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Las emisiones de gases de efecto invernadero en 2016 fueron las más altas en 800.000 años

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) alerta de que se siguen batiendo récords históricos de contaminación

Fotografía facilitada por Catlin Seaview Survey que muestra el blanqueo de corales a consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero en la isla Lizard, en la Gran Barrera, fuera de la costa Queensland, Australia EFE

MARÍA TERESA BENÍTEZ DE LUGO

Según el último informe sobre gases de efecto invernadero (GEI), publicado hoy en Ginebra por la Organización Metereológica Mundial (OMM), el aumento de estas emisiones en 2016 batió récords históricos alcanzando los niveles más altos de concentración de los últimos 800.000 años. Esta situación podría tener consecuencias irreversibles para el planeta.

De acuerdo con los científicos, los cambios abruptos comprobados en los últimos setenta años no tienen precedentes y quizás sean definitivos. Durante 2016, las consecuencias del cambio climático se agravaron por una combinación de las emisiones originadas por la actividad humana con las del fenómeno climático de El Niño, especialmente fuerte ese año.

Los principales gases de efecto invernadero (GEI) que se encuentran en la atmósfera -el dióxido de carbono (CO2), el vapor de agua (H2O), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y el ozono (O3)- alcanzaron durante 2016 niveles de concentración nunca registrados. El promedio de concentración de CO2 fue durante ese año de 403.3 partes por millón (ppm), frente a 400.00 ppm en 2015.

De acuerdo con el estudio de la OMM, el rápido aumento del nivel de concentración del dióxido de carbono (CO2), así como el de los otros gases de efecto invernadero, podría poner en marcha cambios sin precedentes en el clima ocasionando «severas rupturas en los sistemas ecológicos y económicos».

Durante las próximas décadas, el cambio climático cambiará no sólo nuestro paisaje, sino también nuestras costumbres . Además, acarreará importantes consecuencias en la agricultura, vivienda, energía y mundo animal. Estos cambios se deben al incremento de la población, a la agricultura intensiva, al aumento de la deforestación y a la actividad industrial que contribuyen, con sus emisiones, a aumentar la concentración de GEI.

Aunque la concentración de GEI ha aumentado progresivamente a partir de 1750 esta tendencia se acentúo de manera significativa en la década de los noventa , un incremento del 40%, culminando con los niveles históricos registrados en 2015 y 2016, según la Administración Nacional Océanica y Atmosférica de Estados Unidos, citada en el informe.

«Sin recortes rápidos en las emisiones de CO2 y demás gases de efecto invernadero nos encaminamos hacia aumentos de temperatura muy peligrosos, antes de que finalice el siglo, que superarán con creces los límites fijados por el acuerdo de París sobre cambio climático», afirmó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Taalas afirmó que «las generaciones futuras herederan de un planeta mucho más inhospitalario debido a que el CO2 permanecerá en la atmósfera por cientos de años, aún más tiempo en los océanos, provocando un clima mucho más extremo durante los próximos años porque no existe una fórmula mágica para suprimir estos gases de la atmósfera».

El informe, que servirá de documento de trabajo durante las reuniones de las próximas negociaciones de la ONU sobre cambio climático, que tendrán lugar entre el 7 y el 17 de noviembre en Bonn (Alemania), observó que las cifras no mienten y que «continuamos emitiendo demasiados GEI».

Esfuerzos realizados en los últimos años

Aunque los científicos reconocieron los esfuerzos realizados durante los últimos años, sobre todo en el campo de las energías renovables, advirtió que no son suficientes y que habrá que encontrar más soluciones que permitan enfrentar al desafío del cambio climático a través de una voluntad política mundial que tome en cuenta la urgencia de la situación.

El informe alerta de que durante los últimos 70 años los niveles de concentración de gases de efecto invernadero fueron unas cien veces más que los constatados desde el final de la última glaciación

En sus conclusiones el informe advierte que, durante los últimos setenta años, los niveles de concentración de GEI, principalmente de CO2, batieron récords históricos. Unas cien veces más que los constatados desde el final de la última glaciación y que la tendencia podría acentuarse en las próximas décadas.

Los científicos que participaron en el estudio afirmaron que hasta la década de los noventa la concentración de CO2 en la atmósfera se mantuvo en un promedio de unas 280 partes por millón (ppm). Desde entonces el incremento de las emisiones de gases se aceleraron alcanzándose, en 2016, un nivel de concentración de 403.3 ppm, la más alta de los últimos 150 años.

Respecto a los demás gases de efecto invernadero, el estudio señala que las concentraciones de metano (CH4), el segundo GEI más duradero, ha alcanzado nuevos récords de 1.853 partes por billón (ppb) en 2016, un nivel 257% mayor que en la era preindustrial. El óxido nitroso (N20) registró en 2016 una concentración de 328.9 ppb, 122% superior a este periodo de referencia.

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