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First Dates

Dos mujeres reavivan su amor en «First Dates» tras décadas sin verse

Yngrid y Sol, dos mujeres latinoamericanas de 60 años, coinciden casualmente en «First Dates» después décadas sin verse

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Otra noche más de citas a ciegas en directo en First Dates , con su habitual dosis de situaciones estrafalarias y peculiares personajes. Ya de entrada, un orondo rapero de 40 años, de dicción lenta, arrastrando las vocales, Willy, se presentó en el restaurante con camisa hawaiana y boina blanca . Desde la cuenta de Twitter del programa no pudieron resistirse a la tentación de reproducir el peculiar habla del aspirante.

Tuvo suerte Willy con su pareja, que en un primer momento le confundió con Philip, el padre de Carlton Banks de «El príncipe de Bel-Air». Arancha demostró ser una mujer divertida, abierta y sin ningún reparo para asumir las peculiaridades de Willy. La cita fue de lo más distendida, con una notable sintonía entre ambos, y el resultado fue el previsible: un «sí quiero» del que también quisieron hacer chanza desde First Dates .

Se dio también otra situación curiosa en una cita entre dos mujeres. Las dos latinoamericanas, ambas de más de 60 y ambas casadas con un hombre en el pasado porque «era la norma, no se sabía lo que era el lesbianismo». No se acababan ahí las casualidades, pues Yngrid y Sol, que así se llamaban, se habían conocido muchos años atrás .

Yngrid fue la primera a la que se le despertó la memoria. «Yo te conozco, me suenas de algo...» , dijo. Sol no recordaba nada, hasta que Yngrid empezó a sacar a la luz recuerdos y todo encajó. Se abrazaron efusivamente, incrédulas ante lo que les estaba pasando.

«Al principio estaba un poco en shock, pero luego me encanto haberla vuelto a ver », aseguró Sol, que también confesó que «Yngrid me gustaba, pero ella tenía pareja y la dejé pasar». Ocho años duró la relación entre ambas, y se ve que se conocían bien.

«¿Qué tal están tus hijos», le preguntó Yngrid, «¿sigues fumando? Entonces tenías el pelo corto , no como ahora». La cita salió a pedir de boca, entre risas y recuerdos. «Me hubiera gustado darle un beso en la boca» , dijo Sol, aunque Yngrid resultó ser más reservada. El sí, en ambos casos, estaba cantado, retomándose una vieja y bonita relación.

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