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A la hora de elegir perro, muchas veces nos fijamos en el tamaño

Los que han tenido un ejemplar grande se muestran escépticos hacia los pequeños, alegando que no serán tan capaces de encarnar las virtudes de los perros de mayor tamaño. Nada más lejos de la realidad...

Carmen Aniorte

Ser perro con mayúsculas no es cuestión de tamaño, y lo mismo nos ofrecerá un minúsculo Chihuahua que un coloso Mastín o San Bernardo . Hoy hablamos de los pequeños y de sus cuidados especiales. Pueden llegar a ser tan minúsculos que todo en torno a ellos se torne más grande y amenazante. Un primer ejemplo es su propia crianza. «En los primeros meses, la mayoría está por debajo del kilo de peso, tienen muy pocas reservas corporales y aparecen dos enemigos inmisericordes: la hipoglucemia y la hipotermia. El destete puede ser un tránsito crítico , es preciso ofrecer raciones múltiples muy palatables y nutritivas a lo largo de toda la jornada», comenta nuestro veterinario de cabecera Javier Álvarez de la Villa.

En los perros grandes , este hecho no sucede, ellos cuentan con depósitos grasos y una buena despensa hepática y muscular de glucógeno. Antes del año pues, ofrezcamos una dieta equilibrada al cachorro mini talla. Esta comida podrá ser húmeda (carne para cachorros) o seca (pienso). En general, el alimento seco constituirá la base y obligará mejor al necesario ejercicio de la masticación . «No se preocupe demasiado buscando mini granos o minicroquetas (es un fallo muy extendido), su perrito se los tragará sin más», nos informan desde el Centro Veterinario Víctor de la Serna .

Por el contrario, los granos más gordos pueden resultar un incordio y poco atractivos. Las marcas han pensado en este hecho y ofrecen productos adecuados. Siguiendo con la comida, evitaremos siempre las dietas restrictivas que frecuentemente se imponen a los perritos mini talla. Sucede que se proyecta que nuestro perro costosamente adquirido ha de ser muy pequeño. Las expectativas llegan a ser incluso obsesivas; tienen que ser muy pequeños, entrar en el bolso y en la cabina del avión...... Como consecuencia, animalitos con hambre famélica que buscan sin parar y se lo comen todo, incluso sus propias heces (coprofagia). «No perdamos de vista que el porcentaje más alto que determina el tamaño final lo constituyen los factores genéticos, no luchemos contra este hecho», comenta Javier Álvarez de la Villa.

Cuidados bucales

Muchos propietarios se muestran preocupados y proclives al cuidado de la cavidad oral. Tal vez han tenido una mala experiencia con el sarro de su anterior perrito o han oído algo sobre el tema. Es cierto, la boca de las razas Toy es pequeña, las piezas dentales demasiado grandes , la salivación escasa, el hueso mandibular endeble y las encías poco vigorosas.

Como consecuencia, el espacio periodontal y gingival podrá aparecer muy precozmente. El sarro se depositara abundantemente en la unión gingivo dental. Allí podrá calcificarse e ir penetrando bajo la encía hacia la cavidad alveolar. Los dientes se aflojarán y terminarán por caerse (periodontitis), la halitosis será intensa y,además, aparecerán con demasiada frecuencia enfermedades cardíacas derivadas del paso continuo de bacterias al torrente circulatorio desde la boca dañada. ¿Qué hacer? Ante todo croquetas de pienso que obliguen a masticar.

«Masticar genera una adecuada salivación y la saliva conlleva una carga enzimática que puede inhibir en parte la acción bacteriana y la formación del temido sarro», dice el veterinario consultado. Pero como se trata de artificiosas creaciones humanas, los mini talla precisarán otras posibles medidas como la limpieza dental cotidiana, con productos de diferentes tipos. Algunas pastas enriquecerán enzimáticamente la saliva y además son muy palatables y tan solo con su ingestión voluntaria será suficiente. Otros productos en polvo se podrán añadir, en pequeñas dosis, a la ración de alimento y no funcionan mal. Finalmente, si la limpieza con ultrasonidos resulta inexorable se realizara la misma bajo leve sedación en un Centro Veterinario que ofrezca garantía y experiencia en dicho servicio.

Premiar o no premiar

Tocamos ahora otro matiz importante sobre la alimentación: los premios. Debemos ser cuidadosos con los bocados ofertados. No es infrecuente, por desgracia que los Toys ingieran pedazos demasiado grandes (carnes de pollo etc.) o gomosos (pan blando). Alimentos muy atrayentes que nuestro mini toy intentará engullir con demasiada premura. Las consecuencias pueden ser graves, los alimentos podrán detenerse en la faringe provocando asfixia o en el esófago torácico de donde tendrán que ser removidos bajo anestesia general.

«Administremos pues, pequeños bocados, de composición adecuada», afirma el doctor Álvarez de la Villa. Existen en el mercado una nutrida oferta. Hagámoslo solo eventualmente durante la jornada para premiar sus acciones positivas en un marco de continua educación en obediencia. Los premios, algunos deliciosos por cierto, nunca intentaran una sustitución total ni tan siquiera parcial, de su ración alimentaria diaria . Esto seria totalmente contraproducente.

Otro matiz diferente respecto a los perritos de pequeño tamaño gravita en sus relaciones sociales. Es cierto que son mini tallas y por tanto, mucho más vulnerables ante sus propios congéneres más grandes e incluso otras especies (urracas, gatos etc.). No debemos caer, sin embargo en la sobre protección, pero si en la vigilancia y posible selección de los compañeros de juego más adecuados . Perros más o menos grandes podrán ser sus más tiernos y cuidadosos amigos del parque, pudiendo comportarse igualmente como verdaderos guardaespaldas.

Frío o calor

Otro punto importante en los toys versa en torno a su protección térmica. Al disponer de menos reservas grasas pueden enfriarse en invierno donde un acolchado abrigo no será mala idea si las condiciones ambientales son adversas. En verano por el contra, su capacidad de termorregulación llega muchas veces al límite pudiendo ser adecuadas los nuevos fulares y chalecos de tecnología refrigerante.

En lo que hace referencia al ejercicio diario , este será adecuado a su tamaño y raza. El ejercicio necesario, libera sus energías contenidas favoreciendo un comportamiento más tranquilo y estable. Los juegos del parque y el paseo cotidiano suelen ser más que suficientes para nuestros miniperros . Otras modalidades como el caanicross, pueden llegar a ser demasiado exigentes. Deberemos utilizar nuestro sentido común, un carlino, por poner un ejemplo, nunca podrá emular a un galgo.

Finalizamos con la educación. Como son pequeños, a menudo les permitimos de todo. Los convertimos en mascotas de brazo, en muñecos de peluche, criamos mimados y malcriados a la carta. Ansiedad por separación, hipocondríacos temerosos y jerárquicos agresivos no serán infrecuentes en los minitalla. Hay que educarlos sin perder de vista que son en esencia verdaderos perros y no juguetes, de esta manera podrán ofrecernos a parte de las ventajas y comodidad inherentes a su contenido tamaño las otras como formidables compañeros de sus primos más grandes.

Por último Purina, coincidiendo con la renovación de la imagen de su gama para perros de raza pequeña con la línea One Mini, ofrece una serie de curiosidades sobre nuestros «pequeños amigos» de cuatro patas:

1- Los perros pequeños queman un 60% más de energía que los grandes.

2- Son más longevos y pueden l legar a vivir hasta los 18 años.

3- Se deben alimentar con cantidades pequeñas , pero con más frecuencia.

4- Sus mandíbulas son más pequeñas, pero tienen el mismo número de dientes que un perro grande.

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