Real Madrid: más goles que fútbol en Bulgaria

El Madrid que se esperaba. Y el Ludogorets que se esperaba. El Madrid apareció con los mismos síntomas que ha exhibido a lo largo de toda la temporada: inquietante, fibroso y veloz arriba, temblón, desordenado y caótico atrás. El equipo búlgaro le puso en apuros, como todos los demás, en las jugadas a balón parado con el clásico toque al primer palo y remate en el segundo que le valió el primer gol al conjunto local. Una más y ya van cinco. El Madrid ha recibido tantos goles de córner en lo que va de temporada como en toda la campaña pasada, señal de que el equipo está a otra cosa menos en lo de ponerse serio a la hora de defender. [Así hemos narrado el Ludogorets-Real Madrid en directo ]

El Ludogorets no fue casi nada. Se encerró como pudo, que fue mal, y lanzó alguna que otra contra más ingenua que letal. Eso fue lo malo para el Madrid que, estando ante un equipo menor, su fútbol fue deslucido y desastroso atrás. Buena culpa de ello la tuvieron los laterales, subiendo los dos al mismo tiempo, bajando a destiempo, mal colocados ambos (en el gol Arbeloa se come el remate de Marcelinho) y llevando al equipo al continuo desorden.

Sin embargo, la diferencia entre un equipo y otro era tan grande que el Madrid, con poco, hizo muchas ocasiones. Un penalti que fue fallado por Cristiano, y otro que no fue marcado por el luso. Luego, varias ocasiones blancas y mucho desacierto en varios jugadores blancos: Bale, sin ayudar abajo y sin crear arriba, Illarramendi oscurecido y los demás irregulares en su quehacer. Un Madrid muy discreto aunque con eso le bastaba para ser muy superior a un Ludogorets que iba a menos a medida que le fallaba el físico.

No hubo variaciones en la segunda mitad. El Madrid, con tres que no bajaban a defender, dejaba unos huecos tremendos, mal aprovechados por el Ludogorets, que tampoco defendía con acierto. Solo los continuos errores en los metros finales del Real evitaban la sentencia final, que se adivinaba pero no se concretaba.

El equipo búlgaro atacaba poco, pero en esa brevedad se vio que el Madrid tenía porterazo. Casillas sacó tres buenos balones mientras su defensa seguía haciendo aguas. En ese toma y daca el Madrid también la tuvo en un disparo de Cristiano que sacó Alex Aleksandrov en la línea de gol.

Ancelotti, harto de tantos tapujos, puso a toda la artillería en el campo: Benzema, Kroos y James. Marcó el francés en una indecisión de la zaga búlgara e hizo justicia porque el Ludogorets se desinflaba con rapidez. En el último estertor, los búlgaros lo intentaron pero no tuvieron fuerza suficiente para nivelar el partido.