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El Mediterráneo, contra las cuerdas, según los ecologistas

El crecimiento previsto del turismo, el tráfico marítimo, la acuicultura o la búsqueda de hidrocarburos puede condicionar su futuro

A. ACOSTA

El mar Mediterráneo está cada vez más explotado por distintas actividades marítimas que, además, van a aumentar y expandirse sustancialmente en los próximos 20 años. Parques eólicos marinos, exploración y extracción de petróleo y gas, tendido de cables, rutas marítimas, pesquerías y otras actividades humanas, incluyendo el turismo, «utilizan y compiten por el mismo espacio», explica José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF-España. Con una superficie de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, que representan menos del 1% de la superficie oceánica mundial, 22 países se disputan este espacio, más ahora que parece que el mar es «la nueva frontera de las actividades económicas», añade Óscar Esparza, coordinador de Protección Marina en la citada organización.

Tanto es así que de todas las actividades económicas analizadas por WWF en el proyecto MedTrends (Tendencias en el Mediterráneo) solo la pesca comercial disminuirá su actividad en las proyecciones realizadas a 2030, siguiendo los pasos de los últimos años. De hecho, la pesca comercial ha disminuido, así como el esfuerzo de pesca: hay menos barcos y se navega y se faena menos días . Por ejemplo, en el Mediterráneo español la actividad pesquera representaba en 2013 algo menos de 130 millones de euros.

Recuperar los «stocks» pesqueros

Esta caída de la actividad tanto en número de personas dependientes de ella como el valor relativo económica y socialmente es «un elemento de alarma, dice García Varas, por lo que desde WWF piden a la Unión Europea que entre sus principales prioridades esté la de trabajar por la recuperación de los stocks pesqueros . Y es que el 90% de las poblaciones pesqueras evaluadas en el Mediterráneo sufren sobreexplotación y la tendencia de otros sectores que tienden a crecer, como la minería marina y la búsqueda de petróleo y gas, tendrá efectos negativos sobre las pesquerías.

El Mediterráneo es algo más que un mar, es uno de los activos económicos más valiosos para Europa -los cálculos de WWF estiman que este mar genera valor por 100.000 millones de euros y crea unos 7 millones de empleos-, pero el crecimiento de algunas actividades proyectado para los próximos años podría ponerle contra las cuerdas. Así, el crecimiento previsto del turismo, el tráfico marítimo, la acuicultura o la búsqueda de hidrocarburos son los sectores económicos que pueden condicionar el futuro del Mediterráneo. De hecho, el gran desafío para esta cuenca durante los próximos años será el «crecimiento azul» . Por eso, la iniciativa Mediterránea de WWF, puso en marcha el informe MedTrends, que ofrece una visión global de la situación de los principales sectores económicos. El estudio, liderado por WWF Francia, abarca ocho países: Chipre, Croacia, Francia, Italia, Grecia, Malta, Eslovenia y España.

Los conflictos por el espacio surgirán, por ejemplo, entre el turismo (el sector más importante para la economía mediterránea, con una previsión de pasar de 343 millones de turistas en 2014 a 500 millones en 2030) y la acuicultura, ya que ambas actividades se desarrollarán en la costa, con los proyectos de exploración de hidrocarburos (como ya ha pasado en Baleares), o entre estos últimos y las energías renovables. En la actualidad, los intereses del sector de los hidrocarburos ocupan casi un 45% de la superficie del Mediterráneo , teniendo en cuenta los proyectos actualmente en vigor (23%) y los proyectados (21%). Desde la organización conservacionista esperan que el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático sirva para que no se aprueben nuevos desarrollos de gas y petróleo en estas aguas. Además, el tráfico marítimo, cuyas rutas dibujan verdaderas autopistas marinas, es en su mayoría (57%) de buques que transportan sustancias peligrosas, que ponen en serio riesgo el ecosistema.

WWF recuerda que, sin una visión a largo plazo basada en el ecosistema y el desarrollo sostenible, el Mediterráneo no será capaz de seguir sosteniendo la economía y el bienestar de los países europeos de la cuenca. «La Unión Europea debe desempeñar un papel crucial. Las herramientas existen sobre el papel, como es la Directiva sobre la ordenación del espacio marino de julio de 2014», señala Óscar Esparza , coordinador de MedTrends en WWF España. «Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La aplicación de esta Directiva exige una visión compartida y ambiciosa para el futuro del espacio marítimo mediterráneo, teniendo en cuenta diferentes escalas espaciales y contar con la protección y conservación de la biodiversidad y ecosistemas como piedra angular. De lo contrario, será imposible alcanzar los objetivos ambientales fijados por la Comisión Europea, que ya se encuentran en grave riesgo», añade Esparza.

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