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Cambio climático

El Atlántico Norte se despierta y se suma al caos climático causado por el fenómeno de El Niño

Mientras que el calentamiento del Pacífico está provocando fuertes inundaciones en Sudamérica, olas extremas de calor en la India y sequías en el sudeste asiático y en el cuerno de África, los cambios en la corriente en chorro sobre el Ártico están dejando escapar grandes masas de aire frió que ya están formando profundas y amenazantes borrascas sobre Islandia

Un hombre camina por las calles inundadas de Dumfries, al sur de Escocia AFP

ALEJANDRO CARRA

Si el fenómeno de El Niño ya avisó este pasado verano de que venía con una fuerza no vista en décadas, ahora es el Atlántico Norte el que comienza a dar síntomas de que también él quiere aportar su granito de arena a las convulsiones meteorológicas que sufre el Planeta.

Durante el mes de agosto, las temperaturas de la superficie de las partes central y oriental del Pacífico tropical se situaron entre 1,3° y 2°C por encima de lo normal, superando los umbrales habituales de El Niño en aproximadamente un grado. Ahora, en un informe publicado por la NASA esta misma semana, la agencia espacial estadounidense alerta de que la intensidad del actual evento de El Niño no para de crecer y está sembrando el «caos» alrededor del mundo.

El acusado calentamiento de la capa superior del Pacífico tropical está bombeando a la atmósfera ingentes cantidades de calor y humedad que han alterado las corrientes en chorro que circulan en la parte superior de la troposfera y determinan la trayectoria de los grandes sistemas de bajas presiones, asegura la NASA. Sus efectos, confirma a ABC el jefe del Área de Climatología de Aemet, Antonio Mestre , «están alcanzando ahora el pico máximo». Por eso «estamos viendo lluvias tan fuertes e inundaciones en Sudamérica y sequías en el sudeste asiático y en el cuerno de África». Y a la fuerza de El Niño, que siempre ha existido, hay que sumar el calentamiento global, con lo que «se superponen dos fenómenos intensos» , dice Mestre.

La corriente en chorro ha comenzado a desplazar grandes lenguas de aire frío

Europa también está viviendo situaciones fuera de lo normal. Pero la conexión entre el fenómeno de El Niño y el anómalo otoño seco y cálido que hemos vivido en España, o las lluvias torrenciales que estos días inundan parte del Reino Unido, no es tan clara. « Los efectos de El Niño sobre Europa son más débiles. A nosotros nos afecta más lo que se conoce como Oscilación del Atlántico Norte ( NAO ), la dinámica que se produce entre el anticiclón de las Azores y las borrascas sobre Islandia, que es menos predecible que El Niño», comenta el jefe de Climatología de Aemet.

Las corrientes atmosféricas que la NAO genera son las que marcan la dinámica de las borrascas que llegan a Europa . En inviernos como el de 2013-2014, esas tormentas se vieron desviadas hacia el sur y nos afectaron de lleno. En el caso del actual invierno, explica Mestre, «la NAO está en fase positiva, con altas presiones en las Azores y bajas en Islandia, lo que lleva las borrascas más hacia el norte, dejándonos fuera de su trayectoria».

Frío en México, calor en el Ártico

De momento, las borrascas se dirigen hacia latitudes más septentrionales, afectando sobre todo al Reino Unido, pero la situación está cambiando estos días en el Atlántico Norte, donde ya ha tenido lugar la primera ciclogénesis explosiva del invierno sobre Islandia. « Algo se mueve en el Atlántico Norte y viene con fuerza », comenta a este diario José Miguel Viñas, consultor de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). «La corriente en chorro había estado muy estática todo este otoño pero ha comenzado a cambiar su dinámica y a desplazar grandes lenguas de aire polar sobre zonas de Canadá y Estados Unidos , alcanzando incluso el norte de México , donde ha habido nevadas muy intensas. Ese aire tan frío es el que al llegar al Atlántico Norte ha contribuido a formar esa borrasca tan profunda sobre Islandia, con un frente asociado muy extenso que, paradójicamente, está a su vez inyectando aire subtropical cálido en el Ártico».

Una dorsal anticiclónica elevará 20 grados la temperatura en algunas zonas polares

Relacionado con todos estos fenómenos, en el puzzle meteorológico mundial ha aparecido una nueva pieza, explica en su blog el meteorólogo Ángel Rivera , que tiene «asombrados» y de algún modo preocupados a muchos meteorólogos. Se trata de la formación de una « marcadísima dorsal anticiclónica que se extenderá en los próximos días desde el sur de Europa hasta Escandinavia, produciendo una impresionante anomalía térmica positiva, de casi 20ºC sobre zonas polares y llevando incluso a temperaturas cercanas a los 0ºC en algunos territorios en pleno invierno ártico», escribe Rivera.

Que estos fenómenos extremos sean consecuencia directa del calentamiento antropogénico o de la variabilidad natural del clima es una cuestión que aún no se puede responder con un cien por cien de seguridad. «Lo que se está observando en los últimos años –asegura Viñas- es una mayor frecuencia de borrascas muy profundas que además se intensifican muy rápidamente , sobre todo en el Atlántico Norte». Y esto, a diferencia de fenómenos como El Niño, sí alcanza de lleno a Europa. El tiempo se vuelve loco , y no hay lugar en el Planeta que no se vea afectado de una u otra manera.

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