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adicción al trabajo

Cuatro señales que te alertan de que necesitas recuperar salud mental

La experta Laurie Tarkan ha revolucionado a sus lectores: aconseja tomarse «un día extra de relajación» a la semana, entre otras medidas, para combatir los niveles insultantes de estrés

Cuatro señales que te alertan de que necesitas recuperar salud mental nieto

e. m.

En las últimas semanas, la prestigiosa articulista de temas de salud en numerosos portales, revistas y medios como el rotativo «New York Times», Laurie Tarkan , ha recibido un aluvión de preguntas y comentarios sobre uno de sus últimos informes y que versa sobre las cuatro señales por las que un ser humano debe replantearse tomar un día más de relax y salud para el perfecto equilibrio de su mente. El consejo, a priori, es sencillo: Tarkan dice que en cuanto notes el primer indicio de que algo está fallando en tu nivel de estrés y en tus respuestas ante la gente que comparte tu día a día, lo mejor es tomarse una tercera jornada a la semana que suponga dejar corretear tu mente, libre como una mariposa en el campo.La propia escritora se quejaba de que cuando recomiendas esas 24 horas de «nada de trabajos mentales», hay muchas personas que «se quedan frías», sin saber qué hacer. Responden mal a una prescripción tan fácil de cumplimentar. El principal obstáculo con el que choca ese consejo es con el bucle en el que se halla una persona que necesita, precisamente, tomarse un respiro y dentro del cual es incapaz de autodiagnosticárselo. Para ayudar a esa detección plausible y más temprana, la autora hace un repaso a cuatro razonamientos. Si los padeces, convendría hacer algo, quizás seguir las pautas que marca la experta:

1º. «Usted tiene problemas para dormir»...

Si «de repente no está durmiendo bien o ha desarrollado cierto grado de insomnio», escribe Tarkan, puede ser el momento idóneo para embridar el paso. Frenar, emplear algún tiempo para recuperarse y volver a equilibrar la salud mental.

Según todos los especialistas del sueño, la falta de seis a ocho horas de descanso diario entraña una retahíla de efectos negativos. Entre ellos, se adolece de rendimiento mental, se sufren más achaques físicos, disminuye el nivel de creatividad... Por si fuese poco, el nivel de estrés se dispara de forma proporcional a menor número de horas de letargo. El organismo tiene necesidad de reposo . Si no lo obtiene, es capaz de exacerbarse.

Por ello, si adviertes algún síntoma de estrés, de que tu salud mental está inestable, es necesario imponerse una «cura» de sueño como se diría coloquialmente. Defenestra cualquier planificación que te haga entrar en un ciclo en el que la falta de horas en la cama sea tónica habitual. 2º. Un día extra a la semana contra niveles insultantes de estrés... La recomendación crucial de la especialista pasa por tomarse «un día a la semana para la salud mental propia»; eso -muchos se lo preguntarán- añadido a los habituales fines de semana o dos días de cada siete preceptivos para la relajación laboral. Mantente siempre que puedas fuera de la oficina, pero no solo en sábado y domingo (o cualesquiera otros dos días de libranza).

No cortes el fin de semana para trabajar . Es más, añádele algún día entre semana. ¿Y cómo se hace? Con respiros momentáneos. Considera la propia Tarkan que ya tienes que tener periodos definidos integrados en tu horario de trabajo. Y dice, literalmente: «Si no se puede sacudir el estrés de la semana transcurrida, es el momento de añadir un día de salud mental adicional a su horario antes de que la ansiedad comience a acumularse semana tras semana».

3º. No eres tan agradable como en realidad te gustaría...

Ambiciosos, siempre nos solemos presionar y exigir más de la cuenta. El « workaholic o adicto al trabajo » tiene que tomarse como el primer síntoma, el más precoz del inminente agotamiento, la incapacidad para ser amable con los demás . Es decir, si a ti te gustaría ser agradable pero no te sale, brota más bien la rabia o las malas palabras y el tono ofuscado, entonces es que la saturación mental está más cerca de lo que crees . Lo que, en términos vulgares, se conocería por «los cables están a punto de fundírsete». «Ten cuidado -apremia la experta como indicador- si te empiezas a mostrar insolente con tu cónyuge, hijos o sus compañeros de trabajo». La señal es clara. 4º. Cuando no te importa nada...

Tan malo es despreocuparse como obsesionarse. Lo ideal sería que nadie tuviese que acudir a la oficina más de la cuenta. El problema es mayor si el negocio es propio. O si el compromiso con el trabajo es muy exigente. No obstante, entre la abulia y la adicción hay un término medio . También hay que pensar en recargar las pilas cuando todo empieza a darte lo mismo o cuando las cosas te obsesionan. Así que la pregunta que lanza Tarkan es la que provoca un aldabonazo en nuestra propia rutina instaurada: ¿Cuándo es la última vez que chequeaste tu salud mental?

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