Usos que probablemente desconocías de nuestras heces
Bill Gates bromea tras probar el agua - BILL AND MELINDA GATES FOUNDATION

Usos que probablemente desconocías de nuestras heces

Hacer funcionar un autobús, generar agua potable o combatir infecciones recurrentes son algunas de las posibles aplicaciones prácticas de nuestros excrementos

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Hacer funcionar un autobús, generar agua potable o combatir infecciones recurrentes son algunas de las posibles aplicaciones prácticas de nuestros excrementos

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  1. Beber agua que antes fue caca

    Bill Gates bromea tras probar el agua - BILL AND MELINDA GATES FOUNDATION

    Es marrón, proviene de nuestro intestino grueso y huele mal. Lo llamamos hez, caca o cariñosamente «popó» pero nuestros excrementos tienen el potencial para hacer la vida humana más fácil y cada vez más investigadores y filántropos son conscientes de ello. Sin ir más lejos, el fundador de Microsoft, Bill Gates, anunció a principios de 2015 que su fundación financiará una máquina capaz de transformar los excrementos humanos en agua potable y electricidad en apenas cinco minutos.

    El ingenio, llamado Janicki Omniprocessor y ubicado en Washington, realiza en primer lugar un proceso de secado que extrae el agua de las heces y a continuación, los desperdicios son quemados a elevadas temperaturas con el objetivo de generar energía eléctrica. Por otro lado, el agua obtenida del proceso de secado es correctamente depurada, de modo que puede beberse sin ningún problema para la salud.

    Janicki Omniprocessor 2.0

    Según el propio Gates, los responsables del proyecto están ya trabajando en la próxima versión de la máquina, que será capaz de generar 250kw de electricidad y 86.000 litros de agua potable al día, lo que permitirá abastecer de agua a 100.000 personas.

    Para demostrar la capacidad del artefacto, el filántropo explica en un vídeo su funcionamiento bebiendo él mismo un vaso de agua que minutos antes eran heces humanas. Conocido por sus acciones filantrópicas, Gates presenta ahora el Janicki Omniprocessor, que toma el nombre de Peter Janicki, el CEO de la empresa.

  2. Bacterias de heces contra infecciones intestinales

    Bacterias intestinales
    Bacterias intestinales - abc

    Hacer un trasplante fecal, es decir, entregar las bacterias de las heces de un donante sano a un paciente, es útil para pacientes con infecciones estomacales, según un estudio publicado en la revista «mBio». Este método ayuda a reestablecer las bacterias sanas y mejora la función estomacal del destinatario.

    El estudio ofrece información muy valiosa sobre los cambios metabólicos y estructurales que se producen después de un trasplante fecal. Los trasplantes, que han tenido éxito en la curación de más del 90 por ciento de los beneficiarios, se han utilizado con éxito desde la década de 1950, asegura el coordinador del trabajo, Vincent B. Young, de la Universidad de Michigan-Ann Arbor (EE.UU.), aunque hasta ahora se desconocía cómo actúan para recuperar la función intestinal.

    Según Young, «los resultados demuestran que el trasplante fecal funciona, y no sólo porque reemplaza los microorganismos de la flora intestinal del receptor, sino porque recupera las funciones de las bacterias existentes y, al restaurar dichas funciones, impide que la bacteria C. difficile -y otras- crezca sin control, y así todo el ecosistema es capaz de recuperarse».

    El llamado «procedimiento médico más repugnante de la historia» podría convertirse en el futuro en el sustituto más natural para tratar las infecciones bacterias. [Ampliación]

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  3. Excremento humano como combustible

    Un autobús de Reino Unido se impulsa a través de excrementos humanos
    Un autobús de Reino Unido se impulsa a través de excrementos humanos - Wessexwater

    Las heces humanas pueden convertirse en energía no contaminante capaz de impulsar vehículos. Esto es lo que ha conseguido la empresa británica Wessex Water al desarrollar un autobús que funciona únicamente con nuestros excrementos.

    El biobus no oculta su fuente de energía al representar en su verde carrocería dibujos laterales donde puede verse a varias personas sentadas en un retrete. Tiene espacio para cuarenta pasajeros y puede recorrer 300 kilómetros con un tanque lleno de desechos tratados. Cada tanque equivale a los desechos que producen cinco personas durante un año. Su combustible es principalmente gas de biometano extraído de desechos orgánicos.

    «Si dejamos de un lado las diferencias internas que le permiten rodar con metano, es en todo sentido igual a un automóvil común y corriente», declaró a la BBC Mohammed Saddiq, ingeniero de la firma de energía sostenible GENeco que diseñó el bus.

    Si piensas que un autobús de este tipo debería desprender un hedor, te equivocas. La excorresponsal de ABC en Londres, Ana Mellado, explicó en su artículo que «pese a que las heces y otros desechos son la materia prima de su combustible, el tubo de escape no despide ningún olor desagradable».

  4. Recuperar oro de las heces para proteger el medio ambiente

    Metales encontrados en el USGS Denver Microbeam Laboratory procedentes de resíduos humanos
    Metales encontrados en el USGS Denver Microbeam Laboratory procedentes de resíduos humanos - abc.es

    Los desechos que generan un millón de estadounidenses podrían contener metales por valor de unos trece millones de euros según ha desvelado la investigadora Kathleen Smith, del Servicio Geológico de Estados Unidos, en un estudio realizado por un grupo de expertos.

    Oro, plata y platino son tres de los metales hallados entre las millones de toneladas de biosólidos de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales en E.E.U.U.

    Según el estudio, publicado en «Environmental Science and Technology», los metales preciosos se pueden encontrar en muchos entornos, razón por la que estén también presentes en los resíduos y en las heces humanas. La investigadora afirma que «hay metales en todas partes, en los productos para el cabello, detergentes, incluso en las nanopartículas que se ponen en los calcetines para evitar los malos olores».

    Kathleen Smith explica que «el oro que encontramos estaba en el nivel de un depósito mineral mínimo», pese a ello, «alguna forma de recuperar esos metales podría contribuir a proteger el medio ambiente al reducir la necesidad de las actividades mineras extractivas y la emisión de metales al entorno».

  5. Heces fosilizadas para indagar en el pasado

    Heces fosilizadas o «coprolitos»
    Heces fosilizadas o «coprolitos» - center of archaeological research of the universit

    Las bacterias y hongos presentes en heces fosilizadas, coprolitos, de dos yacimientos arqueológicos sirve a los microbiólogos para revelar el origen de culturas caribeñas con más de 1.500 años de antigüedad. Estas son las conclusiones del estudio presentado por la investigadora Jessica Rivera Pérez en el encuentro anual de la Sociedad Estadounidense de Microbiología.

    Ella, junto a Raúl Cano, de la Universidad Politécnica Estatal de California, han analizado diez muestras de coprolitos de entre 1.600 y 1.000 años de antigüedad procedentes de dos yacimientos de culturas diferentes de la pequeña isla de Vieques, al este de Puerto Rico: los saladoides y los huecoides. «Una cultura sobresalía en el arte de la cerámica. De hecho, su particular uso de pintura roja y blanca ayudó a identificarlos como descendientes de los saladoides, originarios de Saladero, Venezuela. En cambio, la otra tiene una maestría exquisita para convertir piedras semipreciosas en adornos, algunos de los cuales representan el cóndor andino. Esto llevó a los arqueólogos a identificar los Andes bolivianos como el posible orígen de esta cultura huecoide», explica la microbióloga.

    Las bacterias, restos de alimentos y hongos de los coprolitos confirman esas diferencias intuidas por los arqueólogos. Los investigadores han hallado en las heces fosilizadas huecoides ADN de maíz procedente de los Andes y de levadura que apuntan a que consumían mucho cereal y, además, chica boliviana, una bebida elaborada a partir de maíz fermentado. Las heces de los saladoides contenían un parasito del pescado, mientras que las de los huecoides otro distinto, propio de los invertebrados marinos.

    Jessica, de la Universidad Río Piedras de Puerto Rico, afirma que «a pesar de que las heces fosilizadas se han estudiado con frecuencia, nunca antes habían sido utilizadas como herramientas para determinar el origen étnico y distinguir entre dos culturas extintas».

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