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Trinidad Andrés Moreno tiene 58 años y hace menos de dos meses su decisión y valentía la llevaron a convertirse en la primera paciente diabética del mundo en someterse a una cirugía ecoguiada ultramínimamente invasiva del pie. El motivo: solventar una fascitis plantar que arrastraba desde hacía siete años.

Se trata de la lesión más frecuente entre los corredores, pero también afecta a un 10% de la población general. Pese a que había pasado por todo tipo de tratamientos para tratar de solucionar el dolor en el talón y la invalidez que ocasiona este tipo de lesión, sin obtener resultados, los especialistas a los que recurrió le desaconsejaron pasar por el quirófano, la última opción terapéutica para la fascitis plantar. Es necesaria en el 10% de los casos en los que el problema no responde a las terapias convencionales y el problema se cronifica. El motivo: es diabética y padece además insuficiencia venosa, dos factores de riesgo en las intervenciones de miembros inferiores.

«Probé todos los tratamientos, pero seguí sufriendo las graves molestias en el pie que me impedían andar. Ya no sabía qué hacer», declara. Fue entonces cuando se planteó pasar por quirófano, «pero un médico tras otro, me dijo que por mis enfermedades no podía operarme. Yo no tiré la toalla y acudí a un especialista que me recomendó una nueva técnica de cirugía ultra-mínimamente invasiva guiada por ecografía, de la que tenía noticias por los reconocimientos internacionales que había recibido», recuerda Trinidad que admite haber superado la lesión.

Es ni más ni menos que la técnica que acaba de ser reconocida y premiada por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS) en su edición 2014. Es, también, la primera vez en la historia que se concede este galardón a una técnica basada en la cirugía ecoguiada y aplicada a la Medicina Deportiva y Traumatología.

El traumatólogo Manuel Villanueva explica en qué consiste: «Se trata de liberar parte medial de la fascia plantar mediante anestesia local, con un bisturí especial y con tan sólo 1-2 mm de incisión. Todo el proceso se realiza controlando la operación con el ecógrafo encima y sin dejar la pierna sin riego sanguíneo. Se reduce el dolor y se acelera la recuperación de los pacientes. No se dan puntos al terminar y el paciente sale andando del quirófano consulta», declara Villanueva, director de Avanfi-tulesiondeportiva.com

Desde hace tiempo existen terapias quirúrgicas menos invasivas para distintas dolencias abdominales, ginecológicas o traumatológicas, que implican eludir el uso de cirugía abierta, gracias a la llegada de la laparoscopia. «Hoy, afortunadamente, podemos decir que existe una nueva y revolucionaria forma de enfrentarse a muchas lesiones deportivas y traumatológicas sin tener que recurrir al bisturí», afirma.

Y todo gracias a la ecografía porque, permite localizar la zona dañada y centrar en ella todo el tratamiento. Pero, sobre todo, faculta para ver sin abrir, facilitando el desarrollo de una nueva era de la cirugía.

Hoy en día, la comunidad científica no duda de que los bloqueos nerviosos en anestesia y en las unidades de dolor, las infiltraciones de corticoides, la proloterapia o las terapias biológicas (plasma rico en factores de crecimiento, suero autólogo condicionado y células madres) administrados bajo el control ecográfico superan en eficacia a cualquier otra vía de administración terapéutica. Otras lesiones, como las calcificaciones del hombro pueden tratarse mediante estás técnicas, dependiendo del tamaño y grado de estructuración de las mismas, sin tener que recurrir a la cirugía artroscópica.

En el miembro superior varios trabajos de médicos visionarios publicados en el «Journal of Ultrasound in Medicine», entre otros, habían mostrado el nuevo camino: el uso del ecógrafo como herramienta indispensable para crear una nueva forma de operar, la cirugía ecoguiada. Las bases científicas para intervenir el síndrome del túnel de carpo, los dedos en resorte, las anquilosis postraumáticas de los dedos, la epicondilitis, la enfermedad de Dupuytren y algunas tenosinovitis y neuropatías del miembro superior están establecidas.

No obstante, a día de hoy, y dado lo novedoso del procedimiento aún son pocos los equipos especializados que operan de esta forma.

En el miembro inferior Vohra en 2009 y posteriormente en 2013 habían combinado la endoscopia y la ecografía. Sin embargo, este ‘matrimonio imperfecto’ requiere de incisiones de 5 mm y de isquemia (dejar sin riego sanguíneo la extremidad) y, por lo tanto, se necesita una anestesia mayor.

“Gracias al perfeccionamiento del control ecográfico se pueden abordar múltiples lesiones del miembro inferior, reduciendo cada vez más el abordaje hasta hacer incisiones de 1- 2 mm y sin isquemia, evitando una intervención abierta, como se destaca en nuestro trabajo premiado por la AAOS”, destaca Álvaro Iborra coautor de la técnica y codirector de Avanfi-tulesióndeportiva.com.

Además, y según reconocen el Dr. Felipe Benito, traumatólogo del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y Ángel de la Rubia, director de Podología Deportiva y presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva, coautores del trabajo premiado, «la cirugía ecoguiada ultra-mínimamente invasiva está indicada en muchas más lesiones como el alargamiento de gemelos, la tendinopatía y paratendinosis del tendón de Aquiles o del tendón rotuliano, el síndrome de la cintilla del corredor, el síndrome del canal tarsiano o el neuroma de Morton….entre otras indicaciones».

Según los doctores, «hasta ahora las opciones quirúrgicas de la fascitis plantar incluían la cirugía abierta, la cirugía endoscópica, con uno o dos portales de incisión y la cirugía percutánea asistida con fluoroscopia. Las dos primeras exigen isquemia. La segunda requiere de la prueba de imagen, los Rayos X, pero este ‘apoyo visual’ no permite controlar cuanto se libera de la fascia, pues esta no se ve con rayos-x, sólo se ve el hueso, por lo que la intervención se hace “a ciegas”. A este hecho se suma que en pacientes con diabetes o insuficiencia venosa todas estas intervenciones pueden estar contraindicadas».

Lola Barroeta es otra de las pacientes que ha sido intervenida mediante estas técnicas. «Sufría una gran impotencia funcional provocada por un neuroma de Morton (una lesión o engrosamiento del nervio que va entre los dedos del pie que causa quemazón y dolor). Decidí intentarlo porque estaba incapacitada y pensé que podía ser una buena opción. No salía de mi asombro. El mismo día de la operación ya podía plantar el pie en el suelo y llevar a cabo mis tareas habituales diarias. Mi máxima preocupación es que a los 15 días mi hijo hacía la comunión: que alegría comprobar mi recuperación y poder calzarme unos zapatos de tacón alto», apostilla.

La misma satisfacción expresa Carmen Pato, que se había operado del túnel del carpo mediante cirugía convencional, abierta, dos años antes. Ahora enseña con orgullo lo que pretende ser una cicatriz de una cirugía ultra-minimamente invasiva ecoguiada. “No se ve. En el despertar ya podía comer galletas con la mano operada. La recuperación ha sido espectacular. El lunes estaba haciendo mi trabajo de enfermera, con un apósito, ni siquiera un vendaje”, rememora.

Oscar Molanes había sido operado de un síndrome de la cintilla iliotibial mediante cirugía abierta. Pese a que, en teoría, se ve más abriendo, se lesionó el nervio ciático poplíteo externo y, peor aún, el hematoma y la fibrosis hicieron que el cuadro y el resalte doloroso en la rodilla se reprodujeran. Se reoperó mediante cirugía ecoguiada y se le solucionó el problema.

Iborra y Villanueva destacan que, al estar con la pierna despierta, sólo con anestesia local, el paciente podía mover la rodilla y comprobar si el resalte seguía ahí o ya se había resuelto. Además se comprobaba, inmediatamente, si el nervio se había lesionado o no. El ecógrafo permitió acercarse al nervio hasta una distancia de 1-2 mm, verlo sí, abrir no.

Pablo Díaz-Llado, triatleta de 46 años, llevaba más de un año sin correr. Fue el primer paciente operado, de forma combinada, del alargamiento de gemelos y de la tendinopatía y paratendinopatía del tendón de Aquiles con la nueva cirugía y anestesia local. En las primeras 48 horas tomó sólo una dosis de nolotil. Se operó un viernes y el lunes siguiente, con muletas y una bota, trabajó mañana y tarde.

El uso del ecógrafo, como instrumento de diagnóstico y tratamiento está creciendo, en reumatología, en atención primaria, rehabilitación y fisioterapia, por lo que los expertos creen que su uso en la cirugía ortopédica o podiatría también se generalizará y las indicaciones seguirán creciendo, como las suturas del tendón tibial posterior o del Aquiles (evitando atrapar el nervio sural), la cirugía percutánea del pie (para eliminar el fluoroscopio en ciertos casos), el síndrome de De-Quervain, de Guyon, la tenotomía del psoas iliaco, la rizartrosis, la liberación del alerón rotuliano, la enfermedad de Dupuytren, la liberación del nervio cubital en el codo…entre otras.

Precisamente y tal y como señala Antonio Pérez Caballer, director del Laboratorio de anatomía quirúrgica de la Universidad Francisco Vitoria de Madrid y coordinador científico del Primer Curso Mundial de Cirugía ultramínimamente invasiva, dirigido por Villanueva e Iborra, que se celebrará el próximo noviembre en la citada universidad: “ Este tipo de cirugía supone un gran avance y la universidad debe contribuir a la formación de estudiantes y médicos especialistas, de ahí la necesidad de realizar un curso como este que muestra una nueva era quirúrgica”.

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