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Premio mundial de Lego en EE.UU. para estudiantes barceloneses

El equipo del colegio Viaró se lleva el premio de los jueces en el concurso tecnológico de Lego celebrado en San Luis

Premio mundial de Lego en EE.UU. para estudiantes barceloneses

emili j. blasco

San Luis, en el centro de Estados Unidos, en la margen izquierda del Misisipí, fue la gran puerta hacia el Oeste para los pioneros estadounidenses, muchos recién llegados de distintas partes de Europa. Esta última semana siete pioneros llegaron de Barcelona, no para conquistar un Oeste ya descubierto, sino para demostrar que ellos también están en la frontera.

A sus 16 años , los siete alumnos de primero de bachillerato del colegio Viaró de Sant Cugat del Vallès participaban con un robot y un proyecto tecnológico de ayuda a la tercera edad en la final del campeonato mundial FIRST Lego League . Fueron los ganadores del certamen en España y este fin de semana recibieron una de las máximas distinciones, el premio de los jueces. En la competición internacional participaron 22.000 centros.

No esperaban llegar tan arriba y habían anticipado que se conformaban con haber participado en esta final, porque “la experiencia ya ha valido enormemente la pena”, aseguran. “Esta competición es seguida por muchas universidades estadounidenses y otros centros de investigación, como la NASA y el Massachusetts Institute of Technology, que están atentas a los talentos que despuntan, sean de donde sean”, explica Lucas Vilarrubias , a quien como al resto de sus compañeros le encantaría poder estudiar en Estados Unidos. “Los precios son prohibitivos, pero si obtuviera algún tipo de beca no lo dudaría”, afirma.

El equipo de Viaró, centro del Opus Dei, con educación diferenciada, se ha pasado siete meses diseñando y perfeccionando un robot, confeccionado con piezas de Lego siguiendo los parámetros dados por la organización. “Lego lo conocemos desde pequeños, aunque algunos del grupo eran más de Playmóvil, así que no nos ha costado montar el robot”. Esas palabras de Javier Jover pueden llevar a equívocos: la familiaridad con Lego es solo una parte, otra importante es el esfuerzo invertido. Como advierte Nacho Sánchez , “en los últimos meses hemos estado trabajando en esto todos los sábados; desde que comenzamos a finales de octubre no hemos perdido ningún clase”.

El robot ideado por ellos, básicamente un cubo con ruedas, opera gracias a un programa de ordenador, que regula todas las operaciones que el artilugio debe realizar en un circuito, cuyas pruebas vienen establecidas por las bases de la competición.

El concurso establecía tres partes. Además del robot, se debía hacer una aportación tecnológica relacionada con el tema de este año, centrado en soluciones para la vida diaria de la gente mayor. En esto los siete se muestran aún más apasionados. “Hemos querido idear algo que realmente suponga una mejora en el día a día del anciano que vive solo o que está en una residencia”, dice Alex Jordán, expresando una preocupación social que diríase de adulto. Lo que proponen es un reloj de pulsera que, aparte de su función obvia de dar la hora, pueda aportar además un gran número de información al médico o la enfermera.

Según Eduard Martínez-Marí , “es algo que no existe y pensamos que sería de gran utilidad”, si bien todavía han de encontrar el inversor interesado en el producto. Se trataría de un mecanismo que, por un lado, a través de tecnología NFC (Near Field Communication), pusiera al tanto de inmediato al facultativo o cuidador del anciano sobre el historial médico de este, su grado de dependencia, el radio de seguridad en el que puede moverse y otro tipo de información, como alergias, patologías… Por otro, en explicación completada por Luis Tarragó , “mediante varios sensores, permitiría saber si esa persona se ha caído en algún momento del día o de la noche, cómo es su circulación o su tensión, si ha dormido suficientemente, entre otros parámetros”.

La manera en que este grupo de alumnos de Viaró se ha ido cediendo la palabra para contar lo que ha sido su gran experiencia en estos últimos meses es precisamente una de las razones de su éxito. A los dos bloques de puntuaciones de este campeonato ya mencionados –robot y proyecto científico– se suma un tercero, conocido como “coopertición”, es decir, cooperar en la competición. “Se trata de los valores de inclusión, integración, colaboración en la búsqueda de soluciones, y eso es lo que nosotros hemos estado haciendo”, concluye Alvaro Guarner , quien completa el septeto.

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