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Casillas vuelve a estar en la diana

Un sector de la afición critica su precipitación en el 2-1 y calienta la polémica de su titularidad. Iniesta y Piqué le apoyan

Casillas vuelve a estar en la diana ABC

tomás gonzález-martín

Objetivo: conquistar la Liga. Santo y seña: juntos podemos, el lema del año 2007. El acto de fe de la plantilla del Real Madrid en busca del título no esquiva el análisis de los defectos que le impidieron ganar o puntuar en el clásico. A los goles fallados por Bale y al poste de Cristiano se suman las paradas decisivas de Bravo como contrapunto a la debilidad demostrada por Casillas en el tanto de Luis Suárez, la diana que desestabilizó el partido. La precipitación del capitán, que se tira al suelo, como batido, antes del disparo del uruguayo, enciende de nuevo la polémica en el madridismo respecto a la titularidad del mito más contestado en la historia del club. El enfado del entrenador de porteros, Vecchi, en el banquillo madridista del Camp Nou, era la espita de confirmación del enojo que expresa un sector de la afición. Peter Cech, por si acaso, ya se ofrece. De Gea espera. Y Keylor pide respeto.

De nada le sirvieron a Íker dos intervenciones posteriores en trallazos de Alba y Messi. El madrileño no estuvo bien en el 2-1. Demostró falta de serenidad en una jugada en la que Luis Suárez estaba escorado y tenía la presión de Pepe. «Quizá pudo hacer más en el gol, luego hizo dos buenas paradas... Es fútbol». Así hablaban los profesionales de Valdebebas.

Hay una realidad que desvela el dilema. Cuando son los futbolistas del máximo rival quienes le defienden, es que algo sucede. Anteriormente fue Xavi. Ahora han sido Piqué e Iniesta quienes h an mostrado su apoyo al capitán del Real Madrid y de la selección española. No entienden que un mito sea puesto en cuestión en su club.

Es discutido por un sector del madridismo que se basa también en asuntos extrafutbolísticos para pedir que deje de ser titular en el Real Madrid. Una porción de la afición que nunca le perdonará que fuera «el chivato del vestuario» en la era Mourinho, «perjudicando al equipo y al club», una acusación que Casillas ha negado siempre y que esos madridistas vuelven a esgrimir como argumento de los silbidos que emiten cada vez que se nombre se anuncia en las alineaciones del Bernabéu.

El domingo se destacaba en el Camp Nou que ese podía ser el último clásico de Xavi y de Íker. El madrileño posee contrato con el Real Madrid hasta junio de 2017. Siempre afirma que desea cumplirlo. Y en el ambiente se respira todo lo contrario. Sus amigos le dicen que no aguante más esta situación. Ya se lo dijeron el año pasado, después de ganar la Décima. Las polémicas surgirán cada vez que falle en una jugada. Siempre será así. Lo sabe.

Los porteros que aspiran a ocupar su sitio se han colocado en esta carrera por el número «uno» madridista desde hace un año.  De Gea presenta la juventud para hacerse con el puesto durante una década. El Madrid debe decidir si es el sustituto. Cech se postula. Tiene 33 años y sería un buen refuerzo, pero como segunda carta, no como titular. Kiko Casilla está en la recámara. Y Keylor pide una consideración a su capacidad. No le han dado dos partidos seguidos y escucha que se busca relevo.

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