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Whisky escocés madurado en el espacio

Un pionero experimento estudia cómo la gravedad cero afecta al proceso de fermentación

Whisky escocés madurado en el espacio

ana mellado

En octubre de 2011, un cohete con whisky puro de malta, de la destilería escocesa de Ardbeg , partió al espacio desde la base aérea de Baikonur, en Kazajistán. Con esta estrambótica idea no buscaban calmar la sed de algún astronauta desorientado, ni de exportar el producto a un lugar inhóspito. Se trata, en cambio, de un pionero experimento científico que investiga cómo la gravedad cero influye en el proceso de maduración del alcohol.

Han pasado tres años y los científicos de NanoRacks , la compañía de investigación espacial, con sede en Texas, ya se frotan las manos, impacientes, ante el inminente regreso de los viales de whisky, el próximo 12 de septiembre. Después de más de 1.000 días orbitando, analizarán la interacción entre unos compuestos microorgánicos, conocidos como terpeno, que contiene el whisky, y unas partículas de roble carbonizado, en condiciones de gravedad cero.

El alcohol recién aterrizado se comparará con una botella idéntica de la destilería de Ardbeg , en Islay, una isla del archipiélago escocés, que nunca ha abandonado la tierra firme. Los científicos dilucidarán, en un laboratorio de Houston, las diferencias entre el whisky terrenal y el espacial.

«Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para el whisky», declaró Bill Lumsden, director de la destilería y responsable del whisky de Ardbeg.

El experimento trata de desentrañar el funcionamiento de las complejas moléculas de terpeno y ayudar a descubrir nueva información sobre el cambio que experimentan en un ambiente de gravedad cero. Además, el viaje espacial del whisky desvelará cómo los componente químicos afectan al sabor, para posteriormente aplicar los resultados a la investigación y desarrollo de un nueva variedad de productos comerciales. «El equipo espera descubrir cómo los sabores se desarrollan en diferentes condiciones gravitatorias. Estos hallazgos podrían revolucionar el proceso de fabricación de whisky», agrega Ardbeg.

Produciendo whisky desde 1798

Para combatir la espera, la destilería celebró el experimento con el lanzamiento de Ardbeg Galileo. Una botella de edición limitada de 12 años de edad con el que tratan de rendir su particular «homenaje terrenal».

Ardbeg fue invitada a finales de 2011 por la compañía de investigación espacial con sede en Texas, NanoRacks, a participar en el experimento espacial. Aunque por sus barricas corre la tradición y el prestigio de producir whisky desde 1798, no se lo plantearon ni un momento. Tras largos años de trabajo, la destilería cuyo nombre significa farallón, es decir, un pequeño cabo, se ha beneficiado de su estratégica ubicación junto al mar, para incorporar ciertos aromas marinos al whisky producido. Ahora, habrá que comprobar si son capaces de integrar un toque más etéreo.

«Esperamos brillar con una nueva luz con el efecto de la gravedad en el proceso de maduración. ¿Quién sabe a dónde nos llevará? Podría ser hasta el infinito y más allá».

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