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Lluc Torcal: «La manipulación genética toca la dignidad humana y su identidad»

Entrevista al Procurador General del Císter, físico de formación, además de filósofo y teólogo

Lluc Torcal, Procurador General del Císter, y físico JOSÉ RAMÓN LADRA
Pilar Quijada

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Con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra, Lluc Torcal (Sant Cugat del Vallés, 1971) ha sido desde 2007 prior del monasterio de Poblet. Durante su formación en Roma se interesó por el cambio climático y quiso mejorar la eficiencia energética del monasterio. Grifos ecológicos que ahorran jabón y un 95% de agua, calefacción sostenible o alumbrado inteligente convirtieron su monasterio en lugar de «peregrinación ecológica». Esta labor fue decisiva en su elección como Procurador General del Císter, cargo en el que organiza cuestiones del día a día del centenar de monasterios de la Orden. Hace unas semanas habló sobre «Integración cognitiva, mejoramiento humano y transhumanismo» en la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno .

-Es físico y filósofo además de teólogo. ¿Cómo se llevan ciencia y fe?

-Si uno se abre a la búsqueda de la verdad no hay contradicciones, solo perspectivas diferentes. El lenguaje de las matemáticas es un camino para comprender cómo Dios ha creado este mundo. No hay separación entre lo que Dios revela con Jesucristo y la teología y lo que revela con la Creación. El científico no tiene por qué creer esto, pero si está abierto cuando hace ciencia e intenta comprender el universo, de alguna forma comprende este mensaje.

-¿Qué piensa del creacionismo?

-Es una teoría totalmente ciega. No se sostiene con datos científicos. Significa no entender la ciencia ni la teología. Los que leen la Biblia literalmente no han entendido la palabra de Dios. El Génesis explica el sentido y bondad de la Creación, salida de las manos de Dios. No es un tratado de cosmología.

-Es el impulsor del Instituto del Conocimiento Integrado de Poblet...

-Se creó para trabajar temas colindantes entre ciencia, filosofía y teología. Ayuda a eliminar tabúes y ofrecer visiones integradoras. La evolución es uno de los temas más estudiados, junto con el origen del lenguaje, la mecánica cuántica, la neurociencia y el mejoramiento humano transhumanista.

-¿La propuesta transhumanista recuerda al fruto prohibido del Paraíso?

-Sí. La manipulación genética toca el núcleo de lo humano, su dignidad e identidad, de manera muy reductiva. El anhelo de mejorar es bueno, pero de forma integral, manteniéndonos humanos. Si nos quedamos en la superinteligencia o vivir más, reducimos al hombre.

-Ser más longevos no es malo...

-Se puede alargar la vida de forma no contraria a la dignidad, con la medicina regenerativa o controlando el envejecimiento. Yo evitaría la pretensión de ser inmortales en la Tierra, porque puede ser un poco aburrido. ¿Vamos a alargar la vida para tener más jubilados haciendo turismo con el Imserso durante más años? No es muy enriquecedor.

-Es su recompensa en esta vida.

-Cierto, pero prolongar la vida sólo como operación comercial sin valorar la sabiduría acumulada carece de sentido.

-Si llegáramos a ser inmortales, ¿dónde quedaría la vida eterna?

-Si uno no muriera no habría resurrección. Aquí la premisa de partida es falsa, porque no vamos a ser inmortales. En todo caso, el tipo de inmortalidad que plantea el transhumanismo es casi cibernética. Y la conciencia, que está en el corazón de la identidad humana, pasaría a ser una especie de supercomputadora. Esto es ciencia-ficción y destruye al hombre, que ya no será humano. La teología promete la inmortalidad a hombres de carne y hueso. Esa inmortalidad se mantiene viva por la fe.

-¿El alma tiene explicación centífica?

-La ciencia nunca podrá medir lo espiritual. Pero sí entender los efectos del alma en nuestra vida. La teología dice que el alma existe y algunos efectos de esta presencia nos distinguen de otros seres vivos, como la capacidad de interpretar. A diferencia del mundo inorgánico, controlamos la información que nos llega. El mundo inorgánico sólo procesa datos y reacciona a ellos. Los sistemas pasan del mundo inorgánico al vivo porque controlan la información y cambian el ambiente que los rodea.

-¿Y dónde queda Dios en todo eso?

-Nadie sabe en qué momento un sistema inorgánico se convirtió en vivo, y mucho menos en qué momento se produjo la humanización. Hay quien cree que es por acumulación de funciones fisiquicoquímicas y biológicas y cada salto es consecuencia del anterior. Esto es difícil de justificar incluso científicamente. Ante esos momentos singulares difícilmente justificables, la respuesta creyente es que aquí hay una intervención directa de Dios para dar ese salto cualitativo de lo inorgánico a lo orgánico y de lo orgánico a lo humano.

-Robándole la idea a Santa Teresa, ¿en el laboratorio de física también anda Dios?

-Dios está presente en todo, pero su presencia no actúa siempre de la misma forma. Y sobre todo en las cosas simples, como decía Santa Teresa: "Entre los pucheros anda Dios", para decir que en lo simple, en lo más cotidiano de la vida está el Señor. Evidentemente no voy a decir nada contra Santa Teresa.

-Otra frase. Eso de "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", últimamente no lo llevan ustedes a rajatabla. Ahí está el ejemplo de Teresa Forcades o sor Lucía Caram, que desde el canal Cocina y las redes sociales, hace duras críticas de política, usted con sus conferencias sobre el transhumanismo... ¿Habría que redefinir ese antiguo dicho?

-Redefinir, no. Al contrario. Estamos mezclando cosas. Esa frase significa que las realidades mundanas, e incluso naturales, tienen su autonomía, regidas por sus propios principios y conocidas por sus propias metodologías. Es lo que al comienzo de la entrevista hemos dicho, que la visión de un científico creyente cuando hace ciencia puede ser unitaria pero respetando las metodologías de cada una de las disciplinas que esa persona practica. Eso, a mi modo de ver, está hablándonos de la autonomía de todas las realidades, que a la vez es una forma de enaltecer a Dios. Tenemos un mundo que ha salido de las manos de Dios pero que no depende constantemente de que esté interviniendo en cada momentos para que funcione. Quetiene suficiente autonomía para ir adelante por sí solo. Evidentemente con la acción del hombre también libre y autónomo, para que pueda mediar todo lo que sea necesario. Esto es una cosa. La otra es cómo un religioso realiza su actividad en la sociedad en la que vive. Aquí no se viola el principio de dar a Dios lo que es de Dios y al césar lo que es del césar. Como ciudadano tengo mis responsabilidades en el fondo, y cuando tiene sus propios talentos, como cada ciudadano, tienes que ponerlos al servicio de la sociedad. Hasta dónde llega está inmersión en la sociedad de la vida de un religioso depende de la obediencia, de los propios talentos y de los límites de su regla. Y esto ha de valorarlo cada uno en conciencia. A mí me han permitido hacer lo que he estado haciendo hasta ahora, que no es más que dar conferencias y charlas, una actividad muy activa. Es lo que me han permitido y en enconciencia he creído que tenía que hacer. Y como mi orden continúa confiando en mí, mientras me lo permitan, continuaré haciéndolo.

-Practica en "ora et labora". ¿Cómo es su día a día?

-Sí, ahora es un momento complicado. Mi día a día antes era más tranquilo, porque tenía un horario que marca la jornada. También ahora, pero me tengo que ocupar de cosas de alcance un poco más mundial. Aún así siempre he sido una persona de mucho trabajo, de muchas ganas de hacer cosas, aprender, estudiar. Y mi jornada es bastante cargada, desde el punto de vista laboral, dedicando horas al estudio, al trabajo, a gestionar cosas. Y también tengo horas de oración, que son e hecho lo mejor de la jornada. Esos momentos de estar con Dios, al que uno se ha entregado, puede ser comparado como el momento que se pasa con la persona que se ha elegido para compartir toda tu vida. Es el momento en el que estoy en esa pequeña intimidad con el Señor.

-¿Dedica mucho tiempo a la oración?

-Nuestra jornada tiene bastantes horas, sí. Ahora en Roma un poco menos de lo que hacíamos en el monasterio, pero suele ser entre cinco o seis horas diarias mínimas.

-¿La oración engrasa la maquinaria del pensamiento?

-Nuestra oración contemplativa no es en el sentido estricto que decía Santa Teresa. Es una oración de conocimiento del Señor, estar en presencia de Dios, y conocimiento del misterio. Y desde ese punto de vista es contemplación. Y en la medida en que es un conocimiento de Dios, ayuda a que el pensamiento esté centrado en conocer más y mejor este misterio. Y sí, esa imagen es bonita, es una forma de engrasar nuestros músculos mentales para que nuestra mirada sea cada vez más profunda. De hecho, la metafísica, que es la antesala de la contemplación religiosa, es una mirada que va más allá de lo físico, pero sin abstraerse de lo físico. Esta imagen a mí me define bastante, porque uno estudia la física, lo que ve y le atrae del mundo. Su mirada se agudiza y entras en lo que está más allá, la metafísica, para llegar a comprender que detrás de todo, en el fondo, hay un misterio que te llama a a dar toda tu vida para vivir entregado a él. Y eso es lo que llamamos es Dios.

-Tal y como lo describe, parece que a través de la física, usted decide que quiere ser monje.

No. mi vocación vino a la par con la Física, y ambas cosas se alimentan. Esa voluntad de darse a Dios te invita a conocer mejor el mundo. Y conociendo mejor el mundo y abriéndote más a esa realidad y a contemplar lo que vemos en el mundo, nos invita a abrirnos más a Dios y a estar más dedicados a su servicio.

-¿Hace falta un razonamiento muy abstracto en física cuántica?

-Hace falta pasión por el conocimiento y escudriñar los misterios del mundo con respeto y una mente muy abierta, sin encerrarse en formas antiguas de hacer ciencia.

-¿Unos siglos atrás podría haber sido físico y monje?

—Otros lo han hecho. Por ejemplo, Laimatre, un sacerdote de finales del XIX, que predijo la expansión del universo. Mendel era también un fraile...

-Sí. pero Mendel, con su teoría de las "partículas" que de generación en generación transmitían características genéticas, no amenaza mucho la doctrina de la Iglesia...

-La Ciencia no amenaza la religión si se entiende bien.

-Bueno, ahí está Copérnico. O sin salir de casa Miguel Servet. O el caso de Darwin, que tardó 20 años en publicar "El origen de las especies" por miedo a la Iglesia anglicana. La religión tradicionalmente ha sido el freno de la ciencia...

-Eso también es un tópico masticado, para superar, porque el cristianismo ha sido el motor de la ciencia desde el siglo XIII. El origen de la Ciencia Europea está en las universidades cristianas. No voy a negar esos ejemplos, ha habido épocas un poco oscurantistas. Pero al lado de esos ejemplos hay otros muchos. En Roma mismo, estaban los jesuitas con el Colegio Romano, investigando y haciendo sus trabajos en paz la Iglesia. A veces nos centramos sólo en puntos que no niego que han sido dificultosos. Y muchas veces la dificultad nace no tanto por las teorías en sí, sino por las ideologías que generan. Durante el XIX todo el positivismo ha sido una cuestión de posicionamiento ideológico ante la religión, y poco científico, lleno de prejuicios contra muchas compresiones del mundo por parte de la Iglesia.

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