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Las temperaturas más extremas de la historia en España

Existen casi 80 grados de diferencia entre el valor más alto y el más bajo del que se tiene constancia en nuestro país

Las temperaturas más extremas de la historia en España abc

Enrique Hernanz

A pesar de que tenemos mucho kilómetros de costa y esto a priori pudiera ser un hándicap para registrar valores extremos, nuestra variada orografía, la cercanía al resto del continente europeo y nuestra elevada altitud media, ayudan a que España sí sea un país de temperaturas extremas.

La temperatura más baja que se ha registrado en nuestro país se corresponde a la ola de frío más potente que hemos tenido nunca, la de febrero de 1956 . Por aquel entonces en muchos lugares la temperatura bajó de los 20 grados negativos, pero en el Lago Estangento (Lérida) situado a más de 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar, la temperatura bajó de forma oficial a los -32,0ºC el día 2. Se estima, que en otros puntos más altos del Pirineo, donde por aquel entonces la red de estaciones meteorológicas era bastante escasa, la temperatura pudo llegar aquella madrugada hasta los 40 grados bajo cero .

España tiene lugares muy buenos para registrar temperaturas extremas bajo condiciones de inversión térmica y en Calamocha a poco más de 800 metros sobre el nivel del mar, la temperatura descendió hasta los 30 grados bajo cero el 17 de diciembre de 1963 . Lógicamente, para registrar una temperatura tan baja, las condiciones han de ser ideales, y en aquella ocasión una gran capa de nieve cubría el suelo de la población turolense.

El récord de temperatura mínima más baja correspondiente a una capital de provincia pertenece a Albacete con un registro que llegó hasta los -24ºC el 3 de enero de 1971.

Por encima de los 47ºC

En cuanto a temperaturas máximas los registros son más espectaculares si cabe y durante el siglo XIX hay varias mediciones por encima de los 50ºC en Sevilla , aunque no se pudieron validar de forma oficial debido a que el instrumental usado en aquella época no cumplía determinadas normas y las temperaturas estaban medidas en el interior del campanario de la catedral.

De forma oficial el 4 de julio de 1994 en Murcia se alcanzaron los 47,2ºC , deshaciendo así el mito de que Córdoba y Sevilla son las dos ciudades más calurosas de nuestro país. No obstante comparten la segunda plaza con un registro de 46,6ºC, que en ambas ciudades se registró en la imponente ola de calor de 1995.

En tercer lugar, podemos encontrar los 46,0ºC que Jaén registró el 8 de julio del año 1939. Esta marca, tiene un gran valor, ya que el observatorio meteorológico situado en la capital jienense tiene una altitud de más de 500 metros sobre el nivel del mar, mientras que los observatorios de Murcia, Córdoba y Sevilla están situados todos ellos por debajo de los 100 metros sobre el nivel del mar.

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