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Mascotas

Castración en perros machos

Se asocia a anular, disminuir energías, quitar felicidad, imponer criterios restrictivos, obesidad... pues nada más lejos de la realidad. Usted podrá castrar a su perro o no. Nadie le va a obligar. Lo hará si estima que este acto puede ser positivo y aportar más que restar

AFP

Carmen Aniorte

Lo primero de todo comenzaremos cambiando su nombre. Es más correcto el de orquiectomía . Suena mejor y acuña menos sgnificados peyorativos. Muchos propietarios noveles se interesan por las posibles ventajas de realizar esta intervención a su querida mascota.

Para que sea más entendible, comenzamos con un perro A. Es un macho adulto y parece guardarse siempre un «poco de pis» para hacerlo en determinados puntos del hogar. Sus propietarios se acercan a la frustración . ¿Cómo es posible? Sacar a su querida mascota hasta 4 veces al día , llueva, nieve o haga viento. Pasearle sin prisas, dándole la oportunidad para eliminar todo el pis y «exprimir» totalmente su vejiga y, sin embargo, ha llegado al hogar y ha vuelto, una vez más, a miccionar.

Se diría que lo tiene como hábito, como costumbre . La casa comienza a oler mal y las marcas de orina en alfombras, cortinas, sillones …se presentan como habituales. La situación se hace insostenible y se puede llegar incluso al abandono. Este caso A es muy frecuente, créanme. El perro en cuestión esta marcando su territorio. «Lo ha hecho un sin número de veces en la calle, pero ha dejado un poquito para el hogar. Es cierto que no todos ellos se comportan así. Pero cuando el marcaje territorial se convierte en una obsesión , la orquiectomia servirá de gran ayuda. Con una menor carga hormonal, nuestra querida mascota estará más tranquila, dejando el hogar intacto como se merece», comenta el veterinario Javier Álvarez de la Villa. Podemos concluir en este primer apartado que la castración se indica no sólo para prevenir el marcaje territorial , si no para corregir cuando éste ya ha aparecido y no es secundario a otras causas educacionales u orgánicas.

Perro en situación B

Nuestro perro era un cachorro maravilloso. Era, pues se ha convertido en el «terror» del parque . Ha crecido, se ha hecho un macho poderoso o un pequeñajo rabioso. Necesita imponer su ley. El paseo con él se ha convertido en una tortura. Nuestro hombro está a punto de dislocarse. Cuando divisa un competidor comienza a proferir gruñidos y ladridos cada vez más amenazadores. No obedece a nuestras imperativas órdenes y ¡horror!, pasado un tiempo ha llegado a morder tras un feroz e injustificado ataque. Sin temor a equivocarnos, que este perro está fuera de si. Necesita imperar y reinar en su territorio, frente a sus numerosos competidores. «Este patrón se denomina “agresividad jerárquica“ frente a otros perros machos», nos confirma el veterinario del madrileño Centro Veterinario Víctor de la Serna .

Es cierto que los educadores y el entrenamiento en obediencia puede servir de gran ayuda, pero no es menos cierto que la orquiectomia va a servir de gran ayuda e incluso llegar a ser imprescindible. No olvidemos el agobio que sufren sus propietarios y no olvidemos tampoco la infelicidad y estrés en la que en realidad está su mascota. Amenazas, marcar y morder ¿Para qué? No van a ser jefes de ninguna manada . No van a ser «alfas» que impregnen sobre otros machos para perpetuar sus genes (eso sólo ocurren el mundo natural salvaje). «No es necesario sufrir este comportamiento. Al final teníamos un perro para pasear, comunicarnos con otros propietarios y hemos acabado apartados de la manada de nuestro barrio. Perro y propietario estigmatizados. ¿merece la pena?», concluye en este punto el veterinario Álvarez de la Villa.

Caso C o perro enamorado

El perro C se nos ha escapado. Hemos corrido tras él entre lágrimas, lamentos y llamadas desobedecidas. Ha cruzado una avenida principal …..¡lo hemos logrado atrapar! Esta vez no ha sido atropellado y no se ha extraviado definitivamente. Seguía el rastro de una perrita en celo ( la primavera, el instinto..). Llevará días comiendo mal y aullando por la noche. ¡Pobre perrito enamorado! Cuántos celos así tendrá que pasar…¿Podremos afrontar este período, este peligro? ¿Merece la pena? Para más ende, al final no lo vamos a cruzar. Estará de manera continua en situación de privación y de riesgo. «En estos casos la orquiectomía es un aliado; artificiosa, no natural, pero a la postre, aliada amiga», comenta el veterinario.

Otro caso - podemos llamarle D- frecuente también a tener en cuenta es cuando nuestro perro macho está echado en el sillón . Es de gran porte. Cuando nos vamos a sentar y ordenamos amablemente que se baje, lejos de obedecer, nos mira fijamente a los ojos. Pupilas dilatadas, orejas bajas, belfos contraídos y un gruñido amenazante. Nuestro antaño querido cachorro se ha ido convirtiendo con el paso de los meses, en un ‘macho alfa’ que ahora solicita el liderazgo de la manada humana.

En ocasiones, miembros de la familia pueden llegar a estar amenazados , e incluso, en peligro de ataque más o menos violento. «Este patrón se denomina “agresividad jerárquica frente a humanos” y es muy desagradable. Hemos, ténganlo por seguro, educado muy mal a nuestro cachorro. Lo hemos convertido en un auténtico “reyezuelo” que intentaba imponer su tiranía. La orquiectomía será en este caso otra vez gran aliada. Pero además, se implementarán medidas educacionales para corregir este comportamiento», asegura el doctor Álvarez de la Villa. Más o menos se educa al propietario para que este eduque a su perro. Una gran tarea que puede evitar abandonos, sin duda alguna.

Problemas de próstata

Para finalizar, otro caso, el perro E. Hemos sido esclavos de la superlativa líbido de nuestra mascota, de sus micciones marcadoras en el hogar, de peleas con otros machos y demás. Finalmente como colofón, ha aparecido un problema prostático y tenemos que castrarlo. ¿Ha merecido la pena tanto estrés mutuo? ¿No sería mejor haberlo prevenido con una orquiectomía temprana? Hay que entender que el medio urbano y el domicilio no son campos de desarrollo óptimo para perros machos enteros. Se encontrarán cohibidos en muchas ocasiones al no poder llevar a cabo un principio tan importante como el de la reproducción.

El influjo hormonal continuo no tendrá finalidad biológica. Aparecerán, en muchas ocasiones, alteraciones conductuales como las expuestas, y en otras tantas, enfermedades prostáticas y otras.

La monta ocasional no servirá para calmar sus impetus y será un bálsamo transitorio. Muchas veces optar por una orquiectomía preventiva será la mejor opción. La cirugía es rápida y eficaz y, actualmente, se puede realizar con anestesias que ofrecen máxima seguridad. Muchos centros veterinarios, y en especial, los que certifican su calidad de servicios, garantizan un trato exquisito en el pre y postoperatorio, además del control absoluto del dolor. Su mascota no sabrá que ha sido operada y poco a poco, se mostrará más tranquila, ofreciendo un carácter más estable y equilibrado.

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