Hazte premium Hazte premium

liga bbva

Jesé y Cristiano salvan a un Madrid espeso

El canterano revolucionó un partido que el Celta merecía ir ganando. Dio la asistencia del primer tanto, a Benzema. Ronaldo cerró el marcador con un doblete. Gran imagen de los vigueses

Jesé y Cristiano salvan a un Madrid espeso afp

Rubén Cañizares

Los Reyes trajeron al Madrid lo que ya se venía barruntando desde hace varias semanas y meses: la confirmación de una estrella llamada Jesé Rodríguez. El canterano desatascó un partido que llevaba camino de salir habichuela en el roscón de Ancelotti y los suyos. Pero ahí estaba Jesé, como en Mestalla o como en el Ciudad de Valencia, salvando al equipo de una hecatombe. De sus botas salió un gol balsámico y la tranquilidad para que un doblete de Ronaldo le pusiera la nata a un partido que se le atragantó al Madrid desde el primer minuto.

Los mejor de los blancos en toda la primera mitad fue el respetuoso y emotivo minuto de silencio guardado en memoria de Eusebio, tristemente fallecido ayer tras una parada cardiorrespiratoria. Hablamos de un futbolista legendario, quizás el quinto mejor de todos los tiempos tras Di Stefano, Pele, Maradona y Cruyff, que tuvo los bemoles y la categoría de derrocar la «dictadura» del Madrid de las cinco Copas de Europa consecutivas. Y aún así, el equipo y la afición honró su memoria con un señorío mayúsculo, a la altura de la categoría del difunto. «La pantera negra» fue uno de los hombres que contribuyó con creces a que el fútbol sea hoy el deporte rey en el mundo y el Madrid ha dado una lección de caballerosidad y memoria desde el minuto uno de su fallecimiento. Descanse en paz don Eusebio da Silva Ferrerira.

Pero volvamos al meollo, al fútbol, a esos primeros cuarenta y cinco minutos de partido en los que el Madrid llevó carbón a sus aficionados. Sin fluidez en el juego y con una lenta transición del balón, los de Ancelotti apenas disfrutaron de ocasiones claras, un par de contras mal finalizadas si acaso. Ambas tiros de fogueo; un juego de niños para Yoel y su defensa. Álvarez Izquierdo quiso ponerse a la altura del mal papel del Madrid y se «comió» dos penaltis muy claros a favor de los blancos. Mientras tanto, los de Luis Enrique ponían algo de luz a tanta penumbra con un primer acto muy serio en el que estuvieron muy cerca de abrir la lata en un par de ocasiones. Bajo la batuta de Baltasar vestido de futbolista, el mago Rafinha, el Celta mereció irse al descanso con ventaja en el marcador. Nada más arrancar el partido, en el minuto cinco, Charles perdonó un mano a mano transparente en el que tuvo tiempo hasta de pedir un café. Diego López paró el chut del pichichi de Segunda la pasada temporada. Ya cerca del final de la primera mitad, Rafinha condujo el balón cosido a la bota durante 20 metros hasta la medialuna del área y su chut no entró porque las musas decidieron que el balón fuera interceptado por el culo de Pepe y se marchara a saque de esquina.

Jesé «superstar»

La segunda mitad comenzó con sorpresa: Illarramendi dejaba a Xabi Alonso en la ducha. El tolosarra se resintió de sus problemas en el tímpano. Pero el cambio de cromos en el centro del campo blanco no modificó mucha el panorama de la primera mitad. El Celta seguía jugando con hechuras de grande y perdonando ocasiones muy claras y el Madrid lo hacía muy atropellado, sin la chispa mostrada en el ocaso del otoño, y con la ansiedad propia de un empate en casa ante un rival menor, con el Atlético y el Barcelona ocho puntos por encima.

Así que Ancelotti, pasados los dos tercios de partido, tuvo que sacar de la chistera a su mago particular: Jesé Rodríguez. El canario, en sólo cinco minutos en el campo, ya había creado dos ocasiones muy claras y dado la asistencia del primer gol del partido a Benzema, que llevó el balón a las mallas con la ayuda de Costas. El canterano tiene ángel, como lo tenía Raúl, y en el fútbol, como en la vida, esquivar al destino es un pecado. Ha jugado casi 400 minutos oficiales esta temporada y ya suma dos goles y cuatro asistencias. La puerta de la titularidad la está derribando a golpazos.

Como a ella volvió a llamar Bale en los 25 minutos de juego que tuvo. Al galés se le vio activo, con chispa y con mucha mejor actitud que un indolente Di María, pitado tras ser cambiado. Gareth asistió a Ronaldo en el 3-0 que cerró la cuenta, como antes lo había hecho Carvajal para el 2-0, también de Cristiano. El luso sigue a lo suyo, juegue bien, mal o regular, como hoy ante los gallegos. Goles a mansalva. Ya son 400 en toda su carrera: 162 con la derecha, 75 con la zurda, 62 de cabeza, 38 de falta y 63 de penalti. Los dos ante el Celta, más el de Benzema, quizás sean demasiado castigo para los vigueses, pero dejan al Madrid de nuevo a cinco puntos de Barça y Atlético a la espera del partidazo del Calderón que puede meter de lleno a los blancos en la pelea por la Liga.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación