El rescate alimentario llega a los institutos catalanes

Los estragos de la crisis y la caída de los recursos públicos han disparado la alarma alimentaria en los centros educativos catalanes. La polémica sobre sobre un posible problema de malnutrición en las escuelas de esta Comunidad saltó a comienzos de verano cuando trascendió que solo en los colegios de Barcelona se habían detectado 2.100 posibles casos de alumnos con déficits en su alimentación, de los que, tras revisarlos con los servicios sociales, se confirmaron casi 800.

Poco después el Defensor del Pueblo catalán, Rafael Ribó , presentó un controvertido informe en el que alertaba de que 50.000 menores catalanes no ingieren suficientes proteínas procedentes de la carne y el pescado . El informe, respaldado por los pediatras, insistía en la necesidad de abordar la problemática de manera urgente. La Generalitat negó la mayor y desvinculó los problemas alimentarios de la crisis. Se comprometió, no obstante, a aumentar las becas comedor. Tal y como avanzó ABC el pasado 5 de agosto, Cruz Roja y Cáritas tuvieron que activar el curso pasado, por primera vez, sus mecanismos de emergencia para garantizar una buena nutrición a los escolares en riesgo, sobre todo a los de Primaria.

Ahora, la Generalitat y Cruz Roja Cataluña ultiman un plan de rescate similar centrado en los institutos. El objetivo de este dispositivo es garantizar una comida al día a los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en situación de vulnerabilidad, ya que desde que se generalizó la jornada intensiva en los institutos catalanes (un 71% la aplica) las clases acaban a las 14.00 horas lo que conlleva la eliminación del servicio de comedor.

«Muchas familias castigadas por la crisis tenían al menos garantizada esa comida completa para sus hijos porque tenían asignada una beca comedor y ahora la han perdido», indicaron a ABC portavoces de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Cataluña (Fapac).

El dispositivo de asistencia a alumnos de secundaria se iniciará este curso de manera piloto en algunos centros de contextos especialmente vulnerables, según avanza en declaraciones a Ep el coordinador de Cruz Roja Cataluña, Enric Morist. «Lo más importante es preservar la dignidad de los alumnos», afirma, por lo que se persigue que el reparto sea anónimo y discreto. La entidad y la Generalitat barajan la posibilidad de repartir menús en los centros con comedor o de alimentar a los jóvenes en el entorno familiar.

«El curso pasado ya implantamos un sistema de becas comedor para Primaria pero las necesidades nutricionales de estos niños siguen en Secundaria y no podemos dejarlos en la estacada», concluye Morist.