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Armenia, primer país cristiano de la historia

La conversión del país es obra de Gregorio, al que san Juan Pablo II le dedicó una estatua en la Basílica de San Pedro

El papa besa una cruz en la Catedral de Etchmiadzin EFE

JUAN VICENTE BOO

Este hermoso territorio de montañas en lo alto del Cáucaso es el primer país cristiano de la historia desde el año 301 en que el rey Tiridates II se convirtió con toda su nación gracias a la tenacidad de Gregorio, a quien había mantenido encerrado bastante tiempo en el pozo del monasterio de Khor Virap , una fortaleza en las estribaciones del majestuoso monte Ararat, que Francisco visitará mañana.

Aunque el cristianismo había llegado mucho antes de la mano de misioneros de Siria y Capadocia , la conversión del antiguo reino de Armenia es obra de Gregorio, conocido como «el Iluminador», a quien san Juan Pablo II dedicó una gran estatua en la basílica de San Pedro.

La conversión de Armenia es anterior al edicto de libertad religiosa , promulgado en el Imperio Romano en el 313. Los armenios construyeron el primer gran templo cristiano en su propia capital. Fue inaugurado en el año 303, y con algunas reformas, es la catedral de la Iglesia Apostólica de Armenia, donde el Papa Francisco rezó el viernes junto con el Katholikós de todos los Armenios, Karekin II.

El cristianismo prendió con mucha fuerza y pasó a formar parte de la identidad cultural de Armenia, forjada en mil dificultades a lo largo de la historia, de un modo similar a la identidad judía.

Símbolo de la paz

Pero con el paso del tiempo, el país quedó fuera del área de influencia del Imperio Romano , y sus obispos no participaron en el concilio de Calcedonia el año 451, que declaró las dos naturalezas humana y divina en la única persona de Jesucristo.

En parte por recelos respecto al emperador de Constantinopla , que intervenía siempre en los concilios, y en parte por un problema lingüístico -su idioma no tiene palabras diferentes para «naturaleza» y «persona»- los armenios no aceptaron el concilio de Calcedonia y se quedaron fuera de la comunión con las Iglesias en territorio del Imperio romano.

Armenia es un lugar mágico , con iglesias de piedra rojiza dispersas por sus montañas, y con la mirada puesta en el monte Ararat, ahora está en territorio de Turquía.

Como sabe que le gustan esas referencias, Francisco les recordó hace unos días que «después del diluvio, Noé no se cansaba de mirar al cielo y de liberar una y otra vez la paloma hasta que volvió con una rama de olivo». Es el símbolo de la paz. Poco después, el arca llegaba al monte Ararat.

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