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¿Estan los españoles lejos del B2 de idiomas que necesitarán para Erasmus?

Todo lo que necesitas saber sobre el nivel de idiomas que necesitas para acceder a una beca Erasmus del Ministerio, dotada con 100 euros más que la europea

¿Estan los españoles lejos del B2 de idiomas que necesitarán para Erasmus? abc

alejandro carra

Los requisitos que va a exigir el Ministerio de Educación para conseguir alguna de las 10.000 becas Erasmus del tramo nacional han puesto en pie de guerra a varias asociaciones de estudiantes. Pero no por el nivel de notas que se va a exigir a los alumnos que aspiren a una beca dotada con 100 euros más que la concedida por la UE, sino por el nivel de idiomas que se necesitará para pasar el corte y no quedarse en el cupo de las 30.000 que subvencionará Europa y que rondarán los 250 euros mensuales de media.

Para el Sindicato de Estudiantes, la exigencia de un nivel de idiomas B-2 es una «medida elitista» que «continúa en la misma línea de favorecer a los ricos y perjudicar a las personas que no tienen recursos económicos», y para la Federación Progresista es un nivel «casi inalcazable».

¿Pero que es exactamente el nivel B2 de idiomas y qué se le exige a quien quiera acreditarlo? Robin Gravina, gerente de Desarrollo en Cambridge English Language Assessment para España, departamento de evaluación lingüística de la Universidad de Cambridge , nos lo explica.

«El B2 es un nivel que surge de los planes de la UE para fomentar la movilidad laboral. Se trata del umbral mínimo para que cualquier persona se desenvuelva con garantías en el ámbito o académico. No es un nivel de idiomas de "supervivencia" en el que eres capaz de pedir comida o bebida en un local y poco más. Alguien que tiene un nivel de B2 es capaz de expresar sus opiniones, mostrarse en acuerdo o desacuerdo en una conversación sin quedarse en el "sí" o "no" y tiene recursos suficientes para hablar de cualquier tema, en cualquier situación, sabiendo diferenciar los matices entre una conversación formal y una informal. No estamos hablando de que hable perfectamente o maneje un vocabulario muy extenso, eso sería un C2, sino de que es capaz de entender a nivel general cualquier tipo de conversación e interactuar de forma eficaz con su interlocutor. Sería el equivalente a un First Certificated».

Los seis niveles de un idioma

Aclarado cuál es el contexto de un B2, queda saber si España, en términos generales, se encuentra en ese escenario o no. Y una buena referencia es el Marco Europeo Común de Referencia para las Lenguas (MERCL), en el que se detallan los 6 niveles de dominio de un idioma que se pueden alcanzar. El más bajo, sería el nivel A (usuario básico, subdividido en A-1 y A-2), en el que la persona «es capaz de comunicarse, en situaciones muy cotidianas, con expresiones de uso muy frecuente y utilizando vocabulario y gramática básica».

Después vendría el nivel B (usuario independiente), que se subdividiría en B1 (umbral), en el que «el usuario es capaz de desenvolverse en la mayor parte de las situaciones que pueden surgir durante un viaje por zonas donde se utiliza la lengua objeto de estudio», y el polémico B2 (avanzado), «en el que puede relacionarse con hablantes nativos con un grado suficiente de fluidez y naturalidad, de modo que la comunicación se realice sin esfuerzo por parte de los interlocutores».

Por encima estaría el nivel C (usuario competente), con sus niveles C1 (dominio operativo eficaz), apropiado para tareas más complejas de trabajo y estudio y que generalmente lo alcanzan personas con estudios académicos medios o superiores en su lengua materna» y el C2 (maestría), que «no implica una competencia de hablante nativo o próxima a la de un nativo sino un grado de precisión, propiedad y facilidad en el uso de la lengua que tipifica el habla de los alumnos brillantes».

España está a nivel general en un nivel B1¿Y dónde estamos de media los españoles? La Comisión Europea realizó en 2011 la Primera Encuesta Europea de Competencias Lingüísticas, encargada al consorcio SurveyLang , un grupo de ocho organizaciones expertas en evaluación lingüística, que analizó el nivel de competencia en idiomas de 14 países de la UE. Los estándares fueron similares a los del conocido informe PISA y el resultado fue que, sobre una muestra de 54.000 alumnos, el 42% de los estudiantes europeos alcanzaban lo que se consideraba como «nivel de independencia», en el que se engloban el B1 y el B2. Aun así, el informe recalcaba la necesidad de impulsar significativamente la adquisición de competencias lingüísticas en un idioma extranjero.

Analizando país por país, malteses (60%) y suecos (57%) son los que alcanzan el B2 en mayor porcentaje, mientras que franceses (5%) y polacos (10%) están a la cola. Peor quedó el Reino Unido, con un exiguo 2% para el B2 de francés. En el caso de España, la encuesta mostró que solo el 13% de nuestros alumnos serían capaces de desenvolverse en inglés en ese nivel B de «independencia» con el que se supone deben ir a estudiar a una universidad extranjera.

El salto que los aspirantes a las movilidades que financiará el Ministerio de Educación es, con todo, «alcanzable. Aprender un idioma -explica Robin Gravina- es siempre un desafío, y hay que ponerlo como una prioridad. Y no solo es cuestión de ir determinadas horas a clase sino también de dedicarle tiempo en las actividades cotidianas; hay que ver TV en inglés, radio, películas , leer prensa o libros. Evidentemente hay que hacer un sacrificio. Pero en España se ha hecho, y muy grande, en los últimos años. El número de candidatos para el B2 inglés ha sido de los más elevados del mundo. Y tres de cada cuatro aspirantes lo han conseguido».

El examen de B2

Llegado a este punto, queda saber en qué consiste un examen para obtener el anhelado B2. Gravina lo desgrana para ABC. «Básicamente consiste en una serie de pruebas orientadas a evaluar la destreza del aspirante en la expresión oral y escrita y en la comprensión oral y escrita. Para la parte de la expresión oral, la prueba consiste en una entrevista cara a cara con dos entrevistadores con los que debe mantener una conversación sobre un tema general. Y aquí lo que se valora no es que entienda perfectamente todo sino que sea capaz de comprender globalmente la conversación. Lo importante es hablar fluidamente, no callarse. Para la expresión escrita, deben contestar a una carta o correo electrónico con una respuesta de entre 120 y 150 palabras. La comprensión oral se evalúa respondiendo a preguntas sobre una grabación -de la radio o de la televisión- que se acaba de escuchar, a nivel de comprensión general (macro) y también de detalle (micro). Y el capítulo de la comprensión escrita consiste en ser capaz de comprender igualmente un texto, que pueden ser noticias de la prensa. En todos los casos, se trata de textos o audiciones de temas generales, no muy técnicos, y que no supongan ventajas para los aspirantes de un país o de otro».

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