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El 30% de los niños con TDAH continúan padeciéndolo en la etapa adulta

Entre el 3 y el 7% de los niños en edad escolar padecen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

ABCsalud

Al menos el 30 % de los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) continúan experimentando síntomas después de alcanzar la etapa adulta. Aproximadamente un 2% de la población adulta presenta este tipo de trastorno que muchas veces está infradiagnosticado y por ello, tratado de forma incorrecta. En este sentido, la detección precoz y el abordaje temprano del trastorno mejoran el pronóstico y reducen la morbilidad.

Los datos muestran que entre el 3 y el 7% de los niños en edad escolar padecen TDAH. Su incidencia es más alta en varones, en parte porque se manifiesta de forma más notable que en las niñas, que son diagnosticadas más tarde y en menos ocasiones.

El TDAH supone una alteración del neurodesarrollo y suele ser más frecuente en la infancia. La implicación genética es muy elevada y más del 70% de los casos diagnosticados están relacionados con la herencia familiar. En este sentido, según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), los factores psicosociales también pueden influir en la evolución del TDAH. El tabaco, el alcohol y en menor medida, la prematuridad y el sufrimiento fetal pueden causar el desarrollo de este trastorno.

Fase escolar Las primeras señales de este trastorno suelen presentarse en edades preescolares y hacerse evidentes durante la etapa escolar. De esta manera, existen múltiples síntomas que se identifican con la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. La dificultad para prestar atención en tareas y juegos, no escuchar, mostrarse olvidadizo y perder cosas en las tareas diarias, no seguir las instrucciones, ser inquieto y tener dificultad para estar sentado, hablar excesivamente o interrumpir las conversaciones y juegos de los demás son algunos de los criterios para poder diagnosticar TDAH.

Para el diagnóstico de este trastorno es esencial que el médico mantenga entrevistas con los padres y con el propio paciente que permitan conocer, entre otros factores, la situación familiar, el rendimiento académico, las relaciones sociales y la autoestima del niño o adolescente. Una vez establecido el diagnóstico, se inicia el tratamiento en el que intervienen diferentes especialistas: neuropediatras, psiquiatras infantiles, pediatras, psicólogos y pedagogos.

Aunque el tratamiento farmacológico y psicopedagógico deben ser la primera opción terapéutica, los expertos señalan que la implicación de la propia familia es fundamental para conseguir resultados satisfactorios. En este sentido, la SEPEAP hace algunas recomendaciones para facilitar la adaptación del niño a su entorno como puede ser organizar las tareas según su capacidad de realización o establecer horarios y rutinas ayudará a mejorar la organización y planificación.

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