Entre cultivos de alcachofas, el conde de Salvatierra y gerente de la marca Casa de Alba, Cayetano Martínez de Irujo, atendía toda una clase práctica del alcalde comunista de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, sobre el campo andaluz, su siembra y la labor del jornalero. Con camisa de cuadros y camiseta en el interior, Martínez de Irujo quiso, durante un tour agrario de más de tres horas por el municipio, enmendar lo que él dice fue una «mala interpretación» al llamar «vagos», en un programa de televisión, a los trabajadores del campo en Andalucía y mostrar, de paso, su «voluntad absoluta» para ayudar a su desarrollo. Cumplía así su compromiso de devolverles la visita a los jornaleros de Marinaleda, con los que se reunió el pasado diciembre, y conocer de cerca la cooperativa agroindustrial gestionada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de mano de su portavoz, Diego Cañamero, y del alcalde, que no cejó ni un minuto en su empeño de exhibir su «fórmula de producción» con la que ha conseguido prácticamente, dijo, el pleno empleo.
«Hay que conocer las cosas y que él vea que queremos trabajar»
Petición extra a Cayetano aprovechando la reconciliación, para que ceda a los jornaleros una de las doce fincas —ya miembros del SAT ocuparon 'La Arroyuela', en Carmona— de las que dispone la Casa de Alba en la comunidad andaluza «bien por una cantidad simbólica o una renta», ante lo que el duque se negó «a poner en duda» la propiedad privada, pero sí mostrarse «sensible» y a favor de que las administraciones públicas y los trabajadores vayan «en la misma dirección».
Tras interesarse por el proceso de envasado de alcachofas en la nave de Humar, el conde de Salvatierra siguió su jornada «enriquecedora» de «aprendizaje» en la finca El Humoso, antigua propiedad del duque del Infantado situada en la carretera que lleva a Écija. A Sánchez Gordillo le sirvió esta vez para demostrar in situ, que la explotación de sus 1.200 hectáreas dan para repartir 3,6 millones de euros al año en jornales. «Queremos que él u otros terratenientes de Andalucía trasladen este modelo de explotación de la tierra a sus propiedades porque lo estaríamos multiplicando por cinco», aseguró.
La finca en cuestión, fue expropiada tras una ocupación diaria por parte de los jornaleros de Marinaleda que duró doce años. «Este cortijo es para los jornaleros en paro de Marinaleda», reza ahora en una pintada mural de bienvenida.
La intención del duque por continuar la «tradición familiar de ayudar todo lo que podamos» ya está dicha. «Se trataría —avanzó— de crear algo que pueda generar trabajo». De hecho, los dirigentes jornaleros remataron el «segundo contacto» con Martínez de Irujo visitando un edificio en la localidad de Osuna que podría albergar una escuela de formación y capacitación agraria «que ya está en mente».




