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¿Buena forma física solo con medicación?

Dos nuevas sustancias, probadas por el momento en roedores, aumentan la masa muscular sin necesidad de ejercicio físico

ABC

José Manuel López Tricas*

¿Se puede lograr un excelente tono muscular a base de medicamentos ? A esta pregunta la mayoría de las personas responderían: no. Y esta respuesta es hoy día correcta; o casi, porque a no mucho tardar será posible mediante fármacos conseguir una excelente forma física (tono muscular) que, de otra forma, exigiría semanas, meses, incluso años de duro trabajo de gimnasio.

Investigadores del Instituto Salk (fundado por Jonas Salk, descubridor de la primera vacuna contra la polio), con sede en San Diego, California, Estados Unidos, han hallado que dos sustancias consiguen un impresionante fortalecimiento muscular ¡en ratones!

Una de las sustancias se ha registrado con el nombre de « Aicar ». Los roedores a los que se les ha administrado experimentalmente incrementaron su tono muscular alrededor de un 40% en promedio.

Otra sustancia designada GW501516 («Cardarine», «Endurobol») consiguió un aumento más espectacular del tono muscular en ratones, de hasta un 75%, si bien, en este caso era necesario que los ratones realizasen ejercicio físico forzado (caminar en una rueda en movimiento continuo).

GW501516 fue fruto de un programa coordinado de investigación de la multinacional farmacéutica británica GlaxoSmithKline Pharma y la empresa Ligand Pharmaceuicals.

Los ratones y los humanos somos muy diferentes en apariencia, más no en genética. Cabe inferir que este aumento del tono muscular observado en ratones s ería extrapolable a los humanos . La primera tentación salta a la vista: muchos atletas no dudarían en usarlos para mejorar sus registros deportivos en distintas competiciones. Por esta razón, el Instituto Médico Howard Hughes está desarrollando una técnica analítica que permita a la Agencia Anti-dopaje incluir estas sustancias en la extensa lista de sustancias prohibidas. De hecho existe ya un comercio ilícito de estas supuestas sustancias vendidas a precios desorbitados, con promociones engañosas.

Si llegasen a autorizarse como medicamentos p odrían ser muy útiles en diversas enfermedades . Un ejemplo sería la diabetes, sobre todo la de inicio tardío (diabetes tipo 2), en la que la obesidad y el sedentarismo son factores predisponentes (modificables), además de otros, como la edad y la predisposición genética (no modificables).

Contra la enfermedad

Pero no solo en la diabetes. La obesidad es por sí misma un grave problema médico mundial, tanto en sociedades opulentas, como en sociedades con niveles de renta intermedios (un ejemplo es México, donde la obesidad afecta aproximadamente al 80% de la población; así como diversos países de Polinesia).

Otros pacientes que se beneficiarían de estos potenciales medicamentos son aquellos con enfermedad cancerosa , en los que la caquexia y emaciación agravan el deterioro físico de la enfermedad, comprometiendo los tratamientos requeridos.

No se debe olvidar que los pacientes que han de guardar reposo en cama durante períodos prolongados sufren una importante pérdida de masa muscular.

El envejecimiento se asocia así mismo con la pérdida neta de músculo, en parte por la menor actividad física, pero también por modificaciones fisiológicas de los patrones metabólicos. La pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento no se puede compensar únicamente a base de ejercicio físico.

Para todas las situaciones mencionadas en los párrafos previos (caquexia por cáncer, postraciones prolongadas, envejecimiento) estas sustancias podrían ser de gran utilidad.

Estos productos se han desarrollado por el grupo de investigación de Ronald Evans , adscrito Salk Institute Genomic Analysis Laboratory, en Estados Unidos. Este investigador recibió en el año 2004 el Lasker Award for Basic Research (el denominado «Nobel americano») ex aequo Pierre Chambon y Edwood V. Jenson, ambos de la universidad de Chicago, Illinois, Estados Unidos. El galardón reconoció sus trabajos sobre receptores nucleares que modulan la comunicación celular.

Más específicamente, el hallazgo del grupo de trabajo de Ronald Evans fue un sistema de control genético con importantes implicaciones en el tratamiento del cáncer , enfermedad cardíaca, diabetes y diversas patologías inflamatorias.

Las investigaciones desentrañaron cómo una proteína ya conocida (PPAR-δ) «instruye» a las células del tejido graso («grasa blanca») a convertirse en «grasa parda», que se metaboliza («quema») fácilmente. [PPAR es el acrónimo en inglés de Proliferator Peroxisome Activator Receptor].

Fortalecer el músculo

Esta proteína también ejerce acciones sobre el músculo . Existen dos tipos de fibras musculares: las de «tipo 1», con células conteniendo muchas mitocondrias (estructuras sub-celulares productoras de energía metabólica), y fibras musculares «tipo 2» (con células conteniendo pocas mitocondrias). Las fibras musculares «tipo 2» se «cansan» pronto (su capacidad de producir energía metabólica es limitada), a diferencia de las fibras «tipo 1» que son las que permiten mantener un esfuerzo prolongado. Las personas atléticas tienen un predominio de fibras «tipo 1», mientras en las personas obesas existe un predominio de las fibras «tipo 2». Obviamente, se trata de una simplificación. Los mecanismos son mucho más complejos y no totalmente comprendidos.

Lo maravilloso es que esta proteína (PPAR-δ) rediseña las fibras musculares hacia la preponderancia de las fibras «tipo 1».

Las dos sustancias comentadas («Aicar» y GW501516) parecen actuar como un «conmutador» que convierte fibras «tipo 2» en fibras musculares «tipo 1».Así se ha publicado en la revista Cell.

«Aicar» ya se estudió estudio en el año 1994 como posible tratamiento en diversas enfermedades. Sin embargo, ninguna de las dos sustancias se ha ensayado, hasta ahora, en humanos como «potenciadores» del tono muscular.

Con independencia de las posibles aplicaciones de estas sustancias (potenciales fármacos), estos hallazgos abren interesantes líneas de investigación en el tratamiento de algunas enfermedades musculares con base genética (distrofias musculares).

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*Dr. José Manuel López Tricas. Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria. Farmacia Las Fuentes, de Zaragoza

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