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La Aemet asocia el poder devastador de Irma y María al cambio climático

La Agencia Estatal de Meteorología asocia el número de huracanes de 2017 al cambio climático, que ha elevado la temperatura del agua del mar, a lo que se suma la ausencia este año del fenómeno meteorológico El Niño.

El huracán Irma, a su paso por Florida el pasado 9 de septiembre
J. G. Stegmann

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El huracán María está haciéndose sentir en el este de República Dominicana. Este mismo miércoles tocó tierra en Puerto Rico, cuando bajó a categoría 4 con vientos de 155 millas (250 kilómetros por hora), según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

Antes de María , las islas del Caribe y Estados Unidos sufrieron el paso del huracán Irma, uno de los más devastadores desarrollados en el Atlántico y q ue se cobró la vida de 60 personas y grandes daños materiales.

Pero antes de María estaba Harvey, que también se cobró 60 muertos (en Estados Unidos). El ciclón se inició el 17 de agosto y forzó el cierre del puerto de Houston, el segundo más importante del país .

José, otro ciclón pero de menor categoría (1) está activo y amenaza la costa este de Estados Unidos.

Con esta ristra de nombres asociados a devastadores huracanes surgen dos preguntas inevitables: ¿Por qué hay tantos huracanes tan devastadores y por qué se desarrollan uno detrás de otro?

«Estábamos acostumbrados últimamente a tener el fenómeno del Niño. Con este se desarrollan menos huracanes porque produce una zigzagueo del viento que hace que tengan distintas velocidades en las capas de la atmósfera impidiendo que el huracán se desarrolle», explicó Ana Casals , portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El hecho de que sean tan fuertes se debe a una ley física: «Por cada grado extra que tiene la atmósfera puede retener un siete por ciento más de humedad. La atmósfera está más caliente y además tenemos una anomalía cálida de temperaturas , desde donde comienza el huracán y durante todo su recorrido. Esa anomalía cálida se debe al cambio climático, al calentamiento de la superficie del agua del mar. ¿De qué se alimenta un huracán? Un huracán no se forma si la temperatura del agua del mar está por debajo de los 27 grados. Las temperaturas que tenemos ahora en el Atlántico ahora son altísimas, incluso de 30 grados».

Eso explica, de hecho, que pierdan fuerza al tocar tierra: «Ya no tienen esa cantidad de agua con la que se alimentqan y es la que les da la fuerza. La actividad de los temporales sugiere lo que dice el Panel Integubernamental de Cambio Climático (IPCC) que ha pronosticado que aumentarán los fenómenos extremos».

Por lo tanto, ha advertido de que será « más fácil que haya huracanes de mayor categoría », que son los que alcanzan o superan categoría 3 en la escala Saffir Simpson, que va de 0 a 5.

Finalmente, ha recordado que los meses más activos e intensos en cuanto a huracanes son agosto y septiembre, por lo que espera que de aquí en adelante vayan disminuyendo en número y fuerza.

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