todo influye en la recuperación y «un hospital no es un lugar fácil ni para los pacientes ni para sus familiares, ni tampoco para los profesionales sanitarios en muchas ocasiones». Los hospitales cambian a las personas, las llevan hacia la ansiedad, el miedo, el estrés o las alteraciones del sueño. «No son los mejores compañeros de viaje para recuperar la salud. Para mitigar estos efectos hay que transformar estos lugares», opina.

Lo mismo cree el doctor Ruza. «En la humanización de la existencia hospitalaria la musicoterapia tiene un campo propio. Les hace sentirse mejor, y un estado de ánimo positivo ayuda a luchar contra la enfermedad, es muy importante».

Músicos por la Salud, otra asociación que lleva música a los hospitales valencianos ROBER SOLSONA

Los especialistas que han introducido la música en directo en sus unidades acaban con buenas impresiones. Maria José López Coca, antigua supervisora de Enfermería en la unidad de trasplantes del Puerta de Hierro de Madrid, reconoce que los días que había música en directo, los pacientes estaban mejor. « Aparcaban lo que les estaba pasando, y hasta el más reticente acababa dando palmas», explica. También Mercedes Crespo, supervisora de Enfermería en Psiquiatría en el Puerta de Hierro, asegura que pese a que sus pacientes, con síntomas psicóticos, les cuesta concentrarse y estar atentos durante periodos largos de tiempo, sus pacientes lograban centrarse durante los conciertos. « Les quita los cuadros de ansiedad , se relajan y facilita el vínculo con el paciente», dice.

En el Hospital General Universitario de Valencia la música en directo se aplica en Hemodiálisis, UCI, Oncología y Psiquiatría. En este último caso, desde casi un año se lleva a cabo cada semana de forma regular en microconciertos de media hora. Juan Pretel, coordinador de Salud Mental, comenta que allí «los cambios son anímicos y ayudan a normalizar la vida de estos pacientes». El proyecto tiene buena aceptación a pesar de que los pacientes son agudos y por tanto no están estabilizados. «Desgraciadamente, su patología en esos momentos es demasiado aguda para que realmente produzcan un cambio sustancial o permanente, pero ayuda a mejorar la experiencia». En los pacientes psiquiátricos, la música juega un papel fundamental como forma de relajación y conexión con el mundo real.

«En España hay muchas iniciativas, pero aún son poco visibles», opina Ivanóvic. Por eso, es el momento de buscar alianzas y compartir experiencias . «La música puede convertirse en un médicamente añadido y sin efectos secundarios».

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