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¿Tres, cuatro o cinco? ¿Cuántas comidas realmente debemos hacer al día?

Si bien no hay estudios que determinen cuál es el «número mágico», los expertos recomiendan de tres a cinco ingestas

¿Tres, cuatro o cinco? ¿Cuántas comidas realmente debemos hacer al día? Wavebreak Media LTD

j.g. stegmann

El diputado por el partido oficialista Rusia Unida del presidente ruso Vladímir Putin, Ilyá Gáffner sorprendió a los rusos la pasada semana con un controvertido consejo: le pidió a la población que comiera menos debido a la subida de precios y el final de las comilonas navideñas. Lo más curioso fue que el diputado de la asamblea regional de la ciudad de Yekaterimburgo, aconsejó comer menos porque era necesario «pensar en la salud».

Sin embargo, el cuerpo sabe más acerca de cuánto tenemos que comer que el señor Gáffner. Y nos dice que debemos darle el combustible que necesita para funcionar a lo largo del día y tener en cuenta nuestra realidad cultural. Lo que se traduce en la necesidad de hacer de tres a cinco ingestas por día. Aquí te lo explicamos.

«No hay un número establecido desde el punto de vista del patrón dietético. En general, son cinco ingestas : desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Evidentemente, cuanto mejor distribuimos la ingesta hay mejor rentabilidad energética. Si bien no es bueno someter al cuerpo a periodos de ayuno prolongado, tampoco hay un estudio solvente que nos diga cuánto comer. En este sentido, hay que atenerse al patrón de alimentación del lugar de origen de la persona: no solo desde el dietético sino también desde el punto de vida cultural, sociológico y gastronómico. Los patrones alimentarios históricos son dietéticamente equilibrados y correctos porque responden a las necesidades de las personas que habitan en esos lugares. En España y los países de la cuenca mediterránea siempre se hacen cinco ingestas», explica Giuseppe Russolillo, director de la conferencia mundial de dietética y presidente de la Fundación Española de Dietistas y Nutricionistas .

Pero a la hora de repartir las comidas hay que tener en cuenta también que se trata de nuestro «combustible» para rendir a lo largo del día ya sea trabajando, estudiando o haciendo actividad física. «El fin de la comida es reponer reservas enegéticas que se han consumido. Dichas reservas están representadas por el glucógeno (carbohidrato complejo) que se almacena en el músculo y en el hígado durante la fases de ayuno. El cuerpo necesita mantener unos niveles de azúcar continuos y una vez que metabolizas la que has consumido, se va "sacando" de esa reserva la que nos hace falta. Esto empieza a suceder cuando han transcurrido entre 5 y 7 horas de ayuno. Si no comes, el cuerpo empieza a usar las reservas de grasa. Por lo tanto, hay que comer unas tres veces al día», explica Susana Monereo jefe de servicio de Endocrionología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón y secretaria de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

La importancia del ayuno

Hay que tener en cuenta que el consumo de energía también depende de lo que hagas. «Si estás sentado gastas menos que si haces actividad física. La actividad cerebral, por ejemplo, consume mucha azúcar. De hecho, nuestro cerebro necesita a diario 160 gramos de azúcar porque es el único combustble que utiliza», explica Monereo. Además, el cuerpo necesita mantener la temperatura corporal a 36 grados, defenderse del frío, mantener los órganos vivos...Todo ello supone un gasto que debemos resarcir con comida una vez pasadas las horas de ayuno.

¿Y por qué es importante el ayuno? «No se puede estar comiendo continuamente, si se mantienen los niveles de azúcar y de grasa en sangre siempre altos se puede estropear el metabolismo. La sangre tiene que limpiarse y por eso es necesario ayunar», señala la especialista.

La ingesta cuando hacemos dieta

Pero, ¿qué sucede cuando queremos adelgazar? ¿Cuántas veces debemos comer?

«En ese caso queremos que no aparezca hambre, que no haya periodos de ayuno largos porque la persona acaba teninedo mucho apetito y cuando es así come de forma descontrolada e ingiere más calorías . El hecho de hacer comidas intermedias, es decir, cuatro o cinco veces, hace que esos picos no aparezcan y se mantengan esas reservas. Aunque tienen que ser ingestas de alimentos que no sean muy ricos en azúcar. Se trata de que cuando el azúcar baje, uses el "almacén" sin que disminuyan demasiado las reservas y así no aparezca hambre», concluye Monereo.

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