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El plástico no afecta a la calidad del agua embotellada

Un estudio confirma que la migración de componentes es insignificante y que el periodo de almacenamiento tampoco influye

El plástico no afecta a la calidad del agua embotellada abc

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Adiós al mito de que el plástico de las botellas de agua afecta a su calidad. Científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA- CSIC) y el Laboratorio Oliver Rodés han demostrado en un estudio, publicado por la revista « Food Chemistry », que los materiales que se utilizan, tanto para el envase como para las chapas que lo tapan, no afectan al líquido.

Los investigadores han analizado aguas minerales de 131 manantiales y tres aguas potables preparadas de 94 marcas comercializadas en España. Las muestras se tomaron justo después del envasado en las plantas embotelladoras y trascurrido un año de almacenamiento, para evaluar si durante ese tiempo se había producido la migración de componentes del plástico o aditivos.

En concreto, han estudiado cinco tipos de ftalatos –ésteres de ácido ftálico–, el dietilhexiladipato (DEHA), el octilfenol, el nonilfenol y el bisfenol A (BPA). Estas sustancias, habituales en la fabricación de los envases, pero pueden tener efectos tóxicos en los órganos reproductores y en el sistema endocrino si superan los límites que marca la legislación.

«Las conclusiones del estudio indican que tanto los envases, sean de plástico o vidrio, como las aguas envasadas son completamente seguros para la salud y cumplen con la legislación vigente», subraya a la agencia Sinc la autora principal, Silvia Lacorte.

De un total de 6.516 valores, solo un 5,6% ofrecieron resultados positivos. Los compuestos que aparecieron con más frecuencia son el DEHP o di(2-etilhexil) ftalato, relacionado con el tapón corona de los envases de vidrio, y el BPA, asociado a los envases de policarbonato, un tipo de termoplástico moldeable habitual en la industria. Pero las concentraciones son insignificantes. En el caso del DEHP habría que beber 231 litros de agua al día para alcanzar el límite que marca la legislación (0,05 mg/kg corporal/día) o 124 litros si se tratara del BPA.

Los análisis también revelan que las botellas de plástico de polietileno tereftalato (PET) con tapón de polietileno de alta densidad, que representan la mayor parte de envases para agua del mercado español, presentan una muy baja incidencia de plastificantes.

Además, se ha observado que ni el formato del recipiente ni el periodo de almacenamiento afecta a la calidad del agua, ya que los compuestos detectados en muestras recién envasadas eran básicamente los mismos que después de un año en el almacén.

Solo se ha detectado que la presencia de gas en el agua puede potenciar ligeramente los procesos de migración, que, en general, están relacionados con el tipo de monómero o material plástico empleado para la fabricación del envase.

«El agua envasada a menudo ha recibido ataques sobre el tema de migración de plastificantes, pero en realidad apenas se produce, y si ocurre alguna incidencia, ahora sabemos el porqué, de manera que se puede mejorar su envase», señala Lacorte, que recuerda que aunque en nuestro país puede parecer un lujo beber agua envasada, «en muchos países es una necesidad porque no la hay del grifo; y en todos los casos debe ser segura y de calidad».

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