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Hay vida sin Cristiano

El Real Madrid golea a un buen Villarreal (4-2). Bale y Jesé hicieron olvidar la ausencia del luso. Doblete de Benzema

Hay vida sin Cristiano reuters

rubén cañizares

Tras la batalla ante el Atlético, asomaba por el Santiago Bernabéu uno de los equipos más destacados de la Liga: el Villareal de Marcelino. El conjunto castellonense es el club que mejor ha gestionado un descenso a Segunda en las últimas décadas. Alejado de cualquier locura económica, tiene una plantilla joven, llena de talento y con peones de nivel. Da gusto verlo jugar al fútbol. Y a esta alturas de la temporada, a nadie le extraña que su objetivo haya pasado de la sima a la cima: de pelar por la permanencia a luchar por la Champions. [Narración y estadísticas]

Su puesta en escena en el coliseo blanco no defraudó a nadie. Valiente desde el inicio, lanzó la línea de presión sobre la zaga blanca y llegó al área de Diego López con cierta asiduidad, pero su propia defensa echó abajo todo el buen trabajo del «Submarino». Cada vez que el Madrid llegaba a tres cuartos de campo o subía la presión, a Musacchio y Dorado le temblaban las canillas. Por ahí encontró pronto premio el Madrid. A los seis minutos, Bale hizo el primero. Pero el cincuenta por ciento del gol hay que dárselo a Dorado. El central amarillo erró en una salida del balón en su propia frontal de área. Dudó si pasarla a Costa o pisarla, decisión atrevida si se tiene a Bale oliéndote el perfume. El galés le robó el balón y en el mano a mano con Asenjo le superó picando el balón. [Fotogalería: el Real Madrid-Villarreal, en imágenes]

A pesar del tempranero tanto del Madrid, el Villarreal no cambió ni un ápice su hoja de ruta. De hecho, un minuto después, a punto estuvo Pereira de igualar el choque. Su disparo desde el punto de penalti se marchó alto. Pero la endeblez defensiva de los castellonenses seguía jugando malas pasadas a los de Marcelino. Al nerviosismo de los centrales se unía el quiero y no puedo de los laterales Mario y Costa, cuando enfrente tenían Jesé y Bale. Precisamente, del galés nació el segundo mediada la primera mitad. Internada, bicicleta y centro para que Benzema batiera a Asenjo. Bale se había disfrazado de Cristiano Ronaldo: un gol y una asistencia en 25 minutos de juego. Hay tardes que el galés hasta parece guapo.

Pero no todo eran buenas noticias para los de Ancelotti. La espada de Damocles de las lesiones se volvía a cebar con el puesto de lateral izquierdo. Primero fue Marcelo, quien con problemas lumbares se tuvo que marchar a la ducha al cuarto de hora de partido. Le sustituyó Coentrao, que apenas tuvo tiempo para calentar y en el descanso se quedó en el vestuario, también con problemas musculares. El luso, como el brasileño, parecen de cristal. Demasiadas lesiones a lo largo de sus carreras. Ancelotti tenía que tirar del lateral izquierdo de emergencia de la plantilla: Arbeloa.

Obús de Mario

Mientras tanto, el Villarreal, a pesar de llevar dos goles en contra, seguía a los suyo, piano a piano, llegando con calidad al área de Diego López aunque pecando de inocencia para terminar la jugada. Quizás por eso, al filo del descanso, una incorporación de Mario acabó en un potente disparo a la escuadra del gallego que acortaba distancias. El lateral amarillo buscó algo distinto al típico centro y encontró la recompensa. Eso sí, Diego López anduvo algo lento en la reacción. El Villarreal le ponía sal y pimienta a la segunda parte.

Como se la puso González González (al que Vela seguirá mandando recuerdos), que nada tiene que envidiar a Ayza Gámez o a Muñiz Fernández. Malo no. Es lo siguiente. El leonés se tragó un claro penalti de Musacchio sobre Benzema a los diez minutos de la segunda mitad. Antes, en la primera, también podía haber pitado otro sobre el galo al que desestabilizaron en un remate en el área pequeña.

Aparece Jesé

Pero el Madrid no quería distracción alguna con el colegiado. La mínima ventaja era un bomba entre sus manos, sabedor que el rival que tenía enfrente no era baladí. Era el momento de Jesé. El canario todavía no había dejado su sello en el partido y, con un Bale con la lengua fuera, se echó el equipo a la espaldas para hacer olvidar el error de González González. Primero, hizo el tercero. Después, asistió a Benzema para hacer el cuarto y sentenciar. El tanto del canario fue una delicatessen. Otra. Este chaval va de golazo en golazo y tira porque le toca. Una gran asistencia de Di María al desmarque en carrera del canterano acabó con un toque sutil con el exterior de su bota para superar a Asenjo. Hay caricias entre recién enamorados que no tiene tienen tanto tacto ni pasión. Que pedazo de futbolista tiene el Madrid.

Entre medias del show de Jesé, Giovanni Dos Santos puso cierto cosquilleo en las gradas del Bernabéu al hacer el 3-2 en un golpe franco sublime. Otro detalle de pureza de un equipo con mayúsculas que se llevó cuatro del Bernabéu pero que se fue con mejor imagen de la que vino, que ya es decir bastante cuando visitas el coliseo blanco. Y es que el Madrid, aún sin Cristiano Ronaldo, ha puesto la velocidad de crucero en 2014. Cuentas todos sus partidos por victorias (a excepción de San Mamés), huele la final de Copa y el liderato de la Liga y ha engendrado una estrella: Jesé Rodríguez Ruiz.

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