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Los peces comerán pollo y cerdo

Las piscifactorías podrán usar a partir de junio piensos con proteínas de animales no rumiantes. Una práctica que genera recelos tras las «vacas locas»

Los peces comerán pollo y cerdo e. revaldería

l. daniele/c. garrido

Apartir del próximo mes de junio los acuicultores podrán alimentar a los peces con piensos que contengan proteínas de pollo y cerdo, tras las restricciones aplicadas durante más de una década por la crisis «de las vacas locas». Así lo ha dispuesto la Comisión Europea a través de una nueva normativa, que establece que «proteínas transformadas de animales no rumiantes» podrán ser usadas para alimentar a peces de piscifactorías porque, según la Comisión, está acreditado que no suponen un riesgo de propagación de encefalopatías, como las «vacas locas».

La noticia se ha recibido con enorme satisfación entre las asociaciones acuícolas y la patronal de fabricantes de piensos, pues logrará aumentar la competitividad de ambos sectores. Las proteínas animales consiguen que los peces engorden más rápido y, por tanto, el pescado es más rentable en menos tiempo. Los investigadores, en cambio, ven la medida con recelo pese a reconocer que «no supone un problema, al menos de momento, para la seguridad alimentaria». Para la profesora Alba Ardura, miembro del Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo, se trata de «una práctica normal» que «no tiene por qué ser un peligro para la seguridad alimentaria», aunque matiza que «tampoco lo era en el caso de las vacas locas» y sucedió.

Ya se hacía

Hace dos años, Ardura lideró una investigación publicada en «Fisheries Research» sobre los piensos que se utilizan en las piscifactorías donde se crían los salmónidos. Ya entonces Ardura descubrió la presencia de proteínas de pollo en los piensos con los que se alimentaban a esos peces. «Teniendo en cuenta de que hay peces que son carnívoros no conlleva mayor problema, aunque se verá con el tiempo», aseguró a ABC esta investigadora.

El pienso con proteína animal consigue que el pescado engorde en menos tiempo

«Hasta ahora los peces de acuicultura, sobre todo las doradas y las lubinas, que son carnívoras, se alimentaban con piensos que contienen otros peces, como la caballa o la anchoveta, pero que se les pueda alimentar con piensos de pollo y cerdo es un poco chocante, alarmante y extraño», afirmó a ABC Celia Ojeda, responsable de Océanos y Pesca y de Greenpeace, quien reconoció que es «pronto» para saber si afecta a la salud del ser humano. Lo que sí auguró Ojeda es una «bajada brutal» del precio medio de este tipo de pescado, que ya de por sí es más económico. «Todo el mundo quiere comer más barato, pero es de peor calidad, y no saben las consecuencias para el medio ambiente», señaló.

Para la organización ecologista, medidas como la de permitir los piensos de pollo y cerdo para la acuicultura vuelven a demostrar que este modelo de gestión pesquera «no es la solución a la sobrepesca ni al hambre en el mundo ni el mejor sistema para tener peces». En este sentido, Ojeda alertó de que los peces de piscifactoría son tratados con «antibióticos para controlar las enfermedades» y con «productos para que engorden rápidamente». «Si te comes una dorada fresca pescada con red artesanal, el sabor, la manera de deshacerse en la boca y la calidad es mil veces mayor que cualquier otro tipo de pescado», aseguró.

Adiós al veto

Además, para los ecologistas, la acuicultura «no es sostenible» porque es necesario «capturar peces para dar de comer a otros peces». «Y lo de meter restos de otros animales nos parece aberrante», criticó Ojeda. «El modelo de gestión pesquera tiene que cambiar drásticamente hacia una pesca sostenible. Que se fomenten el 80% de las pesquerías en España para que se consuma de estos pequeños productores. Así, se protege el medio ambiente, disminuye la presión pesquera (se pesca menos y de mejor calidad) y se genera empleo directo e indirecto», concluyó.

Los acuicultores entienden las reticencias, pero insisten en que no hay riesgo

Con esta medida, Bruselas rebaja en parte las prohibiciones impuestas a las harinas animales, que se pusieron en marcha en 2001 con motivo de una de las mayores alarmas alimentarias de la UE, la ocasionada por el mal de las «vacas locas». Los fabricantes de alimentos para peces podrán emplear proteínas de cerdo o pollo, pero no de rumiantes (oveja, cabra o vaca). Hasta la fecha, las harinas animales han estado permitidas como sustento de mascotas, pero vetadas para alimentar a cualquier especie destinada a consumo humano, ya sea ganadera o piscícola, informó Efe.

Menos gastos

Aunque tardará en notarse el efecto práctico de este reglamento, facilitará una reducción de los gastos en piensos de acuicultura, que según el secretario general de Aquapiscis (Organización Interprofesional de Acuicultura), Raúl Rodríguez, se han elevado un 18 % en un año. Rodríguez afirmó que el reglamento hace realidad una «vieja aspiración» de los piscicultores. Incluso podría repercutir en los costes para los ganaderos, según el director de la Confederación de Alimentos Compuestos para Animales, Jorge de Saja. «Todo lo que sea ampliar el menú de proteínas, aunque solo para una especie -en este caso la acuicultura- beneficia a las demás, porque quita presión» sobre la oferta, añadió De Saja.

Apromar (Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos) y Aquapiscis reconocen que al público le cuesta entender que no hay peligro por suministrar proteínas cárnicas al pescado. Insisten en que los controles son «muy estrictos».

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