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Lugo se ahoga con la huelga de basura más salvaje de España

Se cumplen 58 días de paro en el servicio de limpieza de la ciudad sin que los trabajadores y la dirección de Urbaser consigan alcanzar un acuerdo

Lugo se ahoga con la huelga de basura más salvaje de España EFE

l. rey

Calles, avenidas y núcleos de población enteros llevan prácticamente dos meses conviviendo entre toneladas de residuos y alertas sanitarias . La huelga en el servicio de recogida de basuras en Lugo es ya la más larga del sector en toda España. Tras la decisión del juzgado contencioso administrativo de suspender los servicios mínimos del 100% decretados por el Ayuntamiento —cuya resolución pretende recurrir—, los residuos vuelven a acumularse por las calles de la ciudad. De hecho, los puntos de emergencia sanitaria han ascendido a 59 este fin de semana, de los cuales «28 son calles enteras», según apuntan fuentes del Consistorio lucense. [ Fotogalería de los 58 días de huelga ].

En total, la ciudad amurallada suma ya 57 días sin recogida de basura. El parón en los servicios de limpieza que comenzó el pasado 10 de junio tuvo su origen en un conflicto laboral entre los trabajadores y la empresa concesionaria, Urbaser . Las consecuencias directas se traducen en toneladas de residuos que se acumulan en las calles ante la impotencia de los ciudadanos .

Las discrepancias entre la concesionaria del servicio de limpieza de la ciudad que preside Xosé Clemente López Orozco y su plantilla, no obstante, venían ya de atrás. Unas negociaciones para mejorar el convenio colectivo que no llegaron a buen puerto fueron el detonante de tan largo parón. Los trabajadores exigen que se consolide en las tablas salariales un complemento de 600 euros brutos que recibieron en 2012 y 2013 y denuncian que su salario lleva sin actualizarse en base al IPC desde 2011.

Aseguran, también, que la empresa quiere rebajar las primas por antigüedad, los seguros por incapacidad temporal y el número de días de asuntos propios. A las tablas salariales también se remite Urbaser, pero para destacar que paga más que el Ayuntamiento de Lugo. Así, resaltan que un peón municipal cobra 17.000 euros anuales frente a los 21.000 de sus homólogos en la empresa y que los oficiales de primera y auxiliares administrativos de Urbaser reciben también 4.500 euros más al año que los que están en nómina municipal.

Del ámbito laboral la lucha pasó a la arena sindical y, de ahí, no tardó en impregnar toda la política municipal de Lugo. La oposición exigió, con rapidez, contundencia al gobierno local, que respondió abriéndole a Urbaser un expediente sancionador cuya multa asciende a 30.000 euros.

«Un silencio prudente»

A punto de cumplirse un mes del inicio de la huelga, el Ayuntamiento de Lugo comunicaba a la empresa concesionaria la propuesta de sanción por el importe máximo previsto por la ley por incumplimiento de los servicios mínimos. El regidor lucense argumentaba entonces que el consistorio había mantenido «un silencio prudente», pero que «la paciencia de los lucenses y del alcalde tenía un límite». Por eso exigía el final de la huelga.

Un final al que parecía llegarse en las últimas semanas después de que Urbaser aceptase que fuese un tribunal el que se pronunciase sobre las sanciones y expedientes derivadas del incumplimiento de los servicios mínimos . Al mismo tiempo, la empresa enviaba su propuesta de negociación a la Axencia Galega de Arbitraxe , que contempla un convenio con una duración de tres años, en el que se mantienen las condiciones salariales y sociolaborales del anterior y se actualiza el salario conforme al IPC.

Un conflicto enquistado

Pero el documento volvió a caer en saco roto. Las partes continúan sin ceder en sus pretensiones y las posturas se antojan cada vez más dispares. Y mientras continúan acumulándose montañas de basura en las calles, el conflicto se radicaliza.

Y en medio se encuentran los principales damnificados de este conflicto: vecinos y empresarios de la zona . Éstos últimos, se quejan de que los días de huelga transcurridos «colman la paciencia de cualquiera», además de provocar «importantes pérdidas económicas» en sus negocios. Por su parte, los vecinos han enviado un ultimátum al alcalde: esta semana dejarán de pagar el recibo de la recogida, y se organizarán en brigadas para limpiar las calles.

Durante el fin de semana se recogieron unos 36.000 kilos de residuos, según la empresa, al entrar en vigor el anterior decreto tras la anulación de los servicios mínimos del 100% decretados por el Ayuntamiento.

Mientras continúa sin verse ni el más mínimo halo de luz al final del túnel, trabajadores y empresa están pendientes de que el organismo encargado de mediar en el conflicto, los convoque de nuevo para volver a retomar las negociaciones.

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