El Papa afirma que «la complementariedad hombre-mujer es la base del matrimonio»
Recuerda que «los niños tienen derecho a crecer en una familia con un padre y una madre»
Ante un congreso internacional con participantes de veintitrés países y catorce religiones, el Papa Francisco afirmó que «la complementariedad hombre-mujer es la base del matrimonio y la familia . La complementariedad es una gran riqueza. No sólo algo bueno sino también hermoso».
Subrayando que la familia es escuela de convivencia y garantía frente a la fragmentación social, el Papa recordó que «los niños tienen derecho a crecer en una familia con un padre y una madre, capaces de facilitar su desarrollo y maduración afectiva».
En su discurso más sistemático sobre matrimonio y familia, el Papa advirtió que esa complementariedad entre hombre y mujer «no debe confundirse con la idea simplista de que los papeles y las relaciones entre sexos están cerrados en un modelo único y estático». Los papeles cambian según las culturas, y dependen de «la propia riqueza personal, el propio carisma personal» que cada uno aporta al matrimonio y a la educación de los hijos.
Con tristeza, el Papa reconoció que «en nuestro tiempo, el matrimonio y la familia están en crisis. Vivimos en una cultura de lo provisional, en la que cada vez más personas renuncian al matrimonio como compromiso público». Limitarse a la convivencia termina causando daño a las personas pues «el declive de la cultura del matrimonio está asociado a un aumento de la pobreza y a numerosos problemas sociales que golpean desproporcionadamente a las mujeres, los niños y los ancianos».
Según el Santo Padre, «la crisis de la familia ha dado origen a una crisis de ‘ecología humana’. Y en nuestra cultura, incluso en nuestra cultura católica, somos lentos en reconocer que también nuestro medio ambiente social está en peligro. Por eso es necesario promover una nueva ‘ecología humana’ y llevarla adelante».
Para recuperar un ambiente más sano en los hogares y los países es necesario, según el Papa, promover una cultura de la fidelidad que, por otra parte, es más natural pues «el compromiso definitivo de solidaridad, fidelidad y amor fecundo responde a los deseos más profundos del corazón humano».
En el mundo globalizado hay que evitar que la publicidad, el consumismo o la ideología de género eche a perder esa realidad antropológica. El Papa advirtió a los congresistas que «no debemos caer en la trampa de dejarnos calificar por conceptos ideológicos. La familia es un hecho antropológico. No se puede hablar de ‘familia conservadora’ o ‘familia progresista’. ¡La familia es la familia!».
Al despedirse, el Santo Padre les anunció que «Dios mediante, en septiembre del 2015 viajaré a Filadelfia para el octavo Encuentro Mundial de las Familias ». Los norteamericanos, pero también el resto, estallaron en un aplauso.
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