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«La epidemia de obesidad ya se ha extendido a los países en desarrollo»

Graziano Da Silva, director de la FAO, advierte de la necesidad de considerar la mejora de la nutrición un «asunto público». Comienza en Roma la Conferencia Internacional sobre Nutrición

«La epidemia de obesidad ya se ha extendido a los países en desarrollo» ABC

ángel gómez fuentes

«Mejor nutrición, mejor vida», es el lema de la segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición que con la asistencia del Papa Francisco y la Reina Letizia, se celebra hasta el 21 de noviembre en Roma, organizada de forma conjunta por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud la (OMS). Hacer frente a la obesidad, mejorar las dietas y elevar los niveles de nutrición en el mundo son los asuntos de mayor relieve de esta Conferencia, según declara a ABC el director general de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), José Graziano da Silva, quien hace hincapié en que «mejorar la nutrición debe ser considerado un asunto público».

-Además de la Reina Letizia asistirá el Papa Francisco. ¿Qué acogida e interés en el plano internacional está suscitando esta conferencia?

-Efectivamente, tendremos el honor de contar con el Papa Francisco, aliado permanente de la FAO en la lucha contra el hambre, y con la Reina Letizia, que se suma a los esfuerzos internacionales. El interés de los países por la mejora de la nutrición de sus poblaciones es evidente y prueba de ello es que contaremos con más de 90 ministros de Agricultura y Salud de todo el mundo. Además, está previsto contar con la participación de representantes gubernamentales de alto nivel de unos 150 países, organizaciones intergubernamentales, agencias de Naciones Unidas, miembros de la sociedad civil, fundaciones, sector privado y expertos del mundo entero.

-¿Por qué es necesaria esta reunión?

-La malnutrición es uno de los problemas de salud y de desarrollo más graves del mundo y, sin embargo, es de los que menos atención recibe. Mientras que 805 millones de personas en el planeta carecen a diario de alimentos suficientes, otros 2.000 millones sufren deficiencias de micronutrientes y otros efectos de una alimentación inadecuada. Esto supone el 30 por ciento de la población mundial, un lastre demasiado grande para nuestro desarrollo. Al mismo tiempo, la epidemia de obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta en los países desarrollados se ha extendido a aquellos en desarrollo. Más de 500 millones de adultos son obesos como resultado de dietas que contienen exceso de grasa, azúcares y sal. Muchos países pobres sufren la denominada ‘doble carga’ de hambre y nutrición de mala calidad unida a sobrepeso y obesidad. Todas son formas de malnutrición y retos pendientes que hacen necesaria la celebración de esta conferencia, el primer evento global y de alto nivel que se centra en los retos de la nutrición de este siglo.

-¿Qué objetivos fundamentales se pretende lograr con esta cumbre?

-El objetivo es reunir a los líderes de los gobiernos, a otros responsables de la formulación de políticas y a representantes de organizaciones intergubernamentales y de la sociedad civil así como al sector privado, para impulsar esfuerzos nacionales e internacionales que mejoren las dietas y la salud de la gente. Este encuentro es esencial para conseguir el compromiso político de alto nivel necesario para erradicar todas las formas de malnutrición. Los sectores clave - como alimentación y agricultura, salud, agua y saneamiento, protección social, empleo y educación - deben colaborar para garantizar que las políticas están bien alineadas para mejorar el bienestar nutricional de millones de personas en todo el mundo.

-¿Cuál es el coste humano y socioeconómico del hambre y malnutrición?

-La nutrición inadecuada daña las vidas de las personas. También hunde las economías, obstaculiza el desarrollo y perpetúa la pobreza. La malnutrición es, además, una de las mayores amenazas para la salud y el bienestar de la gente. Impone costes de salud, sociales y económicos inaceptablemente altos, especialmente para las mujeres, los niños y los ancianos y, de forma más general, para las familias y la sociedad. Tiene un impacto negativo en el desarrollo humano físico y cognitivo y, por tanto, también en la productividad y el crecimiento económico. Muchos países en desarrollo se enfrentan ahora a las múltiples cargas de la malnutrición, con personas que viven en las mismas comunidades -a veces incluso en los mismos hogares- que sufren de desnutrición, deficiencias de micronutrientes y obesidad. Las comunidades más vulnerables a nivel nutricional incluyen a menudo familias de ingresos bajos, pobres en recursos y excluidas socialmente. Además del terrible sufrimiento humano, las dietas poco saludables tienen también un impacto negativo en la capacidad de los países para desarrollarse y prosperar: el coste de la malnutrición, en todas sus formas, se calcula entre el 4 y el 5 por ciento del PIB mundial.

-¿Cuáles son los beneficios personales y sociales de mejorar la nutrición?

-La eliminación de la malnutrición en todas sus formas es un imperativo por razones éticas, políticas, económicas y sociales. Invertir en nutrición mejora la productividad y el crecimiento económico, reduce los costos de atención de salud y promueve la educación, la capacidad intelectual y el desarrollo social. Los hogares nutricionalmente más vulnerables tienden a consumir dietas que son monótonas y pobres en nutrientes, a menudo con alimentos ricos en carbohidratos con poca diversidad. En línea con el lema de la CIN2 «Mejor nutrición, mejor vida», las vidas de las personas en todo el mundo mejorarán si mejoramos su alimentación.

-¿Cree que los gobiernos tienen suficiente sensibilidad sobre la importancia de la nutrición?

-Considero que existe consciencia creciente sobre su importancia y lo he podido comprobar en conversaciones con representantes gubernamentales de todo el mundo. Hay señales inequívocas de la voluntad de los gobiernos por situar la nutrición en un lugar prioritario en sus agendas. Este avance es importante porque mejorar la nutrición, y garantizar a todos el acceso a una dieta saludable, no es responsabilidad del individuo por sí solo. La nutrición es una cuestión pública que debe ser abordada principalmente por los gobiernos, en colaboración con otras partes interesadas, incluyendo la sociedad civil, el sector privado y el mundo académico.

Un ejemplo de este compromiso es que, en vista de la celebración de este encuentro, los países ya han acordado una Declaración Política y un Marco de Acción sobre la nutrición que incluye recomendaciones concretas para el desarrollo de políticas públicas coherentes sobre agricultura, comercio, protección social, educación y salud que promuevan una alimentación sana y una mejor nutrición en todas las etapas de la vida. No podemos permitirnos no afrontar este reto y los gobiernos están dando señales de que comparten este compromiso.

-¿Qué pueden hacer los gobiernos para mejorar la dietas y la salud?

-El marco de acción de esta conferencia ofrece a los gobiernos un plan para desarrollar e implementar políticas nacionales e inversiones en toda la cadena alimentaria que garanticen una alimentación saludable, variada y equilibrada para todos. Lo que los gobiernos pueden hacer es relativamente sencillo, solo hace falta la voluntad política para hacerlo: pueden fortalecer la producción y el procesado local de alimentos, especialmente por los agricultores familiares y productores en pequeña escala, y vincularlos con las comidas escolares; reduciendo grasas, azúcares y sal en los alimentos procesados; haciendo que las escuelas y otras instituciones públicas ofrezcan una alimentación saludable; protegiendo a los niños de la comercialización de alimentos y bebidas dañinas; y permitiendo a la gente tomar decisiones informadas sobre lo que comen. La clave está en combinar inversión con prevención, y a la inversa. Los gobiernos deben invertir en nutrición para poner fin a todas las formas de malnutrición.

-¿Cree que falta voluntad política en la comunidad internacional para superar el hambre y la malnutrición en el mundo?

-Considero que en todas las regiones del mundo, desde América Latina a África, hemos visto un compromiso contundente de que acabar con el hambre es una prioridad. Ahora falta agregar a eso también un fuerte compromiso por la lucha contra la malnutrición, sobre todo entre mujeres y niños. La FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están preparadas para ayudar a los países en este esfuerzo. Al transformar el compromiso en acción y cooperar más eficazmente entre sí y con otros actores, el mundo tiene una oportunidad real de poner fin a las múltiples cargas de la malnutrición en todas sus formas, en el curso de nuestras vidas.

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