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Cristiano supera su enemistad con el balón

Sufrió cinco jornadas sin marcar. «La pelota no le hacía ni caso», dicen los profesionales que trabajan con él. «Ha vuelto»

Cristiano supera su enemistad con el balón efe

tomás gonzález-martín

Muchos afirman que Cristiano, ahora de nuevo líder en la tabla de artilleros, acusó el golpe de las críticas a su fiesta nada más sufrir una goleada en el Calderón. Pensaban que el ataque general contra aquel cumpleaños le afectó en su rendimiento. Quienes lo argumentan no conocen al portugués. « Siempre estuvo muy tranquilo », señalan los profesionales que trabajan a su lado en Valdebebas.

Sabía que «nunca podría luchar contra el poderío mediático que propició su linchamiento», con las fotos del listo de Kevin Roldán como fundamento. «Le enfadaron los inventos» que se sumaron a la utilización de aquellas imágenes. Y se centró en recuperar su amistad con el gol. El problema era ese, interno. Ronaldo «estaba enemistado con el balón» desde tres semanas antes del fatídico derbi liguero del 7 de febrero, perdido por 4-0.

Había sido expulsado en Córdoba, tres jornadas antes, el 24 de enero, en un mal partido personal y de todo el Real Madrid, que ganó gracias a dos acciones individuales de Benzema y Bale. El luso no pudo jugar, sancionado, ante la Real Sociedad y el Sevilla. Y no marcó frente al Atlético (4-0) ni el Deportivo (2-0). Los remates del luso se estrellaban en la madera.

Por fin, el 18 de febrero, contra el Schalke, vio la luz tras el túnel. Sus dos cabezazos salvaron al club de una debacle en Europa. Ese día comenzó la progresión que hoy valoramos. Jugó bien en el Camp Nou, donde consiguió un tanto. Y las cinco dianas al Granada son la exposición de su estado de ánimo. Ha cambiado. Ha enterrado las visiones negativas que le obsesionaban, como las críticas sobre su falta de madridismo por aquel festejo. Las personas que trabajaron psicológicamente con él le explicaron que debía rescatar los datos positivos de su carrera y olvidar los puntos negros, como los silbidos, que le indignaban. Le jalearon para que contestara en el campo. Lo ha hecho. Ahora vuelve a sentirse a gusto. Quiere superar el récord de Messi en una Liga, 50 goles. Lleva 36. Y quedan nueve encuentros. Y mejorar su marca particular de 60 tantos en una temporada. Suma 47. «Ha vuelto», dice el vestuario. Pero la transición hasta recuperar la normalidad ha sido muy dura. La historia de esta etapa posee diversos parámetros que argumentan el difícil momento que ha soportado el delantero.

El invierno no ha sido bonito para el portugués. Ganó el Mundial de Clubes, el 20 de diciembre, con el dolor inminente de su separación de Irina Shayk, un problema íntimo que le ha afectado durante varios meses. Tras recoger el Balón de Oro en enero, la única felicidad del mes, Cristiano se vio envuelto en un periodo muy complicado desde las dos visiones, la futbolística y la privada. Eliminado de la Copa por el Atlético, el gol no le entraba. Con la expulsión en Córdoba tocó fondo. Tuvo una media de 0,38 dianas por partido, cuando su promedio habitual era de 1,04. «Ha atravesado una racha en la que no le salían las cosas sobre el césped», analizan las personas que trabajan a su lado. «En los entrenamientos sufría porque lo intentaba y la pelota no le hacía ni caso. Era cuestión de tiempo. Necesitaba un buen partido. Ya el día del Schalke salvó la eliminatoria. Desde entonces, en Valdebebas comenzaron a salirse las cosas, y ahí le tienes. Nunca se vino abajo. Así es la vida del goleador».

En el vestuario dicen que durante ese tiempo «el balón le engañaba». Ahora, Ronaldo y la pelota han vuelto a sellar una vieja amistad. Y ha alcanzado su plusmarca individual de promedio de goles, 1,15 por encuentro.

Lo primero que ha hecho es olvidarse de los pitos. El domingo dio las «gracias» a la afición por sus aplausos. Vuelve a ver la botella medio llena. Ha entendido que «siempre tendrá enemigos que minusvaloraran lo que hace» y le compararan con Messi. «Lo importante es que sus goles valgan títulos».

Se marca retos, los 51 tantos en Liga y los 61 en total, para cebar su ambición. Está centrado. Los hechos son evidentes. En su año más crítico lleva 36 tantos en Liga y 47 en total. Ha superado los marcados en el campeonato español en las dos últimas campañas, 34 y 31. Y escucha que ya no es el de antes. Esos comentarios son una provocación para que desarrolle su instinto depredador. Han enfadado a la fiera. Este tipo es un mal enemigo.

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