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El Papa desata entusiasmo y lágrimas en una ciudad de chabolas en Paraguay

En el poblado, cerca de Asunción se ha acuñado el grito: «Francisco, querido, ¡Bañado está contigo!» como muestra de afecto al Papa

El Papa desata entusiasmo y lágrimas en una ciudad de chabolas en Paraguay reuters

JUAN VICENTE BOO

El Papa tiene ya un grito oficial, consolidado este domingo en su visita al barrio de chabolas y casas miserables de Asunción donde viven cien mil personas y que se inunda cada invierno con las crecidas del rio Paraguay. De esa desgracia, repetida anualmente, le viene su nombre: el Bañado Norte. En la visita del Papa ha cuajado el grito: « ¡Francisco, querido, ¡Bañado está contigo! », que sirve, cambiando el nombre, para cualquier otro lugar.

Una vecina, Angélica Viveros, ha saludado al Papa en nombre de todos denunciando que «las personas enfermas graves no tienen dinero para pagar los medicamentos , y las familias recicladoras viven en la pobreza más extrema». Malviven del vertedero y de los residuos urbanos, con honradez pero al mínimo de la supervivencia.

Con la claridad para llamar a los problemas por su nombre que caracteriza esta visita a Paraguay, Angélica ha afirmado: « buscamos una vida digna para todos y todas, creando conciencia crítica para que dejemos de ser manipulados por los políticos clientelistas oportunistas».

La ciudad de chabolas lleva 70 años alimentándose sobre todo de campesinos expulsados de los campos, por la fuerza o por el hambre. Por eso Angélica se ha referido a los once campesinos y seis policías muertos en Curuguaty durante un desalojo forzoso de tierras.

El Papa se ha manifestado emocionado por el esfuerzo de los chabolistas para «superar la inclemencia del tiempo y las inundaciones de las últimas semanas», que obligaron a desalojar a 5.000 personas, una cifra baja comparada con las 70.000 del año pasado debido a crecidas excepcionales.

Francisco les ha habado de la Sagrada Familia, a la que está dedicada la parroquia, y ha recordado que María dio a luz a Jesús en una gruta , ante la pena de José, y que enseguida tuvieron que huir a Egipto y vivir incómodamente como refugiados en tierra extranjera.

«Una fe sin hermanos»

Al margen del texto escrito, dirigiéndose al país entero, sobre todo a los cristianos que viven holgadamente sin preocuparse de los demás, el Papa afirmó que « una fe que no se hace solidaridad es una fe muerta . Es una fe sin Cristo, una fe sin Dios, una fe sin hermanos».

Ha recordado que «Dios se hizo solidario con el pueblo. Jesús no tuvo ningún problema en humillarse, abajarse hasta morir por nosotros con esa solidaridad del hermano que nace del amor a su padre. Cuando una fe no es solidaria está ya muerta. No es la fe de Jesús».

Volviendo a recordar el nacimiento de Jesús, Francisco afirmó: «Yo vengo aquí como esos pastores que fueron a Belén. Me quiero hacer prójimo. Quiero bendecir sus manos, bendecir su comunidad».

En tono emocionado les dijo que «quizá el mensaje más fuerte que ustedes pueden dar hacia afuera es esa fe solidaria. El diablo quiere que se peleen entre ustedes, porque así divide y les derrota y le roba la fe. ¡ Solidaridad de hermanos para defender la fe! Y que esa fe solidaria sea un mensaje para toda la ciudad».

Y ha añadido una oración espontanea: «Que la Sagrada Familia nos regale pastores –curas, obispos– capaces de sostener la vida de sus familias. Capaces de hacer crecer esa fe solidaria».

Como despedida les ha invitado a rezar juntos «una oración a nuestro Padre, que nos hace hermanos: «Padre nuestro, que estás en los cielos…». Muchos rezaban con los brazos alzados. Era un momento de gran emoción.

El encuentro ha incluido muchos elementos de esperanza, como el

Francisco ha bendecido tres plantas de olivo

testimonio de un muchacho y una muchacha de «Scholas Occurrentes» que hacen voluntariado en la barriada con vistas a aliviar problemas como la violencia y el embarazo precoz entre los jóvenes. Francisco se lo ha agradecido cariñosamente y ha bendecido tres plantas de olivo que serán plantadas en Paraguay, Colombia y Haití.

El Papa se ha despedido rezando un segundo padrenuestro en guaraní, el idioma que comenzó a aprender cuando trabajaba como joven perito químico en el laboratorio de análisis Hickethier Bachman, de Buenos Aires. Su jefa era una exilada política paraguaya, Esther Ballestrino de Careaga , «una de las mujeres que más ha incluido en mi vida, pues me enseñó a trabajar bien», según ha comentado en varias ocasiones.

Dos de las hijas de Esther –cofundadora de la Madres de la Plaza de Mayo cuando el ejército secuestro a una de ellas, Ana María, durante la «guerra sucia»–, vinieron a Asunción para reunirse con Francisco.

Juntos han recordado a Esther, secuestrada el ocho de diciembre de 1977 junto con otras madres de «desaparecidos», torturada y arrojada al mar desde un avión en uno de los «vuelos de la muerte» utilizados para hacer desaparecer definitivamente a miles de personas.

Orquesta de Instrumentos Reciclados

El Papa había visto ya la tarde anterior que las flores también pueden crecer en un basurero . Durante el encuentro con las organizaciones sociales en Asunción ha podido escuchar la original Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura.

Son niños y niñas, y algunos adolescentes, que utilizan violines, violas, guitarras, flautas y todo tipo de instrumentos musicales construidos con materiales de desecho recuperados en el gran vertedero de basuras de Cateura.

Los instrumentos se reconocen enseguida por sus trozos de plástico, chapas de hojalata, pedazos de metal o de vidrio. Son un poco extraños, pero la música que interpretan con ellos los chiquillos del Bañado Sur, donde se encuentra el vertedero, tiene una belleza particular. Suena a milagro. Suena a esperanza .

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