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¿Quién quiere casarse con mi hijo?

Le preguntan si conoce la Alhambra y responde: «Sí, la cerveza, yo beber... todo»

¿Quién quiere casarse con mi hijo? regresa a la televisión en su quinta temporada con otras cinco historias por vivir, cinco solteros de oro, cada uno en su peculiar estilo, que acuden al programa a encontrar el amor, acompañados de sus no menos originales progenitoras

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¿Quién quiere casarse con mi hijo? regresa a la televisión en su quinta temporada con otras cinco historias por vivir, cinco solteros de oro, cada uno en su peculiar estilo, que acuden al programa a encontrar el amor, acompañados de sus no menos originales progenitoras. «Madres del mundo, podéis volver a sonreír» , anunció Luján Argüelles, que vuelve a ejercer de suma sacerdotisa del amor.

Que si unas no conocen la Alhambra, o creen que es una cerveza, «van enseñando... antes de tiempo», imitan a la mujer del tiempo o a Shakira. Las candidatas, internacionales y bastante suyas, como los solteros, pusieron el resto en la inauguración de la quinta temporada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? . Una en la que no faltó la emoción de algún sensible candidato a encontrar el amor. Pero, como de costumbre, fueron las madres las que robaron el protagonismo y dieron mucho más juego.

Como ya es habitual en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? , el simpático montaje y la música se centraron en dar fluidez al programa, aunque sin duda es el casting la gran baza. Las rarezas, para los tróspidos, están a la orden del día.

Las pretendientas desfilaron ante los ojos de los protagonistas, alardearon de unos cuantos tópicos para llevarse el gato al agua y desaparecieron de cámara. Los solteros, eclipsados por su propio ego o sus músculos, privaron a los televidentes del espectáculo que sí dieron sus madres, la gran atracción, al menos de momento, del programa. ¿Quién va a querer casarse con estos hijos si no es por las suegras? Hasta se ha decidido prescindir de los asesores del amor. Total, las madres se bastan.

Jaime, eclipsado por su propia belleza y los flashes de las pasarelas internacionales en las que ha desfilado, jugueteó con las pretendientas ante las inquisidoras preguntas de María. Mari Carmen, la asturiana de los chihuaguas, reñía a su hijo Jesús, «un lobo con piel de cordero» , que dice ser un romántico pero se quedaba prendado del físico.

El elegante Pepe parecía estar más pendiente de su propio estilismo que de sus candidatos. Convencido de que quiere ponerse «culo», se preguntaba, «muy intenso, ¿qué es el glamour» . En este caso la sintonía la pusieron madre e hijo cuando se reían, con una espontánea risa porcina, mientras Pepe le decía a un pretendiente que iba «hecho un circo», «circus» para el candidato. Y su madre... «Me han entrado ganas de cantar: "Soy maricón, soy maricón de España"», dijo entonando la melodía.

Y llegó el señorito andaluz, Fernando, que si algo no le falta es ego. Es de todo un poco, educado, hablador, alegre... y solo él es capaz de definirse así en «cuatro palabras»: «Me defino como un tío alegre y un tío con valores», encantando con su canción, tarareando «un reggaeton lento».

Charo, por su parte, ha puesto la nota sentimental al programa. Su hijo David tiene dinero, como se empeña en recordar, pero busca algo que este no puede comprar, a su media naranja, y va directo a por ello en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? con la ayuda del radar de su madre.

Estos son los tróspidos de QQCCMH

-Joaquina: «Os presento a mi hijo Pepe. Tiene alma de marqués, pero por ahora es dependiente de una boutique »

«Creo que no se ha enamorado, que no ha encontrado a la persona que le ha hecho tilín», decía Joaquina, después de reprender a su hijo por llamarla señora. «Quiero alguien que huela bien, quiero decir que hay perfiles de gama media baja y no quiero el clásico olor AXE de metro o el de Deliplus. Perfume bueno, que huela a Francia », pedía Pepe, que terminó boquiabierto cuando un pretendiente, escondido tras unas gafas de sol más grandes que él, llamó a su madre «guapi».

Por tener, este estilizado soltero tuvo hasta a un candidato que tenía voz de helio.

-Mari Cruz: «Este es mi hijo Jesús. Detrás de sus músculos, se esconde un alma sensible »

Sin duda las apariencias engañan. «Mi hijo físicamente aparenta ser como un león pero después el corazón... de un cordero», decía Mari Cruz de su hijo, que también escribe poemas. Pero ella sí que es polifacética: pintora surrealista , que viste «demasiado moderna para un pueblo», con 18 chihuagas y «cansada de chicas muy sexys».

Hasta Luján se apiadó del soltero, y le alentó a encontrar el amor. «dime algo bonito», instó. Y él le espetó: «Te quiero». «Vaya por Dios, Jesús...», comentó la presentadora de «¿Quién quiere casarse con mi hijo?».

Pero empezó contundente el soltero, echando para atrás a la primera pretendienta por ser gogó. Sin embargo, terminó fijándose en su pecho, después de reprenderla por hacer striptease:«Soy un romántico con la mente sucia».

-María: «Este es mi hijo Jaime. Es modelo internacional y habla un poco de chino ».

«Un enamorado de sí mismo» , según Argüelles. Y desde luego que lo es. «A mí me gusta mi cara», dice él, que no llora nunca: «Me comparan muchísimo con Robert Pattinson pero yo me veo más guapo que él». Su madre, «su padre, su amiga» a la vez, en lugar de rendirse a los atributos de su pequeño, quiere que se abra más «y se guarde menos dentro», contó entre lágrimas mientras le rezaba a Fray Leopoldo. María robó los flashes a su hijo, tan acostumbradoa acaparar miradas, y se convirtió en una especie de Mari Carmen, que hizo cantera en Mediaset tras su paso por ¿Quién quiere casarse con mi hijo?

Lo que más echa de menos su madre es no poder cuidar a su hijo. «Piensas, si se resfría... yo le daría una pastilla», comenta.

La primera conquistadora intentó ganarse al modelo con un poema en ruso, pero madre e hijo se quedaron pasmados: «No he entendido ni papa», dijo la madre de Jaime. Le preguntaron también si conocía la Alhambra y la pretendienta respondió: «Sí, la cerveza, yo beber... todo».

-Silvia: «Este es mi hijo Fernando. Es guapo. No tiene novia porque es chapadito a la antigua »

«En cuatro palabras me defino como un tío alegre y un tío con valores», comenta Fernando, un «seductor» según su madre.

-Charo: «Os presento a David. Una joya..., mi joya »

La joya, David, la tiene en el bolsillo. «Dinero no me falta», repite bastante. Charo, por su parte es espiritual y alegre, y como siempre está pensando... «ahora estoy pensando en meterme en una ONG, no os digo más».

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