Crean la primera lámina para smartphones y tabletas que protege la vista

Hasta 6.000 horas al año está expuesta la retina de una persona a la luz. A la natural y artificial se suma más recientemente la luz procedente de teléfonos móviles y otros dispositivos. Se trata de la luz led , la más nociva de todas. «Eliminando parte de esa luz se elimina parte del efecto nocivo. Se reduce la muerte celular de la retina en un 89%» explica la doctora Celia Sánchez Ramos, quien ha liderado el equipo de investigación.

Estas láminas son un sistema de protección variable en función de la edad de la persona y del tiempo de exposición, lo que determina el grado de protección necesario y por tanto la lámina adecuada, ya que existen cuatro tipos, desde aquellas de baja intensidad hasta de nivel intensivo.

La retina tiene una pequeña zona llamada mácula donde la luz debe incidir de forma obligatoria. Pero las células de la mácula no tienen capacidad de regeneración , por lo que una vez muertas no volverán a formarse. A pesar de que existen una serie de filtros en el ojo antes de que la luz llegue a la retina, sus pigmentos protectores se alteran con la edad.

En los últimos años la desaparición de estas células de forma natural por el paso del tiempo se ha visto acelerada con la utilización y exposición a las nuevas tecnologías, elevándose a un 93%.

Gracias a más de cien expertos y a una serie de experimentos en animales y humanos durante años, se concluyó que eliminando parte de la luz tóxica de los dispositivos, se mejoraban los cambios inducidos de la retina. La Universidad Complutense de Madrid junto con la empresa Reticare, han conseguido, a través de las láminas de protección, que se reduzca en diez veces el daño en la retina que produce la lud led.

Y es que, como señala el doctor Félix Armada, la degeneración macular asociada a la edad, principal enfermedad relacionada con la ceguera, ha aumentado mucho en los últimos años. El problema que ahora existe es que los jóvenes están expuestos permanentemente a dispositivos móviles y tabletas. Esto supone que en el futuro tendrán problemas de retina más rápidamente de lo que sucede ahora, bajando la edad. «No se trata de renunciar a la tecnología, sino de protegernos» concluye.