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El matrimonio gay cortocircuita a la Iglesia de Inglaterra

El clero de base se rebela contra sus obispos y rechaza un documento contra las bodas entre homosexuales

La Iglesia anglicana vota la ordenación de mujeres obispo EFE
Luis Ventoso

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La Iglesia de Inglaterra, inmersa desde hace una década en una grave crisis de pérdida de feligreses y vocaciones , ya tiene un problema más: el matrimonio entre homosexuales. Las bodas gays han abierto una seria falla entre la cúpula episcopal y el clero de base. En la noche del miércoles, los obispos presentaron al sínodo un documento, que en la línea tradicional del cristianismo, reiteraba que el matrimonio sacramental solo puede ser darse entre el hombre y la mujer. Pero al someter esa directriz a votación resultó rechazada por los pastores de base, con algunas voces llegando a tachar la propuesta episcopal de «homofóbica». El debate duró tres horas y por momentos resultó acalorado.

Los activistas arcoíris han celebrado el fracaso de los obispos como una gran victoria, que esperan que conduzca a que la Iglesia de Inglaterra acepte pronto el matrimonio gay. Con Justin Welby , un antiguo ejecutivo del mundo del petróleo convertido en obispo de Canterbury, la jerarquía anglicana ha ido dando pasos contrarios a la tradición de manera más rápida y audaz que la católica. Se ha posicionado políticamente a la izquierda y ha aceptado que las mujeres ejerzan el sacerdocio o alcancen el rango de obispo. También ha admitido que un gay manifiesto alcance el rango episcopal. Pero lo cierto es que esas medidas de apertura coinciden con una creciente pérdida de prestigio de la institución y, sobre todo, con una dramática caída de la asistencia a sus oficios. El 49% de la población británica reconoce que no profesa religión alguna y solo el 17% se declara anglicana.

En solo dos años, de 2012 a 2014, lglesia de Inglaterra perdió 1,7 millones de fieles, mientras el número de musulmanes crecía en 900.000 en el mismo período, con lo que hoy la mahometana es la fe que más aumenta en el Reino Unido. Los anglicanos han pasado de suponer en el 21% de los británicos creyentes en 2012 a solo un 17% ahora. Mientras tanto, la Iglesia Católica se mantiene en Gran Bretaña y ha recibido a sacerdotes conversos, que dejan la fe anglicana ante su vuelco aperturista.

El sínodo de la Iglesia de Inglaterra lo componen tres estamentos: los obispos, los laicos y el clero. Los obispos aprobaron el documento contrario al matrimonio gay (43 votos a favor y uno en contra). También lo hicieron los laicos (103-83). Pero la gran sorpresa surgió cuando los propios pastores lo rechazaron por 100-93. La propuesta fue desestimada, porque se requería el apoyo de los tres estamentos. El texto estaba delicadamente redactado y era afectuoso con los fieles homosexuales. Proponía una «cultura de bienvenida y apoyo» a los gays por parte de la Iglesia de Inglaterra, aunque volvía a recordar que doctrinalmente el matrimonio solo existe entre hombre y mujer. Pero los críticos lo denostaron y lo tacharon de «divorciado de la realidad», «poco amable» e incluso «homofóbico».

A las puertas de la reunión del sínodo, activistas de los grupos LGTB esgrimían pancartas. En una de ellas, se preguntaba sobre una bandera arcoíris: « ¿Qué haría Jesús?».

Ahora los obispos tendrán que preparar un nuevo documento y volver a presentarlo ante el sínodo. Lo sucedido es un paso más en la guerra civil cada vez más intensa entre conservadores y aperturistas, que está marcando el declive de una institución religiosa creada en 1534 por la obcecación de un rey, Enrique VIII, que rompió con Roma solo para casarse de nuevo.

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