Real Madrid
Cristiano se reinventa
Tras la lesión, ha cambiado su juego: menos conducciones individuales y más cortas. Moviéndose a lo ancho, barre todo el frente de ataque del Madrid
Cristiano Ronaldo lleva nueve goles en cuatro partidos de Liga (no jugó ante la Real Sociedad). Hay poco que decir ante números tan mayestáticos. O sí, hay mucho que decir: que Cristiano se supera año tras año, solo que esta temporada era algo especial para él.
El nivel de competición que lleva un jugador como el portugués, azuzado por la continua pugna que durante años mantiene con Leo Messi , hizo que el final de la pasada temporada fuera duro para él. Acosado por una tendinitis, fue jugando partido sí, partido no, siempre a un nivel menor del que está acostumbrado. Llegó al Mundial sin que la lesión remitiera y en la pretemporada apenas pudo trabajar, buscando más eludir las molestias que una lesión de ese tipo produce que el mejor estado físico. Cuando remitieron, completó una preparación especial y ha vuelto desmelenado.
Sin embargo, algo ha cambiado en este nuevo CR pleno de efectividad. Para empezar, ha cambiado su campo de maniobra. Hasta final de la campaña pasada, y desde que llegó a Madrid, vimos a un Cristiano Ronaldo moviéndose a lo largo del terreno de juego, con explosiones de velocidad extensas y continuadas, muchas veces desde la medular propia (a veces desde su propia defensa) reventando contrarios en su veloz galopada.
Su zona de influencia era limitada pero alargada: desde su propia media en el perfil zurdo hasta la portería contraria, con diagonales hacia el centro, lo que obligaba a unas carreras continuas, explosivas y de larga duración.
Cambios trascendentales
Esta temporada Cristiano ha cambiado: se coloca en el lado derecho y su margen de acción es a lo ancho, no a lo largo. Sus movimientos siguen siendo explosivos, pero en distancias más cortas. En vez de correr 50 o 60 metros corre 20 o 30, y barriendo todo el frente de ataque del equipo blanco.
También hace menos conducciones individuales, se apoya más en paredes y en triangulaciones con sus compañeros que en carreras a la contra (aunque si hay que hacerlas también las hace) o en desbordes de largo kilometraje. Por otra parte, se mueve mucho más centrado y cerca de la portería. Sus desmarques son más rápidos y letales al estar más cerca del gol. Juega poco de espaldas y busca el desmarque directo. Las consecuencias son terribles para las defensas contrarias: nueve goles en cuatro partidos de Liga. Doce goles en ocho partidos esta temporada, y siete goles en 72 horas.
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