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«Desde marzo nos organizamos para venir a Madrid y agradecer a Don Álvaro»

Peregrinos de Kenia, India, Polonia, México, Nigeria, Japón y de cientos de países más se reúnen en Madrid para reconocer la labor de Álvaro del Portillo en su beatificación

«Desde marzo nos organizamos para venir a Madrid y agradecer a Don Álvaro» j. c. gonzález

juan carlos gonzález

«La figura de Don Álvaro va de la mano de don Josemaría, fue su hijo más fiel y un gran seguidor de su labor». Carlos Paredes decidió ahorrar y pedir permiso en su trabajo al enterarse de la noticia de la beatificación para, sin pensárselo, venir a Madrid desde Paraguay junto a sus compañeros y agradecer la labor de don Álvaro del Portillo . «Es mucha emoción la que vivimos, además traemos muchas plegarias de amigos y familiares paraguayos que nos pidieron rezar por ellos al enterarse que veníamos», agrega Ever, de 33 años, paraguayo e «ingeniero como don Álvaro». Ellos, como muchos, aprovechan esta ocasión para reencontrarse con compatriotas que viven en otras partes del mundo.

Como ellos, cientos de miles de personas se congregan en la explanada de Valdebebas para vivir un «homenaje a un modelo humilde de siervo de Dios, querido por los amigos y enemigos, por todos», como define María Augusta, que viene desde Portugal junto a otras 50 personas. Emocionada y agradecida, María cuenta que conoció personalmente a don Álvaro y que le debe mucho, entre otras cosas el milagro que permitió curar de tiroides a su amiga María Vieira.

Jóvenes y no tan jóvenes, familias completas, amigos, conocidos, seminaristas. Todos unidos para vivir este día. Dos seminaristas, Lenin de Ecuador y Centus de Nigeria vienen desde el seminario Sedes Sapientiae de Roma. Para ellos, «estar aquí es una forma de agradecimiento por la labor realizada y un homenaje a un ejemplo de entrega total a Dios para todos los que queremos ser sacerdotes». «Don Álvaro es el mejor ejemplo de que se puede llegar a ser santo desde el ministerio sacerdotal».

La familia Materne al completo viene desde Polonia para agradecer al futuro santo «su entrega total a los demás». La más pequeña, María, apenas habla español pero está feliz de comocer a cientos de personas de todo el mundo en un día muy especial. «Don Álvaro es símbolo de fidelidad, de milagro, le estamos muy agradecidos y por eso estamos aquí», agrega Michael, el mayor de la familia.

Más de 2.000 voluntarios acreditados

La labor de don Álvaro en la educación y la entrega a los más desfavorecidos es el mayor reconocimiento de todos los fieles. Junto a 500 personas viene de Kenia Angélica Kiboro, que trabaja de profesora en Canadá, en una institución impulsada por Álvaro de Portillo. En la ceremonia, se encuentra a Elsie, amiga keniana y voluntaria en la beatificación que, emocionada, agradece este encuentro al futuro santo.

Más de 2000 voluntarios colaboran en la ceremonia. Ignacio, Gonzalo, Alfonso, Juan y Marcos son del Club Jara de Madrid y colaboran como ayudantes de comunión en este «evento único». Para ellos, definen Álvaro del Portillo es «un cristiano normal y corriente, muy alegre, que vivía el cristianismo día a día».

De Barcelona viene Ernesto, de 20 años, junto a sus amigos para ayudar «en lo que haga falta como agradecimiento a la formación que hemos recibido gracias a la contribución de don Álvaro».

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