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Las curiosidades de la II GM

Desmontando a Skorzeny

Asumió un papel supuestamente protagonista en el rescate de Mussolini, pero no lo dirigió. Se convirtió en un mito por el intento de atentado contra Eisenhower y la «operación Greif»

Desmontando a Skorzeny ARCHIVO

Alberto Ignacio Arilla

Otto Skorzeny, ese austriaco enorme y de cara marcada, ha sido identificado habitualmente como el mejor de los expertos en operaciones especiales y de comando del «Reich». Sin embargo, parece que su papel en este tipo de acciones no ha sido ni tan importante ni tan exitoso como se viene considerando. Un mito que él mismo alimentó en su biografía en dos tomos, «Vive peligrosamente» y «Luchamos y perdimos».

Skorzeny comenzó a ser mundialmente conocido por el espectacular rescate de Mussolini del hotel de los Abruzos. Estuvo allí, pero todo parece indicar que sólo como mero observador. Según la mayor parte de los testimonios, al frente de la operación, llevada a cabo por tropas del 7º Regimiento Paracaidista, estaba el comandante de esa unidad, Harald Mors, que fue quien la dirigió personalmente sobre el terreno. El mayor mérito de Skorzeny sería subirse en el último momento en el avión que conducía al «Duce» a Practica de Mare, aeropuerto desde el que transbordó a un Heinkel 111 que lo trasladó a Alemania. En todo momento Skorzeny aparecía al lado del «Duce», tomando el protagonismo de su liberación .

Otra operación atribuida a Skorzeny fue el intento de atentado contra Eisenhower, alimentado por algunas declaraciones de supuestos colaboradores suyos. Sin embargo, parece que jamás se había tomado en consideración, aunque es cierto que el comandante supremos aliado, tras esos rumores, fue protegido con muchas más medidas de seguridad que las que se habían tomado hasta entonces.

Su intento de detener a Tito, el jefe de los partisanos yugoslavos, se saldó con un fracaso, aunque más tarde lograría secuestrar al hijo del almirante Horty (regente de Hungría) para obligar a su padre a renunciar a favor de los dirigentes del partido pro-nazi húngaro «La Cruz Flechada».

Otra de sus principales operaciones, «Operación Greif», consistía en infiltrarse con unos 2.000 hombres tras las filas aliadas durante la Ofensiva de Las Ardenas , haciéndolos pasar por soldados americanos para realizar todo tipo de sabotajes. Aunque ello desconcertó inicialmente a los norteamericanos, éstos pronto descubrieron lo que estaba pasando y utilizaron el método de preguntas sencillas sobre la vida en Estados Unidos para desenmascarar a los alemanes con uniforme del «US Army». Si no un fracaso, la operación apenas tuvo relevancia dentro de la ofensiva y quedó muy por debajo de las expectativas del alto mando germano.

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