Diez procesiones multitudinarias en la Semana Santa de las regiones españolas
De León a Murcia, diversas cofradías reúnen a millares de cofrades y de visitantes, con Sevilla como epicentro clásico
Actualizado: GuardarDe León a Murcia, diversas cofradías reúnen a millares de cofrades y de visitantes, con Sevilla como epicentro clásico
12345678910Procesión de los Pasos de León
Amanece el Viernes Santo por la mañana en León. Durante la madrugada, la esquila, el clarín y el tambor de la Ronda han ido despertando a la ciudad. «Levantaos, hermanitos de Jesús, que ya es hora». Llaman a estar preparados para la Procesión de los Pasos que organiza la Cofradía del Dulce Nombre. En ella se citan en torno a 4.000 papones -nombre con el que se conoce a los cofrades en la capital leonesa- y trece pasos. Destaca el Nazareno. En la Plaza Mayor se produce el gran momento del desfile, con el Encuentro, que reúne a multitudes de personas.
Procesión de los Salzillos de Murcia
El escultor barroco Francisco Salzillo legó a su ciudad un riquísimo patrimonio que vive su momento grande, como tantas otras semanas santas de España, en la mañana del Viernes Santo. Es la Procesión de los Salzillos de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con más de 4.000 participantes. Entre ellos, los característicos estantes -nombre que reciben los cargadores- con su típica vestimenta o los carros bocina. En total, nueve pasos, de la Santa Cena a la Dolorosa, todos de Salzillo, realizados en el XVIII salvo el anonimo Nazareno de 1600.
La Madrugá de Sevilla
Sevilla es la Semana Santa de España más conocida internacionalmente. De Ramos a Resurrección, la capital andaluza es un ir y venir imparable de nazarenos con varias procesiones por día. El momento culmen llega cuando el Jueves Santo se convierte en Viernes, la Madrugá, con sus grandes devociones en las calles a la vez. Durante más de doce horas, seis hermandades ( Macarena, Gran Poder, Triana, Gitanos, Calvario y Silencio) levantan tantos aplausos en las cofradías de bulla y capa como plegarías calladas en las de ruán, dos estilos muy diferentes.
Las Turbas de Cuenca
Así como los contemporáneos de Cristo se mofaron de él en su vía dolorosa, así los conquenses lo hacen -con la sublimidad de la religiosidad popular- durante la Procesión de las Turbas en la madrugada y primeras horas del Viernes Santo con un estruendo cargado de respeto devocional. Una muchedumbre de cofrades hace sonar clarines, tambores y palillos al paso del Nazareno, San Juan y la Verónica. Con ello rememoran aquella humillación que sufrió Jesús en el Camino del Calvario, nombre real del desfile. Pero cuando llega la Virgen, silencio.
La Congregación de Zamora
Zamora es una discreta ciudad que se tranforma cuando llega la Semana Santa. Guarda como pocos lugares la esencia de una tradición arraigada a la sencillez de su tierra. Así se manifiesta en sus penitenciales procesiones de noche. Contrastan con otras como la de la mañana del Viernes Santo, que protagoniza la histórica Congregación, con miles de cofrades y once pasos. Varios son de su afamado escultor Ramón Alvárez, con el Nazareno del «Cinco de Copas» y la marcha fúnebre de Thalberg. En cabeza, el Merlú con sordina y tambor destemplado avisa del magno momento.
El Cautivo de Málaga
Son varias las grandes devociones de Málaga, una ciudad donde casi podría afirmarse que todo, por sus dimensiones, es multitudinario. Aunque andaluza, nada tiene que ver con las formas de Sevilla. Las suyas también son genuinas. Es la Semana Santa de los grandes tronos, como barcos que surcaran un evangelio de madera y orfebrería. Conocidos son el Cristo de Mena con la Legión el Jueves Santo o Jesús el Rico el Miércoles, con su brazo articulado para indultar a un preso. El Lunes Santo desfila Jesús Cautivo y es uno de los más multitudinarios.
La Procesión General de la Pasión de Valladolid
Muchas ciudades son estos días un museo en la calle. Valladolid lo es más si cabe. Sus cofradías reúnen una gran colección de obras maestras de la imaginería española del siglo XVII, un buen puñado de Gregorio Fernández y su círculo. La tarde del Viernes Santo, organiza la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor con 32 pasos y la participación de todas las cofradías, lo que da buena cuenta del volumen de personas que necesita para llevarla a buen puerto y que tiene su correspondencia en el público que se acerca a admirarla al centro de la ciudad.
Los desfiles bíblicos-pasionales de Lorca
La de Lorca es una Semana Santa que escapa por completo a los cánones. Sus cofradías se conocen como Paso Blanco, Paso Azul, P aso Encarnado, Paso Morado, Paso Negro, además de la Archicofradía de Jesús Resucitado. Y no solo rememoran la Pasión. Jueves Santo y Viernes celebran sus desfiles bíblico-pasionales, que datan del siglo XIX y en los que los lugareños encarnan a personajes del Antiguo Testamento con exquisitos bordados. A caballo, en cuadrigas o en enormes carrozas recorren los 550 metros de las tribunas con más de 10.000 sillas.
El Medinaceli de Madrid
La Semana Santa de Madrid combina sus antiguas maneras con otras más recientes incorporadas de la influencia andaluza, particularmente sevillana, de emigrados de esta región a la capital. Un repaso a las procesiones más multitudinarias del país -que obvia necesariamente otras que también podrían incluirse como los Gitanos de Granada- obliga a tener en cuenta a Jesús de Medinaceli, la venerada imagen del primer viernes de marzo, cuando una ríada de devotos espera su turno para besar su pie. Cuantificar la marea de asistentes a la procesión es casi imposible.
La Rompida de la Hora de Calanda
Aragón vive también la Semana Santa conforme a sus tradiciones. En ellas el tambor y el bombo ocupan un lugar preferente. Una ruta agrupa a nueve localidades turolenses, entre las que sobresale Calanda. En ella se celebra el Viernes Santo la Rompida de la Hora, acontecimiento que congrega a miles de personas de varias generaciones. Son varios los momentos en los que un sonido atronador se apodera del municipio. A mediodía de esta jornada es el instante en el que más gente se congrega en una plaza de España teñida de color morado nazareno.