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«Muchos carteles con rebajas del 20% y pocos del 50%»

Las tradicionales rebajas arrancan sin grandes colas en los principales comercios de la capital de España

JOSEFINA G. STEGMANN

Las Navidades representan uno de los periodos más esperados por grandes y pequeños. Llegan las vacaciones, los regalos, la buena comida y los reencuentros (algunos más deseados que otros). En cualquier caso, son las rebajas de invierno , el broche final a las fiestas, lo más esperado por los españoles. Y mucho más este año. ¿Por qué? Porque la crisis empieza a ser un fantasma del pasado y el primero en notarlo es el bolsillo. Por eso, los españoles se dieron cita ayer en locales abarrotados de carteles con números grandes, brillantes y rojos (el color de las rebajas, más que el de la Navidad) para rescatar algún obsequio esperado y no recibido, o algún vestido, complemento o móvil deseado hace tiempo pero que aún no era lo suficientemente barato. La llegada oficial de las rebajas comenzó, como marca la tradición, el 7 de enero en todo el país. Una de las grandes arterias comerciales de la capital, Preciados, estaba este jueves inundada de gente que, pese al frío, cargaba a cada paso con una bolsa nueva y se detenía intrigada en escaparates en los que no hubiera entrado de no ser por el esperado cartel: «Rebajas, Sales o "Ya me tocaba a mí"».

«Soy la friki de las rebajas, me vengo el día 7 e incluso pido el día en el trabajo», cuenta Eva que apenas puede andar por la cantidad de prendas que carga en los brazos, además de las botas de tacón de aguja dorado chillón que mira en el espejo. Otra «profesional» de las rebajas es Margarita, que también usa parte de sus vacaciones para las rebajas y se prepara para ellas con días de antelación.

«Ya lo tengo todo a las once»

«Ficho lo que me gusta e intento comprar por internet la noche anterior, pero muchas veces se agota lo que quiero, así que voy a la tienda y a las 11 del día 7 ya lo tengo todo». Margarita, que tiene un blog de moda y no puede sucumbir a los abrigos, zapatos y bolsos lleva gastados ya 130 euros. La gran apuesta de los consumidores es la moda. Así lo confirma el informe del Observatorio Cetelem sobre intención de compra de los españoles en época de rebajas, que además señala un dato relevante de este año: el importe medio que los españoles tienen pensado destinar a las rebajas ronda los 241 euros, es decir, un 9% más que en 2015. «Acabamos de empezar pero sí se nota que se está vendiendo más», confirma la dependienta de una gran superficie del centro de la ciudad. Allí mismo, un señor carga con dos cajas de zapatos porque «ellos» también disfrutan de las gangas.

Lo que hace falta y lo que no

«En mi caso, busco cosas que necesito, siempre que tengan calidad y no suelo venir a las rebajas por el solo hecho de que las haya», explica José Luis, que pasea junto a su mujer con dos bolsas, ambas con cajas de zapatos. Es el calzado, junto a los complementos, la segunda apuesta de los españoles. «He encontrado calzado al 30%, estoy muy contenta», cuenta Elena, que pasea por una de las tiendas de ropa para jóvenes más famosas del país. Su amiga Ana asegura que «busco cosas que necesito, pero si hay algo que me gusta también lo pillo». Estas dos jóvenes cuentan que les gusta aprovechar las rebajas aunque relativizan el hecho de que puedan encontrar todo lo mejor al mejor precio. «En muchas ocasiones no quedan tallas». Y en caso de haberlas, algunos optan por cargar con la ropa a cuestas sin pasar por los probadores. «Prefiero hacerlo en casa y no perder la oportunidad», cuenta una compradora.

Mucho 20%, pero poco 50%

El aumento del gasto no se vio equiparado, sin embargo, con grandes contingentes. Si bien es cierto que en algunos locales apenas se podía caminar a primera hora de la mañana, ha llamado la atención la ausencia de las típicas colas. «Veo pocas colas este año, la gente se lo tomará con más calma seguramente», especula Faustino, que no se ha entregado a las rebajas. Muchos, como él, se acercan o a cambiar los regalos de Reyes o a ver si «de casualidad» encuentran algo interesante. Y si bien lo hay, no abundan los carteles con el «50%», sino más bien con el 10, 15, 20 o 30%. Incluso, hay algunos clientes más escépticos que no se detienen a buscar gangas, sencillamente porque creen que no existen. «Lo caro sigue siendo caro, incluso, se diseña ropa para las rebajas», dice Andrea resignada mientras revisa cinturones en una gran superficie. «Vine a buscar cosas para mi hijo. He esperado por un abrigo que jamás ha salido con descuento. Es todo muy relativo», concluye.

Otros productos de preferencia son los libros y la música y, por último, los perfumes. Éstos últimos son los que menos descuento tienen. Mención aparte merece la informática, que no suele ser el favorito de los clientes, ni tampoco de los locales que suelen aplicar «poco o nada de descuento», admite un empleado del sector.

Y pese a la ilusión, hay quien hizo sonar la voz de alerta ante la tentación al ver tanto descuento. Facua denunció la falta de protección al consumidor por parte de las autoridades durante las rebajas y alertó de posibles «engaños» en descuentos que «no son reales».

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