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Doradas con «chip» para saber si se han criado libres de estrés y bien alimentadas

Investigadores españoles ya trabajan en el desarrollo de nanosensores que se insertarán en los animales para informar de manera remota de las condiciones en las que crecen

Doradas con «chip» para saber si se han criado libres de estrés y bien alimentadas

alejandro carra

Si somos lo que comemos, habrá que consumir alimentos felices, o al menos animales que no hayan vivido estresados o mal alimentados. Ahora, gracias a una nueva herramienta molecular desarrollada por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC ) podremos saber si las doradas que vamos a comer han sido alimentadas y cultivadas en las condiciones adecuadas e incluso medir el estrés crónico que han sufrido. Los resultados de la investigación se publican en la revista PLOS ONE y los científicos españoles ya trabajan en el desarrollo de nanosensores insertados en los animales para informar de manera remota de las condiciones en las que estos están creciendo.

El profesor de investigación del CSIC al frente del estudio, Jaume Pérez-Sánchez, del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal ( IATS ), explica a ABC que su equipo ha diseñado un «chip de expresión génica» capaz de analizar molecularmente la cadena de respiración mitocondrial, un proceso que se puede comparar a la revisión de una máquina, y que nos permite saber si el animal ha estado bien alimentado, y si se ha cultivado en las condiciones adecuadas».

Prevenir el empleo masivo de antibióticos

En realidad, lo que desde el IATS han desarrollado en el marco del proyecto Aquaexcel es «un método de análisis molecular de biomarcadores que previamente se han definido como relevantes», puntualiza Pérez-Sánchez. Las mitocondrias son orgánulos celulares que suministran la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular. Actúan como centrales energéticas y su actividad varía en función del tejido y de la demanda energética de las células, por lo que «es un buen indicador del estado nutricional, el riesgo de estrés oxidativo, y determinadas carencias o deficiencias nutricionales», señala el investigador.

Un animal que no está estresado, aprovecha mejor el alimento y crece más. «En el laboratorio ya conseguimos, analizando estos biomarcadores, que a partir de 1 kg de pienso se genere 1 kg de pescado. Algo de lo que el mercado está muy lejos. Además, si el pescado está mal alimentado o estresado, es más sensible a las infecciones, lo que después obliga al productor a emplear antibióticos, que sí pasan a la cadena alimentaria. Con la herramienta que hemos desarrollado se previenen estas situaciones», concluye Pérez-Sánchez.

Biosensores en los animales

El proyecto en el que participa el IATS es solo el principio de lo que nos espera a nivel alimentario. De Aquaexcel y Arraina , ha nacido el proyecto Aquaexcel 2020, con participación del IATS, del Centro de Microelectrónica de Barcelona y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria , que trabajan en el desarrollo de nanosensores insertados en los propios peces para informar de manera remota si el animal está siendo sometido a estrés ambiental o sufriendo una alimentación inadecuada.

De momento, en Aquafat , lo que un acuicultor ya puede hacer es conocer qué tipo de alimentación tiene que suministrar a sus animales para, por ejemplo, obtener doradas con la máxima cantidad de Omega-3.

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