La mujer que intenta que su hija recorra el mundo antes de quedarse ciega

Cuando una enfermedad grave introduce una cuenta atrás en la vida de una persona, el mundo da un vuelco terrible para el afectado y sus seres queridos. Las prioridades, las preocupaciones y los deseos cambian de manera radical por esa impuesta batalla contra el tiempo. En esta clase de situaciones una actitud positiva puede ser un factor verdaderamente diferencial; y ese tipo de talante es el que trata de adoptar Catrina Frost, una mujer de Phoenix (Arizona) que sabe que su hija de 6 años está quedándose ciega de manera progresiva. Su idea es regalarle el mayor número posible de recuerdos visuales alrededor del mundo antes de que eso suceda.

El blog Pop Sugar nos ofrece detalles sobre la aventura que esta valiente madre ha emprendido junto a Cailee, a quien se le detectó vitreorretinopatía exudativa familiar cuando no tenía más que 2 años. Esta extraña enfermedad genética causa pérdida de visión progresiva y habitualmente rápida, por lo que la pequeña se quedará totalmente ciega más pronto que tarde. Abatida al conocer la noticia, Catrina buscó el consejo de una amiga que también había perdido la vista, intentando comprender si el mundo se había vuelto completamente negro y opaco para ella. «Me contestó que no, que no era así porque tenía memoria visual», explica.

El testimonio de esta compañera activó la imaginación de Catrina. Entendió que el tiempo de luz que le queda a Cailee era de máxima importancia, no sólo por la oportunidad de hacerla feliz sino por crear una especie de 'banco de memoria visual' que pudiese conservar durante toda su vida. De manera que, con estos objetivos en mente, madre e hija crearon una gran lista de cosas y lugares que la pequeña deseaba ver y retener para siempre en sus recuerdos .

Con el optimismo por bandera, Catrina y Cailee se han lanzado a recorrer el mundo en busca de las imágenes que la niña desea almacenar en su álbum mental. Visitar Disneylandia, ver el océano desde cerca, ir de acampada juntas, practicar la escalada, montar a caballo... son algunas de las actividades que ya han completado en distintos puntos del planeta. Entretanto, Cailee aprende Braille y camina con ayuda de un bastón blanco, habilidades que deberá dominar en un futuro próximo.

«Me cambiaría por ella sin pensarlo un segundo», comenta Catrina, «pero pierda o no la visión quiero que crezca feliz y sana, que pueda convertirse en una mujer independiente». Para continuar sumando kilómetros y experiencias hasta completar todas las metas de su lista, la madre ha lanzado una campaña de crowdfunding . A través de ella trata de recaudar los fondos necesarios para los viajes y las aventuras que todavía tienen por delante, un recorrido maravilloso que puedes seguir a través del perfil de Facebook Cailee's Corner.

Perder la vista es un golpe muy duro, pero el apoyo de un ser querido resulta decisivo para sobrellevarlo de la mejor forma posible. Nos lo han recordado Catrina y Cailee como en su día lo hizo el señor Kuroki, un hombre que plantó miles de flores para que las oliera su esposa ciega , deprimida por no poder adaptarse a sus nuevas circunstancias.