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Alexandra Cousteau

«Todo se pierde si dejas de luchar, un recordatorio es la elección de Trump»

La aventurera presenta la serie «Los años que vivimos peligrosamente», sobre el cambio climático

Alexandra Cousteau ISABEL PERMUY
Lucía M. Cabanelas

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Buscando paliar la imagen de industria frívola, Hollywood se moviliza cada vez más a favor de diferentes causas. Lideran filas en distintas ONG, reivindican los derechos humanos y se manifiestan contra la malnutrición infantil. También contra el cambio climático. No son los únicos rostros conocidos que prestan su imagen para hacerse eco de problemas de diversa índole. Heredera de aventureros marinos, Alexandra Cousteau, embajadora de National Geographic , lucha por preservar los océanos cuyas maravillas exploraban su padre y su abuelo, el ganador de tres Oscar Jacques Cousteau .

Entre expedición y expedición, Alexandra Cousteau hizo un alto en Madrid para presentar la serie «Los años que vivimos peligrosamente», promocionada por Acciona y que emite National Geographic Channel los jueves a las 23.30 horas. En cada entrega, celebridades de la meca del cine luchan contra el cambio climático. Todo un acierto para la exploradora, ya que el hecho de que esté protagonizada por actores contribuye a acercar esta temática a una sociedad que «vive obsesionada con la fama» .

Un Schwarzenegger distinto

El valor del casting no solo radica en la causa que defienden, sino que además es «coherente». Por ejemplo, para ir a Irak, cuenta Cousteau a ABC, «han cogido a Arnold Schwarzenegger que, después de haber interpretado a militares en películas bélicas, habla de por qué el ejército tiene que volverse más ecológico» . Y con sorna, insiste en la valía de que el actor, que fue gobernador republicano en California, preste su imagen a una causa que «su partido se niega a creer».

«Es una producción muy importante para informar a la gente de los peligros de este problema», comenta la defensora global del agua, que considera que el principal escollo para solucionar el cambio climático es la falta de conciencia. «Al ser el principal contador de historias relacionadas con la naturaleza que ha existido jamás, esta serie es una plataforma extraordinaria para que la gente se preocupe y empiecen a cambiar las cosas », cuenta.

El capítulo que la ha traído a España, «Los desarraigados», está protagonizado por Don Cheadle («Hotel Rwanda») y Tom Friedman, columnista de «The New York Times». El actor recorre California haciéndose eco de la peor sequía en 1.200 años que devasta el estado más poblado de los EE.UU.. El periodista muestra que los refugiados no solo emigran por la guerra , huyen también por los efectos del cambio climático sobre sus tierras. «Con la emigración siria, un problema pequeño en proporción, empezamos a tener rencillas porque afecta a nuestra política y a nuestra economía. Si no protegemos sus recursos naturales de manera que la gente pueda tener una vida próspera en su tierra, seguirán trasladándose masivamente y el problema no dejará de crecer», asegura Cousteau.

«Estamos a tiempo»

La buena noticia para la también realizadora es que aunque ya se han comenzado a percibir las consecuencias de este problema, todavía estamos a tiempo de frenarlo. Eso sí, advierte, siempre que nos mantengamos por debajo de los dos grados de aumento de temperatura. Si superamos los cuatro, ciudades como Miami, Londres o Washington estarían bajo el agua .

«Tiene razón la serie, estamos viviendo peligrosamente , por lo que es importante buscar medidas de largo alcance, dejar de producir petróleo y gas e invertir en energías renovables, consumir agricultura local, combatir la cantidad de comida que se tira», sostiene, rendida ante la evidencia de cifras que cita de memoria: existen 600 millones de obesos en el mundo, pero 800 personas se mueren de hambre. «Hay que dejar de consumir moda rápida y de mala calidad también. En los años 50, una mujer tenía unas 33 piezas de ropa y ahora tiene una media de 150, cuando esta industria es la segunda más contaminante después del petróleo y el gas», ilustra la embajadora de National Geographic .

Para abordar estos cambios, es necesario «verlos como algo positivo, no pensar que es un sacrificio sino que forma parte de nuestros valores y que, además, es necesario. Uno se siente bien cuando lo hace».

La Tierra, pese a todo, seguirá existiendo, aunque, como ya sucedió en su día, puede que no todas las especies sobrevivan a cambios como el climático. «Y aunque pensemos que ya está todo decidido hay que seguir luchando, como hicimos con la democracia, con los derechos de las mujeres y los gays. Todo se pierde si dejas de luchar, y un recordatorio es la elección de Trump », insiste la exploradora que, al parecer, ya ha encontrado a una heredera de su legado como su padre y su abuelo hicieron con ella: «Cuando estuvimos en Filipinas, mi hija de cinco años me dijo que no quería volver a casa, quería vivir de expedición constante. Quizás se dedique a esto, no lo sé. Lo que sí sé es que el mundo que va a vivir con mi edad no va a ser el mismo en absoluto», concluye.

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