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La pobreza infantil en España, entre las más altas de los países industrializados

Sólo nos supera Letonia, Estados Unidos y Rumanía, según un estudio de Unicef

La pobreza infantil en España, entre las más altas de los países industrializados de san bernardo

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Las tasas de pobreza infantil en España son de las más altas de los países industrializados, sólo superadas por Letonia, Estados Unidos y Rumanía, según un estudio sobre bienestar infantil realizado en 29 países por la Oficina de Investigación de Unicef con datos de la primera década del siglo XXI.

El informe Report Card nº 11 mide la situación de la infancia en las 29 economías más avanzadas del mundo de acuerdo con cinco dimensiones clave de la vida de los niños: bienestar material, salud y seguridad, educación, conductas y riesgos, y vivienda y medio ambiente. La principal conclusión del estudio es que la pobreza infantil en estos países no es inevitable, sino que es sensible a las políticas y que determinados países protegen mejor que otros a los niños más vulnerables.

Los Países Bajos y cuatro países nórdicos —Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia— copan los primeros puestos de la clasificación general del bienestar infantil, mientras que cuatro países del sur de Europa —España, Grecia, Italia y Portugal— se encuentran en la mitad inferior de la tabla. En este análisis comparativo, España se encuentra además a la cola en el ámbito educativo, ocupando el puesto 26 de 29 países analizados.

«Tanto actualmente, con la crisis, como en épocas mejores desde el punto de vista económico, Unicef siempre insta a los gobiernos y a los interlocutores sociales a colocar a los niños y los jóvenes en el centro de sus procesos de toma de decisiones», afirma Gordon Alexander, director de la Oficina de Investigación de Unicef. «Cada vez que estudian o aprueban una nueva medida política, los gobiernos deben analizar sus consecuencias concretas para los niños, las familias con hijos, los adolescentes y los jóvenes adultos. Estos grupos no participan en el proceso político o sus voces rara vez son escuchadas», señala.

Según el estudio, no existe una relación directa entre el PIB per cápita y el bienestar general de los niños. Por ejemplo, Eslovenia está mejor clasificada que Canadá; la República Checa, mejor que Austria; y Portugal, mejor que los Estados Unidos.

Los niños con peores niveles de bienestar, alerta Unicef, sufren las consecuencias el resto de sus vidas. Intentar atajar o mitigar el impacto de las secuelas en el futuro es más difícil, más costoso y tiene menos probabilidades de tener éxito. «De ahí que las intervenciones en la primera infancia sean cruciales y deban ser apoyadas por medidas en la etapa escolar para no perder los avances hechos al principio», señalan.

El informe incluye una comparativa de datos entre 2000 y 2010 que muestra una continua mejora general en la mayoría de los indicadores de bienestar infantil. Muchas de estas tendencias positivas son el resultado de apuestas e inversiones a largo plazo en la vida de los niños asumidas por muchos Estados.

La opinión de los niños

El Report Card nº 11 incluye además las opiniones de los niños respecto a su grado de satisfacción con su propia vida. Sus conclusiones se reflejan en la tabla clasificatoria de satisfacción vital y coinciden, en líneas generales, con las mediciones del bienestar a partir de datos, aunque hay excepciones notables: los niños de España, Estonia y Grecia otorgaron a sus países una clasificación mucho más alta, mientras que los de Alemania, Luxemburgo y Polonia puntuaron peor a los suyos.

«No sabemos lo suficiente sobre el modo en que los niños perciben y evalúan sus vidas, debemos averiguar qué es importante para ellos, y hacerlo de un modo más sistemático», añade Gordon Alexander. «La voz de los niños, incluso la de los más pequeños, es fundamental. Reitera el mensaje de este y otros informes sobre el bienestar de la infancia: los gobiernos deben orientar sus políticas para proteger el futuro a largo plazo de sus niños y economías. Hoy, más que nunca, se trata de una cuestión apremiante», concluye.

En 2010 España se comprometió ante la Unión Europea a reducir en 250.000 el número de niños en situación de pobreza hasta 2020, pero el número de niños y niñas pobres sigue aumentando. En 2012 nuestro país asumió que la pobreza infantil sería una prioridad en los planes de acción que están elaborando por la inclusión social y el apoyo a las familias.

Por esa razón, Unicef España lanza este miércoles una acción de recogida de firmas en www.unicef.es a la que se puede sumar cualquier persona para instar a los responsables políticos y las administraciones públicas que cumplan estos compromisos con la infancia en España: garantizando los recursos suficientes para los hogares con niños, proporcionando servicios de calidad e involucrando a los propios niños y sus familias en el diseño de las medidas.

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