Semana Santa 2014: Los artesanos, en sus horas más bajas

Las hermandades se ven incapaces de asumir el elevado coste que supone adquirir nuevas piezas de artesanía, algo que está dejando al sector gravemente herido

I. ZAMORA

18/04/2014
Actualizado 19/04/2014 a las 02:41h.

Ni siquiera una de las tradiciones más arraigadas en nuestro país como es la Semana Santa ha logrado librarse de los efectos de la crisis. Las hermandades religiosas, como ha ocurrido en otros sectores económicos alrededor de toda la geografía española, no se han mantenido ajenas al menor poder adquisitivo de los ciudadanos y la merma en el bolsillo de los españoles está impactando de lleno en un importante sector, el de los artesanos, que se sabe gravemente perjudicado a pesar de la importancia de estas fechas.

Costureras, tallistas, orfebres... todos aquellos que con sus manos dan forma a las más preciadas figuras y materiales que hacen de nuestra Semana Santa un acontecimiento inimitable dejaron de ver, hace tiempo, sus esfuerzos económicamente compensados. A cambio, han presenciado cómo la más que notable caída de los encargos ha abocado a muchos de los negocios al cierre o a las reducciones drásticas de personal, una situación a la que intuyen difícil arreglo.

Si bien es cierto que son muchos los artesanos que, de cara a estas fechas, todavía acumulan un buen número de pedidos en sus talleres, también lo es el hecho de que los encargos recibidos por estos genios del trabajo manual han comenzado a ser de una cuantía económica sustancialmente menor a la que fuera en años anteriores. Uno de los rostros que ejemplifica este hecho es Ángel Delgado, responsable del taller de orfebrería «Hermanos Delgado» y que reconoce a ABC que su negocio lleva un tiempo recibiendo encargos de menor importe. Según apunta el artesano a este diario, «este año no tenemos encargos de obra nueva aunque sí cosas de restauración». El panorama económico, dice Delgado, se ve en el hecho de que «las hermandades optan por mantener su patrimonio apurando al máximo lo que tienen y evitan encargar nada nuevo, ya que no pueden asumir los costes».

Para el orfebre, la falta de recursos no hace más que dibujar, cada día con la pluma más afilada, un panorama desolador: «Nuestra fuente de ingresos son las hermandades que, debido a la crisis, han optado por dejar atrás a un sector muy importante como es la artesanía, algo que crea muchísima riqueza a las ciudades en Semana Santa».

La clientela fiel, clave

María del Río, responsable de la archiconocida «Antigua Casa Rodríguez» , situada en el mismo centro de Sevilla, es de las pocas artesanas que puede asegurar que su negocio saldrá adelante a pesar del impacto económico. «La Semana Santa está tremendamente arraigada en Sevilla y los ciudadanos siguen acudiendo a la tienda aunque, evidentemente, notamos la crisis como todo el mundo». Donde María sí ha visto el impacto económico ha sido en el hecho de que ya «no se compran cosas tan caras. Por ejemplo, si antes nos pedían hacer un escudo en oro, ahora lo piden en seda».

«Antigua Casa Rodríguez» cuenta con más de 200 años de experiencia a sus espaldas en lo que artesanía se refiere algo que, dice su responsable, ha sido un factor clave para poder hacer frente al menor poder adquisitivo que hace ya años notan los andaluces. «Nuestra clientela es muy fiel y siempre se anima a venir cuando llega la Semana Santa, por eso sé que el negocio saldrá adelante, pues todo el mundo viene a comprar algo cuando llegan estas fechas, aunque sea más barato».

De gastar 50.000 euros a solo 15.000

Otra persona que refrenda esta teoría de que, llegada la Semana Santa, fieles y hermandades invierten mucho menos dinero en artesanía es David Salmerón, uno de los responsables del Taller de Arte Religioso Salmerón , ubicado en Ciudad Real y uno de los más importantes de España, pues abastece a un buen número de Comunidades Autonómas. Como Salmerón asegura a este diario, aunque no son pocos los encargos recibidos en su taller lo cierto es que ya es demasiado el tiempo que llevan conformándose con trabajos «más humildes». «Antes de la crisis nos llegaban a encargar tronos cuyo importe podía llegar a alcanzar entre 30.000 y 50.000 euros. Hoy los encargos no superan los 15.000 euros».

De lo que sí pueden presumir en el taller de los hermanos Salmerón es de haber logrado dejar la plantilla intacta pese a las vacas flacas. «Incluso en momentos de mucho trabajo seguimos contratando a más gente para cumplir con los encargos, aunque solo son casos puntuales».

«El futuro es negro para muchos»

¿Traerá de vuelta la recuperación económica aquellos encargos de mayor importe y que muchos dan por perdidos? «Dios quiera que esto no se venga más abajo todavía», implora María del Río. «El pequeño comercio no está teniendo ningún tipo de ayuda y es mucho más difícil contratar y emplear a otras personas». Sin embargo, la tradición que la Semana Santa supone para el conjunto de España hace, para la responsable de «Antigua Casa Rodríguez» que sea «prácticamente imposible» que el trabajo de los artesanos quede condenado al olvido.

«Dios quiera que esto no se venga abajo»El responsable de «Hermanos Delgado», no en vano, reclama a la clase política una mayor atención hacia el colectivo. «No sé cual es la mejor manera de resolver nuestro problema, pero alguien debería preocuparse por nosotros y echarnos una mano, porque la necesitamos más que nunca. No veo perspectivas de futuro claras para el sector y, de hecho, creo que el panorama es muy oscuro para nosotros».

Aquella etapa dorada en la que al artesano le sobrepasaban los encargos ya ha quedado, en opinión del orfebre, en un pasado lejano. «Hace cinco años nos pedían obras de importancia y de mucho mayor importe. Había trabajo y cada año contratábamos a más personal. Hoy por hoy, si la situación sigue como hasta el momento, muchos acabaremos cerrando».