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La Orden de San Juan de Dios: medio siglo de trabajo silencioso

Ofrecen atención sanitaria de calidad para 27 millones de personas cada año, en especial en países de África y América Latina

La Orden de San Juan de Dios: medio siglo de trabajo silencioso efe

L.D./ A.c.

La labor de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha vuelto a ser reconocida hoy, con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2015, y ya fue reconocida en 2014 con el Premio ABC Salud .

La orden, que surgió en el siglo XV en la ciudad de Granada por iniciativa de Juan Ciudad, trata a 27 millones de personas cada año a lo largo y ancho del mundo. De hecho, se trata de una de las mayores organizaciones internacionales de cooperación sin ánimo de lucro: cuenta con más de 55.000 profesionales y un millar de hermanos que además de su vocación religiosa son médicos, enfermeros, psiquiatras, cirujanos, especialistas en geriatría, en cuidados paliativos, etc.

Su fórmula para repartir solidaridad, consiste en combinar la excelencia sanitaria de sus clínicas, que se extienden por 53 países en todo el mundo, desde la rica Alemania, Austria, Francia o España, para luego ofrecerle acceso a una a una atención médica de calidad a personas que viven en zonas más desfavorecidas de América Latina o África.

«Estamos empeñados en aportar nuestro granito de arena allí donde se necesite», aseguraba a ABC el hermano Miguel Ángel Varona, pocas horas antes de la ceremonia de entrega de los Premios ABC Salud. Para el superior provincial de esta orden religiosa -además de cirujano, enfermero y máster en dirección de empresas- este premio era mucho más que un reconocimiento. «Para nosotros tiene un gran significado por venir de donde viene, un suplemento con una experimentada y reconocida trayectoria en materia de Salud».

Ayuda para los más necesitados

Liberia, Sierra Leona, Senegal, Camerún, Mozambique, Filipinas, India, Bolivia, Ecuador o Perú son algunos de los países en los que la Orden tiene centros. A ellos envían anualmente 29 contenedores –cada uno con 14 toneladas– de ayuda humanitaria para atender a quienes carecen de lo más básico. Con las donaciones que reciben, atienden anualmente a más de 100.000 enfermos en Liberia, a 68.000 en Sierra Leona o a 24.000 en su Hogar Clínica de Lima, en Perú.

Gracias a la generosidad de muchas personas e instituciones, han podido llevar también a cabo numerosas campañas , como la que en 2011 se hizo en el hospital del padre Pajares y en la que se operó a 80 niños liberianos aquejados de malformaciones congénitas y secuelas de traumatismos o quemaduras. «Entregando nuestra vida a estas personas enfermas».

Implicación en la crisis del ébola

Este trabajo de solidaridad le supuso orden hospitalaria recibir de lleno el duro golpe del brote de ébola de África Occidental , en el que perdieron a varios de sus religiosos y colaboradores, entre ellos, los misioneros españoles Miguel Pajares y Manuel García Viejo .

Incluso, la orden se vió obligada a cerrar parcialmente el hospital San Juan de Dios en Lunsar (Sierra Leona) y a clausurar completamente el San José en Monrovia, la capital de Liberia. «Para nosotros estos acontecimientos han sido un golpe muy duro . Pero es cierto que ha habido un antes y un después de la repatriación y la muerte de nuestros hermanos Miguel Pajares y Manuel García Viejo. Su fallecimiento ha ayudado a despertar la conciencia internacional de que allá, en África, la gente está muy necesitada y siempre lo ha estado», declaró entonces Miguel Ángel Varona.

La historia de la Orden

Pastor de ganado, soldado del emperador Carlos V en la defensa de Viena contra los otomanos, vendedor de libros en Granada y, finalmente, santo por renunciar a su vida en favor de marginados y enfermos después de escuchar predicar a San Juan de Ávila y ser encerrado en un manicomio, del que el propio santo le sacó. Así fue Juan Ciudad –o más correctamente, Joao Cidade, pues nació en Portugal–, inspirador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que Pío V reconocía en 1572.

En 1991, los Hermanos de San Juan de Dios crearon la fundación Juan Ciudad, una ONG para luchar contra la pobreza a través de la construcción de centros de atención sociosanitaria en países empobrecidos. Desde entonces, conforme iban consiguiendo los medios, han ido levantando uno tras otro hospitales donde más se necesitaban.

Cuando en 2013 Juan Ruiz Mancebo, gerente del centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios de la Paz (Bolivia), decía en una entrevista que «hacemos todo lo que podemos, entregando nuestra vida a estas personas enfermas », no podía reflejar con más fidelidad la realidad de los Hermanos. Junto a las muertes de Miguel Pajares y de Manuel García Viejo a causa del ébola, en 1998 tres misioneros médicos de la Orden fueron secuestrados en Sierra Leona durante trece días por un grupo de guerrilleros. Por suerte, a los pocos meses de su liberación ya estaban de vuelta en el país.

Este esfuerzo de solidaridad cristiana llevó a la orden a recibir la colaboración de un gran número de voluntarios durante la crisis del ébola. Todos ellos pusieron su granito de arena en el historial de trabajo silencioso que lleva realizando medio siglo. Tal como ellos mismos dicen, «entregando nuestra vida a estas personas enfermas».

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